A lo largo de 2015, se mantendrán tendencias de inversión muy presentes en los últimos tiempos, como la búsqueda de rentabilidad, algo que exigirá ser más imaginativo teniendo en cuenta la carestía del activo que principalmente ha ofrecido esos retornos en los últimos años, la renta fija. Para ello, los inversores mirarán más allá, hacia activos alternativos, en los que, además de rentabilidad, buscarán protección y diversificación, quizá en activos de algo más de riesgo: “Los inversores están preocupados por la carestía de algunos activos y quieren diversificar en mercados como la deuda emergente, las inversiones socialmente responsables, los activos inmobiliarios…”, explica Andrew Milligan, director de Inversiones y responsable de Estrategia global de Standard Life Investments, recientemente en Madrid, en una entrevista con Funds Society.
En cuanto a esos activos alternativos que están teniendo gran demanda destaca el real estate, que se beneficia del entorno de crecimiento (aunque modesto) y de la necesidad de yields, si bien el problema está en los precios en algunos lugares. Con todo, podría ofrecer retornos de en torno al 5%-6% en los próximos tres años, si mercados como el europeo apuntalan su crecimiento. En la gestora cuentan con un fondo de REITs global que sirve para dar respuesta a esta demanda. Según Milligan, los inversores institucionales podrían elevar su posición en activos alternativos en sus carteras hasta niveles del 10%.
En general, la consigna es apostar por una verdadera gestión activa, sin restricciones y alejada de los índices, dando libertad al gestor para romper los corsés que imponen los benchmarcks. Y, sobre todo, ser selectivo en un mundo con enormes divergencias y en el que hay, inexorablemente, ganadores y perdedores, lo que hace atractivas las apuestas de valor relativo.
Habrá ganadores y perdedores, por ejemplo, en los mercados emergentes, donde según el experto “comprar todo el universo será peligroso, con riesgos como el de Brasil o Rusia y sin signos de que la demanda en China vaya a repuntar fuertemente”. Por eso, desaconseja mirar a estos mercados de forma global, o incluso por regiones, sino por países y compañías. “Habrá, por ejemplo, ganadores y perdedores derivados de la debilidad del yen, con Corea y Taiwán entre los segundos; o como resultado de la caída del precio del petróleo, con India y Turquía como ganadores mientras Malasia sufrirá”, cita como ejemplo.
En las bolsas del mundo desarrollado también habrá ganadores y perdedores. Una de las grandes apuestas de la gestora para el próximo año se centra en las acciones estadounidenses, gracias al crecimiento de los beneficios, pues las mejoras económicas se están trasladando a las empresas: Milligan espera crecimientos de en torno al 5%, que serán determinantes para la evolución del mercado bursátil, debido a que las valoraciones ya están ajustadas. También le gusta el mercado nipón, pero sobre todo por la divisa, así como el de Reino Unido, aunque en este caso con algunos matices debido a que hay aspectos positivos, como el crecimiento económico, pero otros negativos, como la fuerte libra. Por eso prefiere pequeñas compañías -más que las grandes-, con ingresos nacionales, y advierte de aquellas con negocios en el sector de la minería y el petróleo.
Signos positivos en España
Más allá de la sobreponderación de esos mercados, la gestora es neutral en bolsa emergente y europea. En Europa recuerda los últimos datos de Alemania y advierte de que se tendrán que tomar decisiones difíciles y refomas en países como Francia o Italia, aunque hay otros que, desde un punto de vista top-down le gustan más, como España. “Los costes laborales han disminuido, la competitividad y la productividad aumentan, se han dado pasos para reducir la deuda… aún hay mucho que hacer pero los signos son positivos”, dice.
En la entidad prefieren aproximarse al mercado europeo desde una perspectiva bottom-up, eligiendo compañías con negocios globales y capaces de defender su posición de mercado, ante riesgos económicos o políticos como la aparición de partidos populistas, al estilo de Podemos en España. “No estoy preocupado por el tema catalán pero más por el desafío que supone la aparición de partidos populistas y antisistema. Es un gran riesgo no solo en España y no solo el próximo año, sino en muchos países y momentos”.
En el caso del Viejo Continente, la evolución de las bolsas dependerá, además del crecimiento de los beneficios, de factores como la evolución del conflicto ruso, impredecible, los precios del petróleo o los cambios en el euro. Milligan espera una depreciación adicional del 10% en la divisa comunitaria, hasta niveles del 1,10-1,20. Con respecto a la deuda pública, advierte de las altas valoraciones de algunos mercados, aunque se pregunta si los inversores seguirán comprando en un entorno de incertidumbres. En la gestora sobreponderan los mercados periféricos, aunque desde un punto de vista puramente táctico.
¿QE en 2015?
Sobre la posibilidad de ver un QE sobre deuda pública en la eurozona, lo considera posible si la situación es “suficientemente mala” como para ello, pero cree que si sigue habiendo crecimiento, aunque bajo, e inflación, no se hará. Solo la recesión y la deflación, y un euro demasiado fuerte, lo provocarían y “Alemania tendría que aceptar puesto que la eurozona estaría bajo presión”, aunque no es su escenario central. Pero para el experto la clave es más bien si tendría efecto, si importaría. Y la respuesta es que probablemente no. En primer lugar, porque ya ha empezado pues se ha dado una especie de QE, en deuda privada y, en segundo lugar, porque “el coste del dinero no es un problema en Europa: la gente no pide préstamos porque sea caro sino por otros motivos”, dice. En ese sentido, no cree que ayudara a la economía real, sino simplemente mantendría bajo el euro y daría confianza en la lucha contra la deflación. “El mundo crecerá en los próximos años si China contribuye, EE.UU. se fortalece y el sistema bancario se sanea pero el QE no ha tenido que ver en ello”, afirma.
En general, las divergencias de crecimiento y de políticas monetarias en el mundo (entre un EE.UU. que crece y podría subir tipos en verano de 2015 y un Banco de Inglaterra que podría seguir sus pasos, frente a las políticas acomodaticias en Europa o Japón) o el bajo precio del petróleo crean un entorno en el que habrá ganadores y perdedores. La clave estará en seleccionar los primeros para obtener buenos resultados en las carteras.