La ciudad de Nueva York, el epicentro financiero del mundo, se prepara para abrir. Su alcalde, Bill de Blasio, dijo que confía en que su ciudad comenzará a reabrir en las próximas dos semanas, apenas se defina cómo asegurar la seguridad en el transporte público. La ciudad y la Autoridad de Transporte Metropolitano del estado tienen que «encontrar una manera no solo de mantener limpios los subterráneos, sino también de cómo imponer límites al distanciamiento social», dijo el viernes en una conferencia de prensa.
La ciudad de Nueva York es la única de las 10 regiones estatales que aún se encuentra bajo cuarentena debido a razones como que tiene menos del 30% de camas de hospital y camas de cuidados intensivos disponibles.
Al cierre de la semana pasada, al menos 21.000 neoyorquinos habían perdido la vida a causa del COVID-19. Las muertes de la ciudad son 10 veces mayores que las del condado de Los Ángeles y han superado las 16.000 vidas perdidas en la región de Lombardía en Italia.
El alcalde ha estimado que entre 200.000 y 400.000 personas regresarán a trabajar en la construcción, manufactura y venta al mayoreo y retail durante la primera fase de reapertura.
De Blasio también dijo que confía en que el estado otorgará a la ciudad un mayor poder de endeudamiento en junio, después de las pérdidas de ingresos por el coronavirus.
Mientras tanto, la semana pasada, la Bolsa de Nueva York (NYSE) reabrió su piso de negociación después de un cierre de dos meses debido a la pandemia. Pero a medida que entran en vigencia nuevas reglas de distanciamiento social, el piso de remates se ve muy distinto.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, fue elegido para dar el timbrazo de apertura.
«No se trata de volver a la normalidad», dijo entonces la presidente de NYSE, Stacey Cunningham. «Se trata de vivir con esta pandemia mundial hasta que haya una vacuna».
Según las medidas implementadas por la NYSE, solo una cuarta parte del número normal de traders podrá regresar al trabajo, pero deben evitar el transporte público, usar máscaras y seguir estrictas reglas de distanciamiento social, con barreras transparentes recién instaladas para mantener a las personas separadas.
También serán revisados y se les tomará la temperatura cuando ingresen al edificio. Cualquier persona que no apruebe el chequep quedará excluido hasta que su prueba de coronavirus o auto-cuarentena sea negativa de acuerdo con las pautas del gobierno de EE. UU..
Las nuevas regulaciones también significan que los campanazos de apertura y las celebraciones de lanzamientos en el mercado de valores se han suspendido a medida que se prohíben los visitantes.