El mercado de renta variable asiática sigue al alza, superando en más del 50% los mínimos que tocó en 2016. En lo que va de año, el índice MSCI Asia Pacific Ex Japan supera al S&P 500 en más de un 21%, mientras que el renminbi se apreció un 6% con respecto al dólar, ¿es todavía un buen momento para entrar en esta clase de activo si se perdió el rally? Josh Crabb, responsable de renta variable asiática de Old Mutual Global Investors, opina que sí.
Durante la celebración del OMGI Global Markets Forum en Boston, el principal gestor de los fondos Old Mutual Asian Equity Income y Old Mutual Pacific Equity revisó las posibles amenazas que acechan a esta clase de activo, sus valoraciones y la probabilidad de obtener rendimientos positivos en los siguientes 12 meses, junto con los temas que son los principales generadores de alfa en sus carteras.
¿Qué debe preocupar al inversor de renta variable asiática?
En las últimas semanas, el incremento de las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte ha creado mucho ruido en los mercados. Según Crabb, no debe ser algo que preocupe demasiado a los inversores, pues estima un 99% de probabilidad de que no suceda nada y tan sólo un 1% de que ocurra algo verdaderamente malo que conlleve una bajada del 100% en los mercados. Multiplicando probabilidades, esto sólo representa un impacto del 1% en los mercados.
“Si miramos atrás en la historia y repasamos eventos mucho más extremos, como fue la crisis de los misiles en Cuba, con dos potencias mucho más equipadas y un posible resultado final mucho peor, podremos ver que el mercado tan solo se movió entre un 3% y un 4%. Si como inversores estamos genuinamente preocupados por esta cuestión y sin que este comentario represente asesoramiento, la solución sería comprar opciones put sobre el índice Kospi (Korea Stock Exchange Index), que se encuentren “out of the money” y cuya fecha de expiración esté lejos en el tiempo, esta estrategia pagará mejor que dejar algo de efectivo extra en la cartera”.
El espectacular rally que ha experimentado esta clase de activo desde el año pasado hasta la fecha ha hecho pensar a algunos inversores que llegan tarde a la fiesta, pero todavía es un buen momento para entrar si se tienen en cuenta las valoraciones en términos del múltiplo precio-valor contable: “Si los inversores hubieran entrado a comprar en febrero de 2016, cuando el múltiplo precio-contable se situaba en 1,2 veces, hubieran obtenido con un 100% de probabilidad un rendimiento positivo en los siguiente 12 meses, según indican los datos históricos de esta clase de activo en los últimos 20 años. En la actualidad, el mercado se sitúa en unos múltiplos de 1,7 veces, algo alejado de los mínimos, pero todavía con una perspectiva muy favorable, con una probabilidad obtener retornos positivos cercana al 70% – 80%. En estos momentos es una de las clases de activo más barata y sigue siendo un buen momento para invertir, con una buena probabilidad de generar ganancias”.
Otra frecuente preocupación, es cómo reaccionará la renta variable asiática a las potenciales subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. El escenario base que muchos inversores anticipan es que, si hay una nueva subida de tasas debido al aumento de las presiones inflacionarias, el dólar se apreciará, repercutiendo negativamente en el precio de las materias primas, en los mercados emergentes y en particular en Asia. Algo que según Crabb, no debe necesariamente ocurrir. Para explicar su visión, el gestor de Old Mutual se remonta al periodo comprendido entre de 2003 y 2007 para contrastar el comportamiento del dólar, medido por el índice DXY (US Dollar Index), y la renta variable asiática ante un ciclo restrictivo por parte de la Fed: “Mientras el mercado americano se recuperaba de la burbuja tecnológica, los múltiplos del mercado asiático se encontraban en niveles baratos por varias causas: las medidas de relajamiento cualitativo en Tailandia, los ataques terroristas a discotecas en Indonesia, la enfermedad del SARS, los precios de los bienes inmobiliarios en Hong Kong estaban a la mitad de su valor actual y la economía era débil. Cuando la Reserva Federal comenzó subir tipos, el dólar comenzó a apreciarse en un primer momento para después depreciarse, pero el mercado de renta variable continúo al alza durante todo el ciclo. No es hasta que la Reserva Federal comienza a bajar tipos que el índice MSCI Asia ex Japan comienza a caer. Si regresamos al ciclo actual y repasamos lo sucedido hasta ahora, podemos ver que el dólar comenzó su rally en anticipación a la subida de tipos de la Fed y la renta variable asiática comenzó a obtener mejores rendimientos. El dólar ya ha comenzado a depreciarse, pero los mercados asiáticos continúan al alza”.
Crabb también defiende que, ahora que las condiciones globales actuales parecen mejorar, con China y Europa ofreciendo unas atractivas valoraciones y una mayor fortaleza económica, los inversores comenzarán a asignar unos mayores recursos a estas clases de activos.
¿Cuál es el enfoque correcto para posicionarse en la renta variable asiática?
Cuando los inversores piensan en la siguiente crisis económica, se remontan a la crisis de 2009. Aunque según apunta Josh Crabb, muy probablemente la próxima crisis se parezca más a la crisis del año 2000, en la que a pesar de que el índice S&P 500 bajó bastante, muchos valores subieron en términos absolutos. De esta manera, el gestor busca exposición a empresas que esperan que tengan un gran crecimiento porque su mercado va a tener un gran crecimiento. En la actualidad, son cinco las tendencias que el gestor está considerando como los principales factores generadores de alfa de la cartera: la inversión en infraestructura en India, los mercados frontera, la polución en China, el internet de las cosas (IOT) y la inteligencia artificial (AI).
Comenzando por las compañías vinculadas con el internet de las cosas y la inteligencia artificial, Crabb destaca la irrupción en los hogares de nuevos productos que representarán una revolución en la misma escala que en su día representó el teléfono móvil. “La mayoría de los presentes habréis oído hablar de Amazon Echo y Google Home. La semana anterior estuve en Europa y básicamente nadie conocía estos productos, ni el hecho de que Microsoft, Alibaba, Samsung y un buen número de empresas se encuentran en el proceso de lanzar sus propias versiones de estos productos que cambiarán de forma completa el modo en el que la gente interactúa. Estos aparatos permiten conectar cada electrodoméstico que haya en la casa utilizando la voz como comando. Esto va a llevar a un ciclo de proliferación de productos masivo del que nos podremos beneficiar participando en empresas de un tamaño relativamente pequeño en cuestión de capitalización bursátil hoy en día”.
Como ejemplo, el gestor menciona Primax Electronics, una empresa tailandesa que se especializa en la fabricación de micrófonos que es capaz de identificar voces, utilizados en por Google home y Amazon Echo. Mientras que la valoración de la empresa medida en término de PER se sitúa cerca de las 10,5 veces, la de Alibaba se sitúa alrededor de las 50 veces. “Si pensamos en que este producto todavía no ha llegado a América Latina, Asia o Europa y en cuánta gente lo tendrá en un corto periodo de tiempo es una fantástica oportunidad. Además, esta tecnología se integrará en las televisiones, en los sistemas de luz, en los timbres de las casas y los aspersores. Este pensamiento se puede extender a los fabricantes de sensores, lentes de cámaras y demás productos cuyas empresas muestran unas valoraciones baratas y un crecimiento potencial masivo”.
Por último, Crabb menciona el tema de la polución en China, señalando que aquellas empresas altamente contaminantes, como las productoras de acero que no están cumpliendo con la regulación en materia de medio ambiente o con el pago de sus impuestos tendrán que cerrar en un futuro no muy lejando, derivando su producción a las empresas que si están cumpliendo. “La población en China ha alcanzado un nivel socioeconómico suficientemente elevado como para comenzar a preocuparse por la polución. Es por ello que deja de tener prioridad la creación de puestos de empleos y se comienza a dar más importancia a las empresas productoras de acero que respetan las normas, que crean estándares de calidad y que en un futuro ganarán el volumen extra que pierdan las empresas que incumplen”.