A un mes de acabar el año, la conclusión de las gestoras es clara: nos espera un horizonte de tipos bajos de interés a corto y medio plazo. Además, la mayoría coincide en que la situación macro no es tan mala como parece y no ven posible una recesión en los próximos seis meses. Eso sí, las decisiones de los bancos centrales y los eventos políticos seguirán pensando en el desempeño de los activos en lo que queda de año.
En opinión de los expertos de Capital Group, Carl Kawaja, gestor de la firma, Jens Søndergaard, analista, y Robert Lind, economista para la firma, 2019 ha sido otro año decepcionante para la economía europea: la incertidumbre del Brexit, una Alemania al borde de la recesión, las protestas en las calles de París y la volatilidad global causada por las tensiones comerciales entre EE.UU. y China ha perjudicado notablemente a la economía europea, que depende de las exportaciones.
“No creo que muchos europeos se entristezcan al ver que 2019 pasa a la historia. Ha sido un año complicado en la política, en la economía y en el contexto social más amplio”, apunta Robert Lind. Sin embargo, según explica, hay motivos para pensar que 2020 será mejor. “Hay varios factores en juego. Si se logra negociar una tregua en el frente del comercio mundial, si las medidas de estímulo del banco central surten efecto, y si finalmente se alcanza una solución para el Brexit, entonces podría disiparse la gran nube de incertidumbre que ha obstaculizado el crecimiento económico europeo en los últimos años. En líneas generales, creo que la economía europea debería comenzar poco a poco a mostrar signos de mejora en 2020, conforme se vayan reduciendo algunos riesgos políticos, y se abra camino en el sistema una política monetaria y fiscal más flexible”, sostiene el economista de Capital Group.
Para los analistas de Unigestion el sentimiento de cara a este último trimestre de 2019 es muy negativo. “Los inversores están infrainvertidos y sobrecubiertos. Si la situación macro mejorase, una cambio rápida del sentimiento supondría un riesgo, pues actualmente los bonos están muy caros”, sostiene la firma en sus perspectivas trimestrales. En cambio, explica que sus indicadores macro no están de acuerdo con esa visión pesimista ni con el hecho de que una inversión de la curva de rendimiento tenga que suponer necesariamente una recesión a mitad del próximo año.
“Creemos que la inflación es la mayor preocupación cuando se trata de adaptar las carteras al entorno actual. Las presiones inflacionarias no se encuentran en ninguna parte y eso desconcierta a muchos bancos centrales. Esperamos disfrutar de su apoyo durante algún tiempo, dándonos la confianza de que todavía hay algo de valor en el crédito y las acciones. Al observar el sentimiento del mercado, vemos signos significativos de pesimismo, tanto en términos de asignación como de cobertura de la demanda. Por último, vemos los bonos como un riesgo de valoración más que las acciones o el crédito. En resumen, no estamos de acuerdo con el amplio pesimismo del mercado y esperamos un cambio de sentimiento en el próximo trimestre”, señala en su informe Unigestion. Según la gestora, gracias al enmudecimiento de la inflación, la actuación del banco central está cada vez más del lado de los inversores. “Vemos esto como algo beneficioso para las estrategias relacionados con el carry”, puntualiza en su documento de perspectivas trimestrales.
Por su parte, François Rimeu, estratega senior y responsable de cross asset de La Française AM, considera que si tenemos en cuenta la inestabilidad del panorama geopolítico actual por cuestiones como las tensiones en Oriente Próximo, el Brexit o la fragilidad del acuerdo comercial entre EE.UU. y China, “podemos pensar que aún hay margen para que los bonos soberanos europeos y estadounidenses experimenten subidas de precios adicionales”.
El estratega de La Française AM señala que durante meses hemos tenido una caída de las manufacturas a nivel mundial con impactos limitados en los activos financieros, principalmente porque no se registró debilidad en el sector servicios y porque el consumo se mantuvo estable en la mayoría de los países. “Lo que vemos ahora es que el sector servicios, que representa entre el 70% y el 80% del PIB de los países desarrollados, se está desacelerando en Alemania, Francia y Reino Unido, pero también en Estados Unidos. El consumo se mantiene, por el momento, estable, sin embargo, algunos indicadores de confianza comienzan a mostrar signos de debilidad. Si las incertidumbres políticas persisten, no vemos ninguna razón para esperar que esos indicadores se inviertan, por lo que podríamos prever una disminución del consumo en los próximos meses o trimestres. Si eso sucede, los riesgos de recesión económica se harán realidad”, afirma Rimeu.
Según Esty Dwek, responsable de estrategia global de mercado de Dynamic Solutions (Natixis IM), justamente uno de los principales riesgos que tiene la economía global, ahora y de cara al próximo año, es el sentimiento pesimista del inversor. «El mayor riesgo es que se rompa el círculo virtuoso y que los inversores dejen de invertir, así como que el consumo se retraiga ante los riesgos geopolíticos», explica.
¿Oportunidades en renta fija?
Para los gestores de renta fija seguirá siendo todo un reto dar con estrategias que aporten rendimientos atractivos. En esta búsqueda, los bancos centrales y sus decisiones en materia de política monetaria seguirán teniendo un gran peso en el mercado. “Gracias al enmudecimiento de la inflación, la actuación del banco central está cada vez más del lado de los inversores. Vemos esto como algo beneficioso para las estrategias relacionados con el carry”, señala el informe de Unigestion.
En opinión de Chris Iggo, CIO Core Investments en AXA IM, los mercados han tenido un buen desempeño este año a pesar de todas la incertidumbre y el ruido político que se ha visto en el mercado. Algunos de estos eventos parecen que se van esclareciendo, como el Brexit y la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Y se parte de este ruido cesa,“puede que lo tipos de interés aumenten a medida que las curvas se vuelvan más pronunciadas”
Pese a la mejora experimentada en el mercado de renta fija, sigue siendo complicado para los gestores encontrar buenos rendimientos. Los rendimientos de los bonos se mantienen cercanos a los mínimos históricos y los diferenciales de crédito apenas ponen en precio los riesgos corporativos, lo que explica que muchos inversores prefieran esperar. “En renta fija, los niveles de rendimiento son el mayor problema. La curva soberana alemana sigue siendo en su mayoría negativa y el índice de alto rendimiento europeo tiene un rendimiento peor que el 3,5% que ofrece de promedio las calificaciones BB-. Y muchos inversores ven complicado la evolución de los bonos gubernamentales que a largo plazo podrían caer nuevamente de los mínimos que marcaron en agosto”, añade Iggo.
En cuanto a las oportunidades de inversión en el mercado de bonos soberanos, Rimeu considera que, si bien el BCE podría volver a recortar los tipos de interés, es poco probable que caigan mucho más. “De hecho, vemos más razones para que la parte más larga de la curva (20-30 años) funcione decentemente. Actualmente las curvas son bastante pronunciadas y si la situación empeora, creemos que los inversores institucionales alargarán la duración de su cartera, algo que ya ha comenzado. Por el contrario, la situación es diferente en EE.UU., con curvas que ya son planas o incluso invertidas. La Reserva Federal tiene aún cierta capacidad para recortar los tipos de nuevo, por lo que allí favoreceríamos la parte corta de la curva”, añade.
«Aunque los rendimientos ya no presentan los niveles extremos del verano, han vuelto a repuntar al volver a primer plano los temores sobre el crecimiento. El riesgo alcista sigue siendo limitado debido a la debilidad del crecimiento, la baja inflación, la postura acomodaticia de los bancos centrales y las incertidumbres comerciales. Si bien esperamos que los activos de riesgo sigan subiendo, recurrimos a estrategias de diversificación para complementar las carteras en un entorno así de complicado. Podría ser demasiado tarde para añadir riesgo a las carteras, pero creemos que es demasiado pronto para retirarlo del todo», sostiene Dwek.