Con motivo del Día de la Mujer, Bank of America ha preparado un análisis sobre la brecha de género en el entorno económico, empresarial y educativo. Su principal conclusión es que la inflación pone en peligro los avances en la paridad de género. “La brecha de género se ha reducido en los últimos cuatro años, pero existe el riesgo de que la alta inflación tras la pandemia pueda deshacer algunos de los avances sociales han contribuido a esta mejora”, señala la entidad en sus conclusiones.
El informe explica esta correlación entre la inflación y un retroceso en los avances sociales respecto a la brecha de género basándose en tres argumentos. En primer lugar, considera que dado que las mujeres dedican tres veces más tiempo al trabajo de cuidados no remunerado en todo el mundo, el aumento de los costes del cuidado de los hijos podría mantenerlas (o empujarlas) fuera de la población activa.
En segundo lugar, apunta que las mujeres tienen menos probabilidades de obtener mejoras salariales acordes a las subidas de precios debido a su presencia minoritaria en sectores mejor remunerados y menos afectados por las presiones inflacionistas (financiero o tecnológico). Y, por último, pone el foco en que el precio de los artículos dirigidos a mujeres ha aumentado más que aquellos destinados a los hombres.
Según el informe de Bank of America, es necesario poner el foco también en la paridad en la educación. “Estamos a tan solo un 4,7% de alcanzar la plena igualdad en la brecha de género en el Rendimiento Educativo Global”, destacan. De las cuatro áreas que supervisa el Foro Económico Mundial, esta es la que está más cerca de alcanzar la paridad (22 años). Sin embargo, la entidad advierte de que las presiones inflacionistas podrían afectar desproporcionadamente a las mujeres, que ya pueden tener dificultades para costearse la educación y otras formaciones. En EE UU, las mujeres tienen casi dos tercios (929.000 millones de dólares) de la deuda de los graduados universitarios. Dado que su sueldo es inferior, tardan de media dos años más en pagar estos préstamos. Esto podría retrasar o disuadir a las mujeres de alcanzar la independencia económica.
Si ponemos un filtro geográfico, el informe concluye que Europa va a la cabeza en términos de igualdad. Según sus datos, el 80% de las grandes empresas de la UE tiene al menos un tercio de los puestos de su consejo ocupados por mujeres, porcentaje superior al de cualquier otra región del mundo y que aumenta respecto al 15% de 2012. Además, en los últimos cuatro años ni una sola gran empresa tuvo un consejo exclusivamente masculino (frente al 11% que sí lo tenían en 2012), aunque solo alrededor del 10% tiene una proporción igualitaria o superior de mujeres en el consejo.
Por último, otra de las conclusiones de Bank of America es que las empresas paritarias presentan mejores resultados. “Las empresas centradas en la diversidad de género en el consejo de administración, la dirección ejecutiva y la empresa han logrado sistemáticamente un mayor ROE y un menor riesgo para sus beneficios en los años siguientes. Además, las empresas con un mayor porcentaje de consejeras tenían más probabilidades de recibir una calificación BBB2 o superior”, concluye en su informe.