Una persona que nació en 2010 tiene el doble de horizonte vital que un antepasado nacido en 1910. La población está inmersa en un proceso de envejecimiento muy acusado, motivado por el aumento de la esperanza de vida y el descenso de los nacimientos. Viviremos más y, además, viviremos con más salud, una buena noticia que no está exenta de desafíos -y oportunidades-. En esta última parte se quieren centrar las gestoras que ya han puesto en el radar esta tendencia demográfica a través de la creación de fondos temáticos. Las gestoras de Andbank, Santander, BBVA o Banca March son algunas de las entidades españolas que se han lanzado a invertir en todo lo relacionado con la longevidad y sus gestores nos cuentan por qué es importante no perderse esta megatendencia.
España está inmersa en un proceso de envejecimiento muy acusado. En 2019, uno de cada cinco españoles tenía 65 años o más y se prevé que en 2050 sean uno de cada tres. Este aumento de la longevidad es una noticia positiva, pero conllevará grandes retos. El proceso de envejecimiento se ha visto motivado por el descenso de nacimientos acompañado de un aumento de la esperanza de vida.
En nuestro país, la esperanza de vida se sitúa en los 84 años, si bien en 2050 se espera que se sitúe por encima de los 89. Para este año, España, según previsiones de la OCDE, será el territorio más envejecido del mundo, con un 40% de la población mayor de 65 años. Sólo en un siglo, según explican desde el Consejo General de Economistas (CGE) la esperanza de vida al nacer ha aumentado en 40 años. Es decir, una persona que nació en 2010 tiene exactamente el doble de horizonte vital que un antepasado nacido en 1910. Pero, a pesar de que el envejecimiento poblacional pueda traer retos significativos para la economía de un país, no debemos olvidar que es una buena noticia. Además, según la OCDE, la mitad de la esperanza de vida a partir de los 65 años será con buena salud.
Estas tendencias demográficas jamás experimentadas representan un reto mayúsculo para cualquier región. Una evolución que afectará tanto a la economía, como a la cultura, el ocio o la alimentación, entre otros sectores. Además, las consecuencias económicas y sociales de estos cambios demográficos serán extensas y profundas. No solo las políticas sociales dirigidas a la protección de la población de mayor edad (pensiones o salud), sino, tal y como advierte en un informe el Banco de España, también el funcionamiento de los mercados de bienes y servicios, de trabajo y financieros, y los mecanismos de transmisión de las políticas macroeconómicas (monetaria y fiscal) se verán alterados por dichos cambios demográficos.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los efectos que se conocen tienen connotaciones negativas, como, por ejemplo, el reto que supone en el gasto en pensiones o en sanidad, lo cierto es que, según se aborde esta tendencia, podremos aprovechar las muchas oportunidades que brinda una economía dominada por las canas.
El poder de la Silver Economy
El envejecimiento poblacional también tendrá consecuencias positivas en la economía. Fruto de este fenómeno demográfico surge una nueva economía que proporcionará numerosas oportunidades y nichos a explorar: la economía de las canas o Silver Economy, en inglés. De la mano de este término nace otro acuñado por Mapfre y Deusto Business School, “Ageingnomics”. Un neologismo que surge de la unión de las palabras en inglés envejecimiento (ageing) y economía (economics), con el que se ha querido resumir una visión constructiva de las oportunidades económicas del envejecimiento demográfico.
Debemos tener claro que ser mayor ya no será –ya no es- lo de antes. Cada vez vivimos más tiempo y gozamos de buena salud durante un periodo más prolongado, lo que nos permite ser mucho más activos en nuestra edad dorada. En esta economía, según se estudia en el libro “La revolución de las Canas” de Antonio Huertas, presidente y CEO de Mapfre, e Iñaki Ortega, consejero asesor en el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, se engloba toda actividad económica que satisface las necesidades de los mayores de 50 años y ya representa el 25% del PIB de Europa y supone un 30% de los empleos. Si fuese un país, en breve sería la tercera economía del mundo.
Lo cierto es que, además, es una economía en la que se pueden encontrar muchos nichos aún sin explotar. Hay oportunidades para empresas que quieran beneficiarse de un segmento de la población elevado, con capacidad de consumo, patrimonio y con necesidades insatisfechas en muchos ámbitos como el ocio, la cultura, el turismo, las finanzas y seguros, la alimentación, el aprendizaje etc.
Fruto de esto ha nacido una nueva tendencia de inversión temática que busca beneficiarse de los cambios demográficos. “Todos somos conscientes de que la pirámide poblacional ha cambiado. Durante la próxima década, el número de personas de más de 60 años crecerá cinco veces más rápido que la población menor de esa edad. Es por ello que la demanda de bienes y servicios seguirá cambiando y adaptándose a sus necesidades, creando a su alrededor toda una economía de la longevidad”, explica Carlos Andrés, director de Gestión y Asesoramiento de Banca March.
“Los cambios demográficos mundiales suponen importantes retos y oportunidades tanto para la sociedad como para las empresas y son un motor clave de muchas decisiones económicas, culturales y empresariales. A medida que la demografía cambia con el tiempo, las prioridades económicas también”, explica Senan O’Sullivan, Portfolio Manager en MIFL (Mediolanum International Funds Limited). “El envejecimiento de la población puede afectar a las decisiones agregadas de consumo, ahorro e inversión. Una vida más larga exige a la población unos hábitos de ahorro diferentes, ya que las pensiones tendrán que cubrir un periodo más largo tras la jubilación. Los consumidores de más edad también tienen prioridades y demandas diferentes en muchos ámbitos, como la vivienda, la sanidad, el ocio…”, añade.
Las gestoras españolas no se pierden esta megatendencia
Conscientes del impacto que tiene la estructura demográfica en la economía, las gestoras españolas se lanzaron ya hace unos años a invertir en esta megatendencia a través de fondos temáticos. “Los cambios demográficos implican cambios en quién va a consumir, qué van a consumir y cómo lo van a hacer. Muchos de los cambios se están produciendo ya y otros están empezando a aparecer, pero va a impactar en prácticamente todos los aspectos del mercado”, señala Marcos Aza, gestor del fondo Santander Future…
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