Matt Siddle, gestor del Fidelity Funds European Larger Companies y el Fidelity Funds European Growth, explica en una entrevista cómo ve el panorama de las grandes empresas europeas ahora que el crecimiento mejora y las perspectivas macroeconómicas de los países europeos son, en general, positivas. Siddle está convencido de que esta mejoría del sector empresarial debería apoyar el crecimiento del PIB en 2015 y aunque persisten algunos problemas estructurales, los estímulos de los bancos centrales seguirán apoyando el crecimiento en la región.
Sin duda, el abaratamiento del petróleo ha sido muy beneficioso para los consumidores en Europa, ya que la región es uno de los mayores importadores de esta materia prima, y eso ha tirado del consumo y el crecimiento. Además, la debilidad del euro frente a las principales monedas que se utilizan en el comercio internacional ha dado a muchas empresas europeas una ventaja competitiva sobre los fabricantes de otros países, como EE.UU. y China. La mayor oferta de crédito y los costes de financiación más bajos están ayudando a las empresas a impulsar sus negocios, lo que está sosteniendo la positiva dinámica de revisiones de los beneficios de las últimas semanas.
Para obtener la fotografía final de lo que sucede en Europa, Siddle cita el aumento de la liquidez en el Viejo Continente, que están impulsando las perspectivas de crecimiento económico. La oferta monetaria M1 (el indicador utilizado habitualmente para medir el dinero en circulación) está creciendo más rápido que después de la crisis financiera de 2009 y durante los últimos 15 años, esto generalmente ha dado paso a un incremento de la producción industrial, recuerda.
El principal riesgo para este trasfondo positivo es la incertidumbre política, sobre todo la que llega de Grecia. “Aunque esta circunstancia podría crear algo de volatilidad a corto plazo, el programa de relajación cuantitativa del BCE debería contribuir a mitigar los efectos de contagio. Además, la deuda griega está ahora en manos del BCE y el FMI, lo que crea una barrera de protección para el sistema financiero europeo”, aclara el portfolio manager de Fidelity.
En este contexto, el sesgo hacia las empresas de calidad que caracteriza los dos fondos de Fidelity que maneja “ha dado fruto desde que se inició la rotación del mercado en abril de 2014, cuando los indicadores adelantados cayeron a territorio negativo y los inversores se volvieron más exigentes. Durante los últimos meses, en los que el mercado ha estado impulsado por el crecimiento real -más que por una mera «esperanza» de crecimiento- y por las revisiones al alza de los beneficios, mi sesgo hacia la calidad ha tenido efectos positivos”, cuenta Siddle. Determinados posicionamientos sectoriales, como aumentar la sobreponderación en automóviles a partir de septiembre de 2014 y reforzar en el momento correcto algunas posiciones en el sector de la selección de personal a partir del tercer trimestre, junto con la infraponderación en bancos, han contribuido a las ganancias relativas durante los últimos tres o cuatro meses.
“La rentabilidad de estos fondos en lo que va de año se debe tanto a una acertada selección de valores como a un buen posicionamiento. En el plano sectorial, la selección de valores fue especialmente buena en energía, donde mantengo la sobreponderación. Entre los principales contribuidores destacan BG Group, tras la oferta presentada recientemente por Royal Dutch Shell, y la empresa de servicios energéticos John Wood Group, que también destacó sobre el mercado apoyada por el rebote del precio del petróleo”, explica el experto de Fidelity.
En el sector financiero, Siddle sabe ahora que la falta de exposición al gigante bancario español Santander fue favorable para las rentabilidades relativas, mientras que dentro del sector sanitario, Novo Nordisk ha sido uno de los principales contribuidores a las rentabilidades de la cartera. “Recorté la posición atendiendo a la valoración, tras la buena racha alcista de la acción. Mi sobreponderación en tecnología también fue positiva. He incrementado la exposición del fondo al sector desde comienzos de 2015, aprovechando la caída de las cotizaciones para entrar en la empresa de software alemana SAP”, dice.
El portfolio manager mantiene la sobreponderación en atención sanitaria y la infraponderación en servicios públicos y telecomunicaciones, “donde sigo viendo obstáculos estructurales”. Los fondos están sobreponderados en energía, tras el reajuste en el mercado petrolero. La capacidad sobrante está en niveles muy bajos, en EE.UU. el número de pozos y el crecimiento de la producción están descendiendo rápidamente y la demanda empieza a recuperarse gracias a los bajos precios.
Aunque los fondos están sobreponderados en energía, Siddle se mantiene infraponderado en materias primas en general, “ya que no puedo aplicar los mismos argumentos de reajuste al mineral de hierro o a otros metales, y las valoraciones de los materiales no son tan bajas como en energía”, aclara.
En general, los fondos están infraponderados en sectores defensivos más orientados a los mercados internos y sobreponderados en sectores cíclicos; aquí figuran empresas tecnológicas que generan mucha caja y, dentro del consumo discrecional, negocios de comunicación con valoraciones atractivas, especialmente agencias de publicidad que tienen sólidos fundamentales a largo plazo y exposición tanto a los mercados emergentes como a la publicidad digital en Internet, que impulsa el crecimiento.
El sector industrial también ofrece algunas buenas oportunidades cíclicas, especialmente entre empresas de selección de personal, que han contribuido recientemente a la rentabilidad del fondo, desvela el gestor de Fidelity.