Con la llegada del verano, muchos inversores se preguntan qué pueden esperar del segundo semestre de 2021. Un año que se está erigiendo, en muchos sentidos, como el de la recuperación, con el foco puesto en la evolución del COVID-19, la vacunación y la normalización de la actividad.
En lo relativo a los mercados, según explican desde Abante, 2021 está siendo muy positivo para los activos de riesgo y lo está siendo, además, en prácticamente todas las regiones. “Los buenos resultados empresariales, los indicadores macroeconómicos, las buenas previsiones de crecimiento y los planes de estímulo han hecho que las bolsas estén teniendo muy buen comportamiento, especialmente desde noviembre del año pasado, después de que se conociera la efectividad de las vacunas”, explican.
Tal y como advierten, el entorno de recuperación está provocando que los niveles de optimismo hacia los activos de riesgo, en algunos mercados, estén siendo muy elevados, ya que las bolsas llevaban meses poniendo en precio la mejor situación en la que hoy nos encontramos. Y, aunque la inflación se ha presentado como uno de los focos de mayor preocupación para este año, insisten en que el segundo semestre se presenta, aparentemente, con pocos riesgos en el horizonte.
Desde Bankinter señalan que se puede caer en la tentación fácil de pensar que el mercado, específicamente las bolsas, está siendo algo autocomplacientes al marcar los principales índices nuevos máximos históricos que se consolidan uno detrás de otro. Pero aseguran que no es así.
“El mercado está cada vez más afianzado en unos buenos resultados empresariales, un ritmo de reapertura económica más rápido de lo esperado y que frecuentemente se infravalora, sobre todo en Europa, unos tipos de interés estructuralmente bajos, incluso a pesar de que ocasional pero no inmediatamente puedan subir un poco, una liquidez disponible como nunca antes en la historia… e incluso un repunte de la inflación que será pasajero y que tendrá más ventajas que inconvenientes”, justifica la entidad.
Riesgos a vigilar en la segunda mitad del año
¿Qué podría fallar si algo fallase? Bankinter identifica tres factores desestabilizadores que cobrarán más relevancia, pero consideran que solo uno de ellos, las criptomonedas, ofrece un riesgo de materialización que debe ser seriamente tenido en cuenta. Pero, a pesar de ello, son optimistas con respecto a sus consecuencias y alcance.
Los otros dos son, en este orden de riesgo, la inflación y sus consecuencias sobre los tipos de interés y los bonos, y, a continuación, la posibilidad de una salida en falso de la crisis del COVID-19, bien en lo que respecta al ciclo económico y/o bien en relación a los resultados empresariales. “Pero asignamos una probabilidad muy reducida a que alguno de ellos se materialice en el segundo semestre de 2021. Aunque en el largo plazo cualquier cosa es posible, ahora ciñámonos al segundo semestre del año, que no es poco”, completa.
Desde Tressis, según explica José Miguel Maté, consejero delegado de la entidad, vigilan de cerca tres riesgos a nivel global. El primero, al igual que para Bankinter, es la inflación y si existe la posibilidad de que se convierta en un factor estructural. Asimismo, el equipo de Tressis prestará atención al desarrollo de nuevas variantes del coronavirus. Por último, también tendrán en cuenta el descontento social que ya se está materializando con fuerza en algunas regiones, fruto, en parte, de la inflación percibida.
Ante el primer riesgo, Maté señala que “lo mejor que puede hacer un ahorrador en estos momentos es estar invertido y es importante transmitirlo, porque si no te come la inflación”.
Entre los sectores favoritos para la entidad en esta segunda mitad del año se encuentran la tecnología, la sostenibilidad, cambio demográfico y el consumo discrecional (aquellos sectores que pueden trasladar la subida de precios a sus consumidores).
Recuperación en K para España
Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, insiste en que la recuperación de España tiene una forma de “K”. Es decir, hay una serie de sectores que se recuperan rápido, pero hay un elevado número que se quedará entre un 10% y 20% por debajo de dónde estaban antes de la pandemia.
Incluyendo las estimaciones más positivas, según expone Lacalle, España es el único país de nuestro entorno que terminará 2023 con más paro que 2019. También destaca el aumento de la deuda y considera que es un enorme riesgo a medio plazo.
“El gran problema es que de nuevo volvemos a fiar toda la recuperación a un factor externo que son los Fondos Europeos. Volvemos a fiarlo todo a que llegará un dinero que lo resolverá todo y no va a solucionar los problemas estructurales de la economía española”, advierte.
En el corto plazo, según explica Sebastian Vismara, director de estrategia de inversión en BNY Mellon Investment Management, las perspectivas para la economía española están mejorando. «Gracias al mayor ritmo de vacunación, al aumento de las temperaturas, que resultan menos favorables para la expansión del virus, y al levantamiento gradual de las restricciones relacionadas con el virus desde principios de mayo, parece que la economía se recuperará con fuerza en la segunda mitad del año», sostiene.
Respecto a la inflación, señala que parece que al Banco Central Europeo (BCE) no le preocupa por el momento el reciente aumento de las presiones inflacionarias y considera que aún falta mucho para que cambie su postura de política monetaria expansiva.
Sin embargo, Vismara admite que la economía española tardará en regresar a los niveles de actividad previos a la pandemia y puede que nunca recupere el nivel de tendencia previo a la crisis. Sin embargo, gracias al fondo de recuperación europeo, considera que «hay razones para ser optimistas con respecto a las perspectivas de la economía española a largo plazo. Europa tiene una oportunidad única para fomentar el crecimiento de toda la región, y de España en particular, al tiempo que promueve una mayor convergencia económica».
No cabe duda de que siguen existiendo retos, entre los que el experto nombra al coronavirus y su evolución, así como a la inflación. «La inflación podría repuntar antes o más intensamente de lo esperado y el BCE podría actuar de forma preventiva, sorprendiendo a los mercados y frenando la recuperación de forma prematura. Aunque son riesgos serios que tendremos que seguir de cerca, cada uno de forma individual sigue siendo menos probable que el escenario más probable que hemos descrito», completa.