El año ha arrancado y con ello la agenda de reuniones de los bancos centrales, empezando con la del Banco Central Europeo (BCE) este jueves. Según las principales valoraciones de las gestoras, la reunión de su Consejo de Gobierno traerá pocas novedades. En principio, la entidad monetaria mantendrá los tipos al mismo nivel y no hará cambios significativos en sus programas de compras, tras lo anunciado en diciembre de 2020.
Está será una reunión muy diferente a la última de 2020, pero igualmente interesante dado el reto que tiene Europa frente al coronavirus y a su potencial recuperación económica. En opinión de Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments, lo interesante puede estar en la posterior rueda de prensa. “Esperamos que la rueda de prensa se centre en el impacto económico de la reanudación de los confinamientos en toda Europa, el despliegue de vacunas, el acuerdo Brexit, y cómo el estímulo fiscal adicional en EE.UU. afecta a las perspectivas europeas. Los inversores querrán escuchar lo que el BCE podría hacer si las condiciones económicas siguen deteriorándose, y se mostrarán temerosos si el BCE habla de la eventual retirada del apoyo”, explica Diggle.
El economista senior de la gestora considera que la economía de la Eurozona se dirige hacia una doble recesión, y a largo plazo, la inflación va a permanecer muy moderada. “Así que no deberíamos descartar completamente que el BCE suavice aún más la política monetaria. Su primera línea de defensa sería acelerar el ritmo de las compras de QE, y luego expandir el programa y aumentar la cantidad de préstamos bancarios baratos que ofrece. Es poco probable que esto se produzca tan pronto como esta semana”, advierte.
Aborde o no este tema durante la reunión del jueves, como recuerda Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, los inversores están esperando que la institución monetaria europea haga lo necesario para mantener las condiciones financieras sin cambios, incluso ante una mejora en las perspectivas de inflación. Él en cambio, sí lo ve probable: “Esperamos que Christine Lagarde comente esas líneas después de la reunión del BCE de esta semana, en la que no se espera una decisión ni un mensaje contundente. La estrategia para el 2021 se configuró el mes pasado. La verdadera prueba de fuego llegará más tarde, una vez que la economía se haya estado normalizando durante varios meses, cuando el BCE tendrá que decidir cómo amortiguar el impacto en el mercado de la eliminación del PEPP”, afirma Moëc.
Para Peter Allen Goves, analista de renta fija de MFS Investment Management, las áreas de interés para el “Q&A” seguramente incluyan la revisión de la estrategia, la necesidad de mantener “condiciones de financiación favorables” y cómo el BCE sigue controlando el tipo de cambio del euro. Justamente sobre la divisa europea, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, explica que «la reciente caída del euro frente al dólar estadounidense disminuye la presión sobre el BCE para que comente los movimientos de los tipos de cambio. Aun así, después de la apreciación del euro del año pasado, pueden reiterar que continuarán vigilando la evolución del tipo de cambio».
Como se puede observar, la lista de temas sobre la que los inversores y el mercado esperan escuchar la visión del BCE en este inicio de año es larga. A ella, Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors, añade un par más: un mensaje de confianza y un mensaje sobre las políticas fiscales. “El BCE debería reiterar su capacidad de ajustar todas sus herramientas para lograr su objetivo: garantizar unas condiciones de financiación favorables en la zona euro. Pero en esta etapa, nada justifica el anuncio de nuevas medidas. Por otro lado, Christine Lagarde debería reiterar el papel fundamental de las políticas fiscales en el apoyo a la recuperación. Los inversores entendieron bien la muy clara hoja de ruta presentada en diciembre, como lo demuestra el bajo nivel de tensión del mercado ante las dificultades políticas en Italia. El BCE no aceptará la fragmentación financiera en la zona euro y ofrece una gran visibilidad al anclar los tipos a corto plazo en niveles muy bajos para influir en toda la curva”, argumenta Dixmier.
No se esperan más estímulos
Según las consideraciones de Konstantin Veit, Portfolio Manager European Rates en Pimco, el BCE está en estado de “hibernación” y con el “piloto automático puesto”. Por ello, según Veit, podríamos esperar una evaluación de cómo se desarrollan las condiciones macroeconómicas en los próximos meses y cómo responderá a cualquier endurecimiento material de las condiciones de financiación con el programa de compras de emergencia para pandemias (PEPP), en línea con su marco de control laxo de la curva de rendimiento (LYCC).
“A medio plazo, el BCE probablemente espera que la primera mitad del año no requiera decisiones importantes de política monetaria y que las condiciones permitan un enfoque intenso en la revisión de la estrategia en curso. Una vez que se hayan neutralizado suficientemente los efectos relacionados con la pandemia en la senda de la inflación mediante medidas de política temporales como el PEPP y las agresivas TLTRO, creemos que volverán a cobrar importancia los instrumentos de compra de activos más habituales para afinar la postura de la política monetaria posterior a la pandemia a partir de 2022, mientras que los recortes de los tipos de interés quedarán en un segundo plano. El BCE tendrá que seguir siendo muy complaciente en los próximos años y, en todo caso, las conclusiones de su revisión estratégica probablemente se inclinen hacia la política acomodaticia por más tiempo”, añade Veit.
Para Ulrike Kastens, economista DWS, la pregunta es más bien si el BCE tendrá que dar más estímulo monetario en caso de que la ya cautelosa proyección de crecimiento del PIB del 3,9% para 2021 tenga que ser revisada a la baja como resultado de los prolongados cierres. No creemos que sea así. Aunque es probable que la recuperación económica sufra un revés durante el invierno, con múltiples proveedores que proporcionen la vacuna, las probabilidades de una recuperación significativa a partir del verano de 2021 han aumentado.
“El BCE continuará asegurando condiciones de financiación favorables con sus compras mensuales. El volumen del PEPP es suficiente, sobre la base del promedio de las compras mensuales de los últimos meses. Incluso incluye una especie de «margen de seguridad» en caso de que fuera necesario un mayor volumen de compras si hubiera posibles distorsiones del mercado. Con este telón de fondo, es probable que el BCE permanezca en suspenso en los próximos meses. La decisión sobre cómo proceder debería tomarse entonces en la segunda mitad de 2021, cuando también se complete la revisión de la estrategia. Pero sería una ilusión esperar que algo cambie en la orientación fundamentalmente expansiva de la política monetaria”, concluye Kastens.