En opinión de Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, el crecimiento mundial actual es desequilibrado y está impulsado por EE.UU. y el sector servicios. Pese a esta consideración de base, Paolini cree que la economía mundial camina hacia convergencia de crecimiento, que en 2025 puede mantenerse en 2,8 %. «La inflación seguirá disminuyendo lentamente, aunque es poco probable que los bancos centrales de mercados desarrollados alcancen sus objetivos de 2% el próximo año», apunta Paolini a la hora de hablar de las perspectivas de la gestora para 2025.
Según su visión, la guerra comercial mundial y aumento de la rentabilidad a vencimiento de los bonos en EE.UU. son los principales riesgos de cola para 2025. «El caso es que la implantación de políticas comerciales y fiscales de Trump pueden reforzar el excepcionalismo de EE.UU. Las ‘Trumponomics’ son inflacionarias, aunque la desregulación y recortes de impuestos pueden impulsar la confianza y el crecimiento. Podemos suponer que el 50% de lo que Trump propuso se implementará en cuatro áreas clave: comercio internacional, fiscalidad, inmigración y desregulación», explica.
Paolini reconoce que, hasta ahora, el mercado solo ha descontado el «Trump bueno», es decir, desregulación y recortes fiscales. Sin embargo, advierte de que hay dos grandes riesgos de cola infravalorados: que se desate una guerra comercial mundial y aumento de las rentabilidad a vencimiento de los bonos con preocupaciones sobre el déficit de EE.UU. y/o sobrecalentamiento de su economía. Con todo, en 2025, estima que el PIB de EE.UU. puede ser un 0,7 % menor, es decir en desaceleración hacia 1,9% y la inflación 1,4 % mayor.
En el caso de la eurozona, Pictet AM considera que su economía está estancada y espera que tenga una recuperación modesta en 2025. «De todas formas, las elecciones alemanas del primer trimestre de 2025 pueden suponer un punto de flexibilidad en la estricta política fiscal de la Unión Europea. Así que el crecimiento económico puede acelerarse por encima de la tendencia el segundo semestre de 2025«, matiza el experto.
Para Paolini, el caso es que las economías desarrolladas se muestran resilientes y la inflación, que ha caído más rápido de lo esperado de vuelta hacia su rango histórico, ahora se reduce lentamente hacia los objetivos de los bancos centrales, los cuales van a estar más pendientes del crecimiento. «La Fed está flexibilizando con una economía fuerte y esperamos que su ciclo de recortes de tipos de interés sea poco profundo. Prevemos que los reduzca hasta el 4,25% para finales de 2025. Por su parte el BCE recortará tipos más agresivamente, hasta 2% o menos”, señala.
Implicaciones para la inversión
Con estas estimación, el estratega jefe de Pictet AM considera que las condiciones monetarias mundiales son favorables para los activos de riesgo. “El crecimiento de la oferta monetaria real es positivo en las principales economías por primera vez desde 2022 y se prevé que el exceso de liquidez en el grupo de países del G-5 aumente 2,6% en 2025, lo que puede ser ligeramente positivo para los múltiplos de valoración de la renta variable. En conjunto una menor flexibilización de los bancos centrales puede quedar parcialmente compensada con expansión del crédito privado y el fin del ajuste cuantitativo”, argumenta.
A la hora de hablar de activos concretos, destaca que la renta variable y oro están en máximos históricos y los diferenciales de rentabilidad a vencimiento de la deuda empresarial en mínimos, lo que es muy infrecuente. 80% de las clases de activos que seguimos cotiza por encima de tendencia frente a 15% en la misma época de 2023. “De todas formas, la renta variable parece cara en relación con los bonos solo en EE.UU -aunque en línea con su benigna macroeconomía -. Incluso la rentabilidad superior de los 7 Magníficos se mantiene por debajo del rango post-COVID. Las empresas de EE.UU. que pueden verse menos afectadas por un aumento de aranceles pueden ser interesantes: bancos, empresas de servicios públicos, servicios de comunicación y empresas de pequeña capitalización. De todas formas, los beneficios empresariales en 2025 pueden quedar por debajo del consenso y nuestro modelo sugiere una modesta a la baja en las valoraciones los próximos doce meses. Con todo, en el agregado la renta variable mundial puede proporcionar rentabilidades de un solo dígito en 2025”, explica.
Por su parte, la renta variable de la eurozona está barata, según la entidad, igual que la moneda única, aunque carece de catalizador de crecimiento. Puede llegar a ser más interesante la segunda mitad de 2025. “Así que tenemos preferencia por la renta variable estadounidense. De todas formas, hay que vigilar el ciclo de auge y caída. Puede ser conveniente reasignar de acciones a bonos de manera gradual si el índice S&P 500 muestra una relación precio/beneficios de más de 25 a doce meses o la rentabilidad a vencimiento de la deuda ligada a la inflación de EE.UU. supera el 2,5 %. Por su parte, los bonos soberanos pueden mostrarse volátiles. En EE.UU, puede aumentar su emisión en un momento en que los inversores locales tienen más peso en la clase de activos y son más sensibles a los precios”, afirma Paolini.
Respecto a la renta fija, la gestora considera que el mejor valor en bonos soberanos se encuentra en Reino Unido, especialmente en relación con los bonos alemanes. Además, una relajación monetaria no recesiva de la Reserva Federal y el favorable diferencial de crecimiento respecto a EE.UU. allanan el camino para una rentabilidad superior de la deuda de mercados emergentes. “En crédito consideramos que hay valor en deuda empresarial en euros -tanto grado de inversión como de alta rentabilidad- y del Reino Unido, especialmente, a corto plazo. Aunque los diferenciales de rentabilidad a vencimiento son bajos, la clase de activos cuenta con soporte. Por su parte el dólar puede mostrar más alzas antes de alcanzar máximo y posiblemente perder valor. Además, el oro puede haber llegado a máximos y seguir estabilizándose”, concluyen Paolini.