Una polarizada campaña que se convirtió en una aguerrida segunda vuelta y una estrecha victoria para Pedro Castillo no han terminado en paz para los mercados peruanos, pese a que ha pasado ya casi un mes desde que el nuevo presidente del país asumió el cargo.
Si bien las últimas sesiones le han traído cierto rebote al índice selectivo de la Bolsa de Lima, el S&P Peru Select, de todos modos se encuentra casi 22% por debajo del peak más reciente que marcó, a finales de mayo de este año.
Por su parte, el tipo de cambio –un activo especialmente sensible a la política, en América Latina– ha estado avanzando casi sostenidamente en los últimos meses, pasando de 3,59 soles por dólar a principios de abril a los 4,08 que marcaba al cierre de esta nota. Eso arroja una devaluación de en torno a 13% para el sol.
El telón de fondo de esta historia de depreciación es una creciente tensión entre el gobierno de Castillo –que ganó las elecciones con un estrecho margen de 44.000 votos– y la oposición, que está llegando a un punto álgido con la conformación del gabinete. Actualmente, las miradas están puestas sobre el pedido de voto de confianza del gabinete encabezado por el primer ministro, Guido Bellido, ante el Congreso.
Ansiedad en el mercado
“La preocupación de los inversionistas viene porque se anticipa lo que el gobierno podría tener en función del direccionamiento económico y político”, explica Jorge Espada, managing director de Valoro Capital.
Si bien el mercado vivió un “momento de esperanza” cuando el discurso con que Castillo asumió su mandato, el 28 de julio, fue recibido como una señal de moderación, las elecciones que ha hecho para su equipo ministerial han levantado las ansiedades.
Esto, explican actores del mercado local, se debe a la presencia de nombres considerados como más inclinados a la izquierda política, como Bellido. “La evolución de percepción de riesgo país en el Perú ha sido creciente, debido a que se dio una mala señal para los inversionistas desde que se conformó el gabinete”, señala Washington López, gerente general de Washington Capital.
En esa línea, el ejecutivo destaca que, aunque se considere como positivo que la carta para el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es el economista Pedro Francke –considerado como la opción técnica, hay un temor porque no logre contrapesar la influencia de Bellido.
“Todo esto tiene una repercusión en el tipo de cambio como en los activos locales. Hay una fuga de capitales que ya empezó antes de las elecciones, que se ha mantenido y se ha reflejado en la continua caída de la bolsa peruana”, comenta López.
Perú hacia delante
Por ahora, los inversionistas locales anticipan que la volatilidad de mantenga, con los activos locales bailando al ritmo a las tensiones y los hitos políticos. Peso esa misma falta de claridad podría impactar a la economía en conjunto, como explica Espada, de Valoro Capital. “La percepción actualmente es mala. Esto va a afectar en el mediano plazo”, indica.
Mientras que el crecimiento del país en lo que queda de 2021 y la primera mitad de 2022 estaría impulsada por la recuperación tras el frenazo de la pandemia de COVID-19, se espera que sea en la segunda mitad del próximo año y en 2023 que se refleje la evolución de la inversión privada.
“Al menos con el clima que se percibe el día de hoy, de desconfianza y de salida de capitales, no veo que la inversión privada pueda evolucionar favorablemente”, señala el ejecutivo, agregando que las decisiones que las empresas están tomando ante las expectativas de un menor crecimiento podrían impactar la actividad económica.
En esa línea, López, de Washington Capital, prevé que podría verse afectado el perfil crediticio del país si es que persisten los riesgos políticos. “Si bien no hemos una baja en el grado de calificación de las principales clasificadoras de riesgo respecto a los bonos, creemos que esto podría generarse en las próximas semanas, en caso de que las noticias del gabinete o del referéndum (propuesto para una nueva Constitución) empiecen a tomar mayor fuerza”, señala.
Eso sí, eso no significa que no haya oportunidades. Aunque prevé que aún hay espacio para mayores ajustes en la bolsa y la moneda peruana, López asegura que hay sectores especialmente golpeados. Este es el caso de minería, que ha caído en torno a 45% en lo que va del año, con las acciones de grandes empresas del rubro, como Volcán o Buenaventura, que han llegado a perder la mitad de su valor en la corrección de la bolsa.
“Los commodities, los metales principalmente, se encuentran bordeando los máximos históricos. Estas empresas han caído netamente por una especulación de riesgo política”, indica el ejecutivo, agregando que están buscando fuertes diferencias entre las valorizaciones de mercado y el análisis fundamental como oportunidades de entrada.