“Hay que tener emergentes en cartera”. Así lo aseguraba Inés del Molino, directora de Cuentas de Schroders, en el IV Encuentro Aseafi para profesionales e inversores bajo el título Oportunidades de inversión en mercados emergentes y en Latibex.
Los expertos coincidieron en que 2019 ha sido un año “bárbaro” para los mercados emergentes. Las brutales caídas que protagonizaron 2018, las grandes cantidades de dinero que entraron en estos mercados y la bajada de los tipos de la Reserva Federal (Fed) impulsaron su crecimiento, según Álvaro Ramírez, jefe de ventas en JP Morgan Asset Management. Sin embargo, los datos de 2019 no deberían servir para tomar decisiones de cara al futuro, advertía Del Molino.
Los expertos del acto, en el que también participó Marian Fernández, responsable de macro en Andbank España, se mostraron unánimes en la importancia de estos activos, pues, pese a que se conciben siempre como los más castigados y volátiles, ofrecen numerosas oportunidades y cada vez aportan más al crecimiento mundial. “Los mercados emergentes, que no las economías, suben cuando entra dinero de los inversores”, subrayó la directora de cuentas de Schroders. Por ello, dependen de la confianza, lo que hace que ofrezcan una mayor volatilidad.
Sin embargo, también son mercados que, al estar en un momento del ciclo diferente a las economías desarrolladas y contar con una población más joven, más dispuesta al consumo y con menor gasto en prestaciones, ofrecen muchas oportunidades. No obstante, estas no están exentas de riesgo. Por ello, hay que tener dos factores fundamentales en cuenta: el peso que se les dé a estos activos en cartera y tener siempre una perspectiva a largo plazo. No podemos olvidar, como subrayaba Fernández, “que son muy vulnerables a los flujos externos, a los flujos inversores, aún son mercados desconocidos y, a veces, con menor transparencia que los desarrollados”.
La principal amenaza que destacan los gestores a estos activos es la guerra comercial. Álvaro Ramírez aseguraba que, a estas alturas, ya no se trata de un problema puntual, sino estructural, por lo que será un riesgo a medio-largo plazo. No obstante, el cierre de la primera fase del acuerdo y la “dulcificación” del conflicto, parecen haber levantado la incertidumbre del sector manufacturero, lo que debería beneficiar a los emergentes.
Por otro lado, una política que “es, ha sido y será” acomodaticia, según Ramírez, será otro factor positivo para los mercados emergentes, unido a una inflación relativamente baja.
Marian Fernández destacaba, a su vez, una serie de factores idiosincráticos de los mercados emergentes que podrían reportar beneficios a los inversores de cara a 2020. Las reformas económicas y administrativas, así como la creciente popularidad y confianza del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro; las sucesivas liberaciones laborales y de la tierra en la India; y las liberaciones financieras en China, le añaden atractivo a estos mercados. Además, según los datos de Andbank, el bono americano y el dólar se mantendrán “aburridos pero estables”, lo que le sentará bien a los emergentes.
Sin embargo, si algo caracteriza a estos mercados es su heterogeneidad. Del Molino señalaba la importancia de ser selectivos a la hora de invertir en emergentes y adaptar siempre la estrategia al perfil del inversor. “Siempre habrá que ser muy selectivo a la hora de ver qué países emergentes ofrecen las mejores oportunidades”.
Emergentes, con perspectiva global
Los tres expertos coinciden en que las mejores oportunidades se encontrarán en las carteras globales. En este aspecto, desde Schroders apuestan por olvidar lo que ha pasado en 2019. “Si hay tipos de interés bajos en el mundo y si buscamos rentabilidad, habrá movilidad en los mercados emergentes, lo que ofrecerá mejores oportunidades”, asegura Del Molino. No obstante, se mantienen optimistas en renta fija emergente, tanto la privada como la gubernamental. En cuanto a renta variable, ven oportunidades en Asia, frente a la incertidumbre política que se extiende en Latinoamérica, aunque ese mercado “sigue muy caro”.
Desde JP Morgan AM prevén un repunte del crecimiento y consumo mundiales a partir del segundo trimestre de 2020, lo que afectará directamente a los mercados emergentes, lo que podría traducirse en un buen año para estos. La gestora prevé unas rentabilidades de en torno al 12%-14% para la renta variable emergente.
Desde la gestora, además, sobreponderan China pues, pese a haberlo “pasado muy mal”, se mantienen optimistas gracias al reciente programa de inyección de liquidez y su músculo financiero. Asimismo, destacan el potencial de crecimiento de Taiwán y Corea del Sur. Se trata de países especializados en la fabricación de productos electrónicos y, una vez se relajen las tensiones comerciales, su exportación volverá a aumentar, según el experto. Por último, se mantienen expectantes respecto a Brasil, pero optimistas con México por estar estrechamente ligados con la economía estadounidense.
Más prudentes se muestran en Andbank, con unas previsiones de rentabilidad del 8%-12% en renta variable. La renta fija, por su parte, podría ofrecer en torno al 6%. Y subrayan el interés por Brasil que, tras las diferentes reformas impulsadas por el gobierno, ha aumentado su actividad económica.