El petróleo vuelve a hundirse. Los expertos explican que las medidas de confinamiento de la población decretadas por los países y la escasa actividad económica en muchos de ellos están provocando un shock en la demanda, arrojando su precio a sus mínimos. Por ejemplo, ayer el barril de brent cayó hasta los 22 dólares, su mínimo desde 2002. ¿Hasta dónde puede caer?
En opinión de Michel Salden, Head of Commodities de Vontobel Asset Management, puede caer aún más, pero mantiene la convicción de que también se recuperará cuando toda situación acabe. “Los precios del petróleo se derrumbarán aún más dada el exceso de oferta en el mercado y el limitado almacenamiento disponible. Simplemente no habrá compradores en el mercado al contado, incluso cuando los saudíes infravaloren los contratos de futuros de 3 a 6 dólares. La razón es que el almacenamiento mundial pronto se encontrará a máxima capacidad, lo que hará imposible comprar petróleo incluso a precios muy rebajados, almacenarlo y venderlo en 3-6 meses”, explica.
A corto plazo, es complicado cuantificar la pérdida de la demanda de petróleo. Tanto EE.UU. como Europa y los mercados emergentes se encuentran en una situación de cuarentena y confinamiento (parcial) que está matando la demanda de petróleo en unas cifras sin precedentes. En este sentido, Salden apunta unas estimaciones sobre la caída de la demanda de petróleo del segundo trimestre que oscilan entre el 10% y el 20%.
“Vemos un sufrimiento a corto plazo para los contratos petroleros de corta duración, pero habría que darse cuenta de que en algún momento a finales de este año o en 2021 la demanda de petróleo se recuperará con fuerza, que los productores marginales están permanentemente cerrados y que los bancos centrales verán cómo la inflación se dispara en los próximos años. Como en muchas correcciones cíclicas, demasiada infravaloración en el mercado al contado conduce a subidas de precios una vez que la economía se estabiliza. Esto explica la dicotomía que estamos experimentando con posibles caídas para el petróleo a corto plazo, mientras que para el petróleo a largo plazo el precio comienza a subir en el período 2022-2025”, añade Salden.
Impacto en el sector petrolero
En esta misma línea hace su valoración el equipo de análisis de Schroders: “Irónicamente, la forma de ver el mercado del petróleo es simple. Cuanto más tiempo permanezcamos con los precios actuales, más oferta se eliminará de la industria. Esto prepara al mercado para un período de restricción significativa y precios mucho más altos, cuando finalmente entremos en un período de demanda estable y de reabastecimiento. Para esta estabilidad, necesitamos que el coronavirus (COVID-19) se disipe, que la actividad industrial se reactive y que las industrias se desabastezcan. A muy corto plazo es difícil que esto suceda, pero si miramos más allá del corto plazo, el riesgo al alza de los precios del petróleo es significativo”.
Las compañías petroleras serán las más afectadas, de hecho desde Schroders considera que, a corto plazo, muchos de los productores de esquisto de EE.UU., con poco efectivo, lucharán por sobrevivir con el precio del petróleo en torno a 30 dólares.
“Las compañías petroleras que cotizan en bolsa y que operan en este entorno se encuentran en su momento más frágil de los últimos 20 años. Los inversores han estado desinvirtiendo a medida que las preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza empresarial animaban a desviar el capital hacia el sector de las energías renovables. Los riesgos que amenazan el equilibrio en el mercado de petróleo para los próximos meses vienen por el lado de la demanda, y la acumulación de grandes inventarios será inevitable en los próximos meses. Además, si miramos al período 2021-2025, el mercado del petróleo estará infra abastecido y necesitamos que la OPEP aumente la producción por encima de su capacidad de reserva actual”, destacan desde Schroders.
Está claro que el efecto inmediato para el sector es que los precios del crudo se van a comercializar a un nivel más bajo del que las empresas necesitan para generar flujo de caja. Tal será el impacto en el sector petrolero que Scope Rating ha rebajado sus perspectivas. Según explica Marlen Shokhitbayev, analista del sector de petróleo y gas de Scope, “las perspectivas sobre el crédito para el sector petrolero y de gas han empeorado de estables a negativas, de cara a 2020. De hecho, prevemos que los precios del crudo se mantengan por debajo de los 50 dólares por barril durante este año, independientemente de que Rusia y Arabia Saudí lleguen a un acuerdo sobre el nivel de producción”.
La firma reconoce que el impacto del coronavirus ha golpeado con fuerza sus expectativas de que el precio del barril se sitúe por encima de los 60 dólares. “La crisis del virus no solo ha afectado al crecimiento económico a nivel global, sino que también se ha notado de forma negativa en la demanda de petróleo. Pese a que en enero la Agencia Internacional de la Energía anticipó una demanda global 1,2 millones de barriles de crudo al día, ahora, y por primera vez desde la crisis de 2009, ha recortado en un 0,1 millones sus estimaciones”, añade Shokhitbayev.
Impacto en países emergentes
Muchos analistas consideran que el momento de caída que vive el mercado del petróleo hará disipar las tensiones por su precio entre Arabia Saudí, Rusia y Estados Unidos, dando un respiro a las tensiones geopolíticas. Pero, según apunta Elisabeth Colleran, vicepresidenta de Loomis Sayles (Natixis IM) y gestora de carteras de Mercados Emergentes de la affiliate, “la caída del precio del petróleo puede suponer un viento de cola para el PIB de los mercados emergentes, ya que los importadores netos de petróleo superan a los exportadores netos: 78% del PIB EM versus 22%». La experta señala que «Asia es el mejor posicionado para beneficiarse del bajo nivel de petróleo”.
En este sentido, Jeremy Cunningham, director de inversión de renta fija de Capital Group, reconoce que dentro de los mercados emergentes la pandemia está teniendo un impacto diferente entre los importadores y exportadores de petróleo. Aunque, en general, los mercados emergentes experimentarán viento de cola a medio y largo plazo, ya que el menor precio del petróleo tiene un impacto positivo en las monedas locales.
“En cuanto al impacto del precio del petróleo, los inversores deben diferenciar entre los países emergentes que se benefician de esta circunstancia y los que no. Colombia, Nigeria y Malasia se verán cada vez más presionados debido a su alto coste de extracción de petróleo. Rusia, que fue uno de los primeros países en sufrir el impacto, cuenta con mejores amortiguadores y una economía más diversificada y, por lo tanto, podrá soportar períodos más largos de reducción de los precios del petróleo. Para Tailandia, Pakistán y la India los precios bajos del petróleo serán un obstáculo”, explica Cunningham.