La reducción o cancelación de dividendos fue noticia durante lo peor del efecto de la pandemia sobre la economía. Ahora sabemos, según los datos que arroja el Janus Henderson Global Dividend Index, que su descenso ha sido inferior al temido. De hecho, los repartos globales cayeron un 12,2% en 2020, hasta los 1,26 billones de dólares, lo que equivale a un descenso del 10,5% en tasa subyacente.
Según indica la gestora, se trata de una situación mejor que la prevista por la hipótesis más optimista de Janus Henderson, que contemplaba unos repartos por valor de 1,21 billones de dólares, gracias a un descenso menos pronunciado de lo esperado en la remuneración al accionista en el cuarto trimestre. En base subyacente, los dividendos fueron un 10,5% inferiores en 2020, una caída menos drástica que la acontecida después de la crisis financiera mundial. El índice de dividendos a escala mundial de Janus Henderson retrocedió hasta 172,4, un nivel que no se observaba desde 2017.
Los recortes de dividendos más drásticos tuvieron lugar en el Reino Unido y Europa, que en conjunto representaron más de la mitad de la reducción total de los repartos a nivel mundial, debido principalmente a la restricción forzosa a la distribución de dividendos bancarios por parte de los reguladores. “Sin embargo, aunque la remuneración al accionista en Europa y el Reino Unido cayó por debajo de los niveles registrados en 2009, cuando pusimos en marcha nuestro índice, esta aumentó un 2,6% en tasa general en Norteamérica, lo que ha supuesto un nuevo récord. Norteamérica ha mostrado especial buen tono principalmente porque las empresas fueron capaces de preservar el efectivo y proteger sus dividendos suspendiendo o disminuyendo las recompras de acciones, y porque los reguladores fueron más indulgentes con los bancos. En Asia, Australia fue el país más afectado, debido a su marcada dependencia de los dividendos bancarios, limitados por los reguladores hasta diciembre. Por otra parte, China, Hong Kong y Suiza se sumaron a Canadá entre los países con mejores cifras de repartos”, explican desde la gestora.
Según indica el análisis que hace la gestora a raíz de su índice, los repartos del cuarto trimestre cayeron un 14% en términos subyacentes, hasta un total de 269.100 millones de dólares, mientras que el descenso general fue de tan solo un 9,4%. En su opinión, se trata de una disminución menos pronunciada de lo esperado, dado que empresas como Sberbank en Rusia y Volkswagen en Alemania retomaron por completo el reparto de dividendos suspendidos, mientras que otras, como Essilor en Francia, lo reanudaron, pero a un nivel inferior.
Además, indica que los dividendos extraordinarios también fueron más abultados de lo esperado, y en EE.UU. los dividendos anunciados para los próximos cuatro pagos trimestrales fueron superiores a lo previsto.
Está claro que el COVID-19 tuvo un impacto sobre los dividendos globales. En este sentido, si bien los recortes y cancelaciones ascendieron a 220.000 millones de dólares entre abril y diciembre de 2020, las empresas distribuyeron a sus accionistas 965.000 millones de dólares y lograron superar con creces los recortes. Una de cada ocho empresas anuló su remuneración al accionista y una de cada cinco la redujo, aunque dos tercios la aumentaron o la mantuvieron. Los bancos representaron un tercio de las reducciones de repartos a nivel global, más del triple en comparación con las productoras de petróleo, el siguiente sector más afectado. Seis de cada diez empresas de consumo discrecional disminuyeron o cancelaron sus distribuciones, mientras que las firmas tradicionalmente defensivas (distribución de alimentos, farmacéuticas y productos personales) resistieron bien. Entre los mayores mercados bursátiles del mundo, el efecto en España y Francia fue especialmente generalizado: el 71% de las empresas realizó reducciones, frente a un exiguo 9% en Canadá.
Perspectivas
Desde la gestora miran al futuro y apunta que, en el primer trimestre de 2021, se reducirán los repartos, aunque ve probable que el descenso sea inferior al registrado entre el segundo y el cuarto trimestre de 2020. Las perspectivas para el conjunto del año continúan siendo muy inciertas.
“La pandemia se ha intensificado en muchas partes del mundo, a pesar de que la administración de las vacunas brinda esperanza. Y lo que es más importante, los dividendos bancarios se reanudarán en los países en los que se limitaron, aunque no se acercarán a los niveles de 2019 en Europa y el Reino Unido, y esto limitará el potencial de crecimiento. Todo apunta a que las zonas del mundo que demostraron resiliencia en 2020 repetirán su buen tono en 2021, pero es probable que algunos sectores sigan experimentando dificultades hasta que las economías puedan reabrirse por completo”, explica la gestora.
Según su análisis, una salida lenta de la pandemia y el lastre causado por el primer trimestre sugieren que los dividendos podrían caer un 2% (en base general) durante el año completo según la hipótesis más pesimista (-3% en base subyacente). Y, siguiendo la hipótesis más optimista en estos momentos, los dividendos protagonizarían un incremento del 2% en base subyacente, lo que equivale a un aumento general del 5%, hasta un total de 1,32 billones de dólares.
“Aunque la pandemia ha cambiado la vida de miles de millones de personas de maneras inimaginables, sus repercusiones en los dividendos se han asemejado a las de una recesión convencional, aunque grave. Los sectores que dependen del gasto discrecional se han visto más afectados, mientras que los defensivos han seguido realizando distribuciones. Por países, lugares como el Reino Unido, Australia y algunas zonas de Europa sufrieron un mayor declive porque algunas empresas se habían excedido en sus distribuciones antes de la crisis, así como por la intervención de las autoridades reguladoras en el sector bancario. Sin embargo, a escala mundial, la contracción subyacente del 15% interanual de los repartos entre el segundo y el cuarto trimestre fue menos grave que la acontecida tras la crisis financiera mundial”, apunta Jane Shoemake, gestora de fondos en el equipo Global Equity Income en Janus Henderson.
Según indica Shoemake, en algunos países y sectores, la perturbación ha sido extrema, pero contar con un enfoque global a la inversión centrada en la percepción de rentas ha implicado que los beneficios de la diversificación han ayudado a mitigar algunos de estos efectos. “Lo más importante es que los bancos de todo el mundo (que suelen distribuir la mayor parte de los dividendos globales) se adentraron en la crisis, en su mayoría, con unos balances saneados. Puede que los reguladores hayan restringido los dividendos bancarios en algunas zonas del mundo, pero el sistema bancario ha seguido funcionando, respaldado por unos sólidos niveles de capital, lo que es vital para el buen funcionamiento de las economías. Por último, como suele suceder en entornos económicos complicados, los dividendos están demostrando estabilidad en comparación con los beneficios. Esta es una de las razones por las que los dividendos son un factor tan importante para los inversores”, concluye la gestora.
Por su parte, Martina Álvarez, directora de ventas para Iberia en Janus Henderson, añade: “Las empresas españolas no han escapado del fuerte impacto generalizado que causó la pandemia del COVID-19. 2020 no fue un año halagüeño en lo que a pago de dividendos se refiere, y muchas compañías frenaron sus repartos o los pospusieron. Afortunadamente, no todo fueron malas noticias: las empresas de suministros públicos españolas incluidas en el índice realizaron alzas en sus repartos”.
Álvarez destaca que con la llegada de este cisne negro, ha quedado más que demostrada la importancia de contar con una cartera global. En su opinión, “eventos al otro lado del mundo pueden tener consecuencias inesperadas en nuestros mercados. Por ello, la diversificación geográfica y sectorial sigue siendo fundamental en este entorno. La diversificación ayuda a navegar periodos de mayor volatilidad y obtener fuentes de ingresos sostenibles en el tiempo”.