Las negociaciones en torno al Brexit continúan bajo el marco del primer aniversario del Artículo 50. A finales de marzo, el negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, explicaba que Bruselas y Londres han acordado un periodo de unos dos años de transición después de que el Reino Unido abandone la UE, el 29 de marzo de 2019.
Eso significa que desde esa fecha hasta el 31 de diciembre de 2020, Londres no participará en la toma de decisiones, pero sí mantendrá el acceso al mercado único y la unión aduanera. En opinión de Richard Turnill, director mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock, “el nuevo acuerdo de transición del Brexit despeja parte de la incertidumbre, pero creemos que existen muchos factores que están frenando a la renta variable británica, por lo que preferimos otros mercados”.
En su opinión, el mercado bursátil británico ha protagonizado un inicio de 2018 mediocre. “El Reino Unido ha ido a la zaga de los mercados mundiales durante buena parte de esta década, y esta brecha se amplió después de la votación a favor del Brexit en junio de 2016″, afirma.
Desde M&G tienen una valoración distinta y ponen el foco en lo sorprendentemente bien que lo ha hecho la economía británica pese al contexto del Brexit. “El crecimiento del Reino Unido ha sido considerablemente superior a lo esperado y las empresas han seguido creciendo en términos generales. Si bien es necesario mantener un enfoque prudente durante el proceso de negociación sobre las condiciones de salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido, la resistencia del mercado ofrece una serie de oportunidades para los inversores”, explica Steven Andrew, gestor del fondo M&G (Lux) Income Allocation.
Esa visión optimista no quita para que reconozca que “la actual incertidumbre en torno a las negociaciones generará volatilidad en los mercados, lo que, a su vez, brinda interesantes oportunidades en el mercado británico para los inversores pacientes. Con el tiempo, la incertidumbre disminuirá y varios activos seguirán mostrando unos sólidos fundamentales subyacentes”, destaca.
En opinión de Andrew los inversores que se fijen en el Reino Unido deben sopesar qué compensación les gustaría recibir por su visión de futuro. Según la valoración que hace el gestor, la incertidumbre en torno a los activos británicos no se disipará a corto plazo, pero las reacciones excesivas a los datos macroeconómicos o a las noticias políticas pueden generar ineficiencias de precios y oportunidades para los inversores con horizontes a largo plazo.
“A pesar de los temores a que suceda lo contrario, el Reino Unido seguramente siga siendo un país orientado al exterior tras el Brexit y seguirá operando a escala mundial a través de distintos acuerdos comerciales. A la luz de estas perspectivas y de los sólidos datos subyacentes que observamos desde el punto de vista macroeconómico y empresarial, consideramos que el mercado británico parece mucho más prometedor de lo que reflejan actualmente sus valoraciones”, afirma Andrew.
En lo que sí coinciden las gestoras es en advertir que cualquier paso en falso o incertidumbre sobre las negociaciones del Brexit, se traducirá en volatidad para el mercado. “En el Reino Unido, creemos que las negociaciones Brexit van a afectar las tasas reales a largo plazo y a la libra. Esperamos que las tasas del Reino Unido a 10 años aumenten, con la tendencia alcista de las tasas nominales y una posible desaceleración de la inflación más adelante en el año”, señalan desde Amundi.
La valoración que hace la gestora del Reino Unido les hace mantener una postura defensiva sobre la libra esterlina. “Esperamos que esta experimente cierta volatilidad con relación al Brexit en el futuro contra el euro y el dólar”, matizan.