Moody’s Investors Services, la última de las tres grandes agencias de calificación que todavía no había despojado a la deuda soberana de Brasil del grado de inversión, anunció una rebaja de dos escalones, desde “Baa3” a “Ba2”, con perspectiva negativa.
La rebaja de la deuda fue motivada por la perspectiva de un deterioro adicional de los indicadores de deuda de Brasil en un ambiente de bajo crecimiento con la deuda probablemente excediendo el 80% del PIB en los próximos tres años. Un segundo motivo que impulsó a Moody’sa tomar la decisión fue la situación política actual brasileña, que continúa dificultando los esfuerzos de consolidación fiscal de las autoridades y posponiendo necesarias reformas estructurales.
La perspectiva negativa refleja la visión de que los riesgos de una consolidación y recuperación económica más lenta a lo esperado, o de que ocurran choques adicionales, están creciendo, creando incertidumbre sobre la magnitud del deterioro del perfil de la deuda de Brasil en el largo plazo.
Esta rebaja se suma a la que ya realizaron Standard & Poor’s y Fitch, que ya habían retirado el grado de inversión a Brasil en septiembre y diciembre del año pasado. Además, Standard & Poor’s ha realizado un segundo recorte recientemente. Estos recortes añaden presión sobre el gobierno de Dilma Rousseff, que está buscando apoyos para ganar apoyos en el Congreso para poder elevar los impuestos y recortar el gasto público, a la vez que hace frente al proceso de destitución que la acecha.