Los activos de renta fija han vivido un espectacular rally en los últimos años, e incluso meses, sobre todo en Europa, ante las expectativas de una menor inflación en el Viejo Continente, las medidas de relajación cuantitativa tomadas por varios bancos centrales – y sin prisa por parte de la Fed para corregirlas-, la debilidad de la economía alemana o la necesidad de buscar refugio ante el conflicto en Ucrania. Desde un punto de vista más estructural, la necesidad de ahorro ante el envejecimiento de la población también ha llevado las carteras hacia este activo.
Pero, en opinión de Robeco, el rally ha terminado, puesto que los bonos están sobrevalorados, porque la economía europea está en camino de recuperación (y, por lo tanto, la rentabilidad de la deuda convergerá al alza con la estadounidense en algún momento) y porque el centro de gravedad de la economía mundial, los mercados de EE.UU., acabará impulsando esos yields, según explica Léon Cornelissen, economista jefe de Robeco, en una presentación a periodistas en Alicante, celebrada en el marco de su participación en la Volvo Ocean Race, en la que patrocinan al equipo Brunel.
En opinión de la gestora, los spreads están demasiado bajos y “no compensan por el riesgo asumido”, tanto en el segmento de deuda pública como en el segmento de crédito con grado de inversión, que infraponderan en las carteras. Aunque el high yield sige sobreponderado, han reducido esas posiciones.
Teniendo en cuenta esta situación, la principal apuesta de la gestora son las bolsas, aunque con una inversión de forma selectiva, puesto que no están baratas. “La búsqueda de rentabilidad continuará y los diferenciales de los bonos están muy ajustados; mientras, los beneficios en EE.UU. son sólidos y las recompras de acciones seguirán apoyando a los mercados bursátiles”, explica Cornelissen. En Estados Unidos, las valoraciones están por encima de su media histórica, aunque aún no es momento de venta, dice; desde ese punto de vista, los precios son más atractivos en Europa y en el mundo emergente. Con todo, desde una perspectiva táctica, la gestora sobrepondera actualmente las bolsas de los mercados desarrollados y es neutral en las de los mercados en desarrollo.
Optimistas con Europa
Entre las razones de su apuesta por la bolsa europea, y además de las valoraciones, está la confianza en la recuperación económica. “No compartimos el pesimismo en Europa y el escepticismo en torno a un estancamiento secular. Europa se recuperará”. En su opinión, una corrección en las bolsas tras las fuertes subidas pasadas es incluso apropiada, y no espera caídas drásticas.
Entre los motivos de su optimismo destaca la debilidad del euro ante las políticas del BCE, que ayudará a la economía, el hecho de que la austeridad haya salido de la agenda política, y sus perspectivas de que la crisis en Ucrania se convierta en un “conflicto congelado” que pueda volver a impulsar a los productores alemanes que se han visto más afectados.
Con respecto a las políticas del BCE, cree que también ayudarán y cree posible la aplicación de un QE generalizado si la situación empeora. “No tengo ninguna duda de que es posible su aplicación si es necesario: no habría problemas legales si las compras llegan a todos los bonos públicos, pues sería un QE neutral, y además no es una medida tan poco convencional cuando todos los demás bancos centrales lo han hecho”, explica. Con todo, no cree que ahora sea el momento de aplicarlo. Al otro lado del Atlántico, la Fed empezará a subir tipos en el verano de 2015 y eso fortalecerá el dólar, algo que cree que la economía estadounidense “puede permitirse”.
En Japón, cree que la respuesta a los decepcionantes resultados del Abenomics serán más estímulos, lo que debilitará más al yen, mientras China se mantendrá ligeramente estimulativa en sus políticas y no dejará desacelerar demasiado el crecimiento. “A largo plazo los problemas del sobre-endeudamiento aparecerán pero el juego seguirá en los próximos años, así que China seguirá contribuyendo al crecimiento global”, apostilla.