«Invertir en las mujeres, acelerar el progreso», es el lema este año del Día Internacional de la Mujer. La falta de financiación es un obstáculo clave para conseguir la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en 2030. Se necesitaría invertir 360.000 millones de dólares más por año en medidas destinadas a estos propósitos.
ONU Mujeres España también afirma que hoy el 10% de las mujeres en el mundo vive en extrema pobreza, con menos de 2,15 dólares al día; en América Latina, el 62% se encuentra en situación de pobreza multidimensional, mientras que en España más del 8% tiene carencias materiales.
Para hablar de la necesidad de desarrollar iniciativas de inversión con enfoque de género, ONU Mujeres España y la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) han organizado en Madrid un acto con representantes del sector público, privado y una emprendedora colombiana en situación de vulnerabilidad. En el encuentro se ha resaltado la importancia de promover sinergias público-privadas que afronten, tanto en España como en América Latina, los desafíos en el avance hacia la igualdad, partiendo de la escucha de las necesidades que plantean las propias mujeres.
Invertir en las mujeres ya ha demostrado ser un poderoso catalizador de cambio. Mujeres como Dana, una de las más de 1,7 millones de emprendedoras que la FMBBVA atiende en cinco países de América Latina, ha contado en el acto cómo tres pequeños créditos han cambiado su vida. Actualmente es dueña de un negocio de producción de cacao y venta de chocolate. Con su emprendimiento, mantiene a su familia y contribuye al progreso de su comunidad. Esta mujer de 56 años, procedente de una familia campesina, forma parte de una asociación donde apoya a mujeres rurales de su zona que, como ella, han sido víctimas del conflicto armado en Colombia.
Para muchas mujeres como Dana, emprender es la única forma de generar ingresos, pero tienen que superar numerosos obstáculos como acceder al sistema financiero. De hecho 740 millones de mujeres en el mundo carecen de una cuenta bancaria (Global Findex del Banco Mundial). Además tienen que superar los roles y estereotipos sociales de género y la brecha salarial. Y es que al ritmo actual, según el Banco Mundial, es probable que las mujeres que comienzan a trabajar hoy, cuando se jubilen no hayan conseguido los mismos derechos que los hombres.
En España, el 94% de las empresas del Ibex 35 cuentan con políticas relativas a la igualdad de género, aunque según Pacto Mundial (ONU) la brecha salarial de género en nuestro país es del 28%. Por otra parte, el Banco Mundial estima que cerrar las brechas económicas de género podría inyectar 172 billones de dólares en la economía mundial. Es decir que el PIB per cápita se incrementaría alrededor de un 20% en el mundo, si se cerrara la brecha salarial. Un cálculo que demuestra que acabar con las desigualdades además de una cuestión de justicia, también beneficia a la economía y a toda la sociedad.
Tal y como ha señalado Javier M. Flores, director general de la FMBBVA, “invertir en las mujeres no sólo es imperativo desde la perspectiva de igualdad, sino que también es un motor para el crecimiento, para construir sociedades más inclusivas y prósperas para todos y erradicar la pobreza. Los datos de la Fundación Microfinanzas BBVA confirman que de los emprendedores que salieron de la pobreza en 2023, siete de cada 10 son mujeres”. En este contexto la cooperación internacional es fundamental pero según estimaciones recientes, el 75% de los países mantendrán los recortes en el gasto público en 2025 debido a los conflictos y a la subida de los precios, de los combustibles y de los alimentos, algo que de nuevo impactará más en las mujeres y en su acceso a servicios de protección social. Entre los países de la OCDE, España destaca por tener la mayor proporción de ayuda oficial al desarrollo destinada a proyectos de igualdad de género, con un 20% del total.
Por su parte Ewa Widlak, presidenta de ONU Mujeres España, ha hecho hincapié en la urgencia de cerrar las brechas de género ya que se estima que al ritmo actual, 342 millones de mujeres vivirán en extrema pobreza en 2030 y se requerirán cerca de 300 años para alcanzar la plena equidad de género. “La realidad a la que nos enfrentamos es alarmante: al ritmo actual, estamos condenando a millones de mujeres a la pobreza extrema y perpetuando las desigualdades de género durante siglos. Es imperativo reconocer que la inversión en las mujeres no solo es cuestión de justicia, sino también una estrategia vital para la construcción de sociedades más resilientes, fuertes y equitativas, el desarrollo sostenible y la prosperidad global. Esta realidad demanda una acción concentrada y urgente por parte de todos los actores de la sociedad, desde los gobiernos hasta el sector privado y la sociedad civil para cerrar las brechas de género y garantizar un futuro más justo y equitativo para todas las personas”, ha señalado Widlak.