Según Luca Paolini, estratega jefe de gestión de activos de Pictet Asset Management (Pictet AM), estamos viviendo en tiempos sin precedentes y este es, en consecuencia, un mercado bajista sin precedentes. Para poner las cosas en perspectiva, el cese de la actividad económica para evitar la propagación del coronavirus ya ha destruido 6,6 millones de empleos en la economía estadounidense en la semana que finaliza el 28 de marzo. En el pico de la gran crisis financiera hubo 600,000 empleos destruidos, esto significa que el mercado laboral de Estados Unidos se está deteriorando a un ritmo 10 veces más rápido que en el período 2008-2009.
Existe la sensación general de que el mercado está sobreactuando, que los inversores están entrando en pánico, pero desde el punto de vista de Paolini, el mercado se está comportando racionalmente. La reacción del mercado está alineada con la disminución en el crecimiento experimentado por la economía. Aproximadamente a un 35% de la población mundial no le está permitido trabajar, un territorio sin precedentes en el que los mercados son increíblemente difíciles de navegar.
El desempeño de las diferentes clases de activos, medido desde el pico del mercado hasta finales de mes, ha desvelado algunos resultados inesperados. En algún momento de la oleada de ventas masivas, la renta variable global (medida por el índice MSCI ACWI) experimentó una caída del 35%. Sorprendentemente, los dos mercados de renta variable que mejor lo han hecho han sido Japón y China, con una bajada de solo un 13,6% y 13,8%, respectivamente. Estos dos mercados son los que tienden a sufrir más cuando hay una recesión global. Por el contrario, el mercado de bursátil de Estados Unidos, un mercado que es defensivo por naturaleza, no ha tenido un desempeño tan excepcional, sufriendo una caída del 22,6%.
Al observar cuidadosamente los distintos sectores de la renta variable global, a la mayoría de los sectores defensivos tradicionales les fue bien. Además, algunos sectores considerados más cíclicos, como la tecnología o la minería, no lo hicieron tan mal considerando la profundidad de la recesión real.
La comparación de este mercado bajista con cualquiera de los anteriores es injusta porque la naturaleza del choque es completamente diferente. La disminución del PIB mundial, que es de proporciones épicas, podría estar cerca del 20% para el primer trimestre. El mercado ya está valorando esta disminución no solo en los Estados Unidos, sino también a nivel mundial.
La buena noticia es que ya se han puesto en marcha estímulos monetarios y fiscales sin precedentes. La inyección de liquidez neta implementada por los bancos centrales del G5 se sitúa alrededor del 10% del PIB nominal, mientras que la suma del estímulo actual y anunciado de la política fiscal global representa un 3,2% del PIB global. Básicamente, un estímulo un 50% mayor que el implementado en la gran crisis financiera. Una gran parte del estímulo proviene del lado fiscal, algo que Paolini considera un estímulo correcto, ya que no se trata de una crisis financiera, sino de una disminución en el crecimiento económico.
¿Cuándo tocará fondo la caída?
La disminución en los beneficios de las empresas estadounidenses será mala pero no catastrófica. Pictet AM espera una disminución del 30% en los beneficios de Estados Unidos, que aproximadamente la misma caída que se sufrió durante 2008 y 2009.
“El dato que será crítico aquí es la duración del confinamiento. Un mes adicional con medidas de confinamiento a nivel mundial representa aproximadamente una disminución del 10% en las ganancias corporativas. Pero, para algunas empresas, esta caída puede ser vital. En términos de dividendos, el crecimiento anual del dividendo por acción está implícito en el precio futuro del dividendo y actualmente el mercado de futuros está valorando una disminución del 35% en los dividendos a nivel mundial -una bajada del 54% y 22% en Europa y Estados Unidos, respectivamente”, dijo Paolini.
Es muy difícil determinar cuándo alcanzarán los mercados de acciones su punto más bajo en este mercado bajista. Sin embargo, desde el punto de vista macroeconómico, casi todas las condiciones previas para alcanzar el mínimo ya se han cumplido. Los elementos que faltan para que finalmente el mercado bajista toque fondo son quizás unos números más impactantes en la economía estadounidense, una curva de rendimientos en los bonos más pronunciada, y por supuesto, una mejora en la tasa de infección por coronavirus. Cuando se cumplan todos estos requisitos será hora de volver a la renta variable, pensando estratégicamente en un horizonte de 5 años, en el que las acciones estadounidenses podrían obtener un rendimiento real del 5% o 6%.
Por ahora, Pictet AM mantiene una postura cautelosa. Están sobreponderando sectores defensivos como el farmacéutico, con posiciones en largo en el oro y en francos suizos. En el espacio de la renta fija, después de la gran ampliación de diferenciales que se ha producido, han cerrado la posición en corto que mantenían en bonos de grado de inversión y han disminuido su exposición en deuda high yield, especialmente en high yield europeo, ya que se espera un potencial y significativo aumento en las tasas de impago.
Posibles escenarios de recuperación
Un posible escenario es una recuperación en forma de V en la que el brote de coronavirus terminará en los próximos 3 o 4 meses. Sin embargo, incluso en este optimista escenario, habrá algunas implicaciones en el largo plazo ya que no hay muchas empresas y sectores que tengan unos balances suficientemente sólidos como para sobrevivir en un entorno como este.
“La Fed ha llegado a afirmar que un 25% de las empresas de pequeña capitalización en Estados Unidos echarán el cierre si la situación continúa durante dos semanas más. Por el contrario, hay algunos nombres increíblemente sólidos en el sector tecnológico. Esta recesión ha sido muy favorable con la tecnología, porque en el confinamiento se consumen más servicios en línea. Además, las empresas tecnológicas tienen unos balances increíblemente sólidos”, explicó Paolini.
El riesgo consiste aquí en que algunos sectores como los cíclicos profundos (energía, bancos o industrias), que normalmente tienden a repuntar una vez que termina la recesión, habrán recibido un gran apoyo por parte del gobierno y probablemente el gobierno pedirá algo a cambio. Se espera que haya una posible dilución de accionistas y nacionalizaciones. Los dividendos, las recompras de acciones y la remuneración de los CEO estarán bajo escrutinio.
Finalmente, si la recuperación tiene forma de U o L, lo que, en opinión de Paolini, es una suposición muy probable y justa, los inversores aprovecharán la oportunidad de comprar muy buenos nombres a un precio más barato. En ese caso, sectores como la industria farmacéutica y otras industrias dentro de la categoría quality growth continuarán teniendo un buen desempeño.
“Las acciones farmacéuticas no se encuentran en niveles muy caros, pero también existe el riesgo de que el gobierno pudiera imponer restricciones si la situación empeora. Los servicios en línea, los proveedores de internet, los productores de alimentos y el sector retail son los ganadores más obvios en este mercado bajista. Ya se ha visto un movimiento por parte del mercado. Sin embargo, no se trata de elegir sectores, sino de cuán sólida y resistente es una empresa. Por ahora estamos manteniendo un sesgo defensivo. Dependiendo de cómo resulte la recuperación económica, buscaremos acciones cíclicas profundas o acciones quality growth. Con suerte, la crisis sanitaria puede ser superada en algunas semanas, en vez de en los próximos meses. Pero es demasiado pronto para decirlo”, concluyó Paolini.
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