Todo parece indicar que el ascenso de China como potencia global continuará, probablemente, hasta el punto de que Estados Unidos deje de ser la única superpotencia en el tablero internacional. Según NN Investment Partners (NN IP), el esperado aumento de la rivalidad entre China y Estados Unidos por la hegemonía mundial creará mas oportunidades para los mercados emergentes.
En un análisis sobre las nuevas relaciones de poder entre los dos países, la gestora señala que los mercados emergentes cosecharán efectos indirectos positivos a medida que EE.UU. y China estimulen sus propias economías con el fin de superar a la otra.
Asimismo, la construcción de una nueva estructura de poder mundial cada vez más bipolar o, incluso, multipolar, podría beneficiar a los países emergentes gracias a una mayor disponibilidad de herramientas políticas y fuentes de financiación, sugieren Marcin Adamczyk, Head of Emerging Market Debt en NN IP, y Bregje Roosenboom, Client Portfolio Manager en NN IP.
Las políticas expansivas favorecen a las economías emergentes en ambas esferas de influencia
De acuerdo con NN IP, el desarrollo de políticas expansivas tanto en China como en Estados Unidos debería favorecer a las economías emergentes en ambas esferas de influencia.
En el caso del país americano, un factor importante será el modo en que los consumidores estadounidenses gasten los cheques recibidos como parte de los paquetes de estímulo lanzados por la Administración Biden. “Cuanto más gasten en bienes y no en servicios, mayores serán las ventajas para los mercados emergentes”, apuntan Marcin Adamczyk y Bregje Roosenboom.
En este sentido, los gestores de NN IP destacan países con fuertes vínculos comerciales con EE.UU. En América Latina, por ejemplo, las economías de México y Brasil. Mientras, en Asia, países con grandes mercados de exportación – Vietnam y Tailandia – también se beneficiarían considerablemente.
Además del aumento de la demanda directa de EE.UU., el plan de desarrollo de infraestructuras de Birden debería favorecer a los países emergentes exportadores de materias primas – Mongolia, Zambia, Chile o Sudáfrica, por ejemplo -, con un papel clave en las cadenas de suministro necesarias para avanzar en la construcción de estas instalaciones durante los próximos años.
Respecto a China, NN IP destaca que la estrategia de “doble circulación” prevista por el país asiático hasta el año 2035 le asegurará una presencia relevante en los circuitos del comercio mundial, garantizando “unas perspectivas comerciales duraderas y positivas para sus socios importadores tradicionales de la ASEAN”.
La influencia comercial de China también se ampliará en los países emergentes con la construcción del Nuevo Puente Terrestre Euroasiático, o Nueva Ruta de la Seda, una ruta ferroviaria de casi 12.000 km que conecta Oriente Medio, Rusia y la Europa emergente. “Los enlaces de transporte terrestre entre Europa y China eran casi inexistentes antes de 2011, por lo que el aumento del tráfico comercial será sin duda ventajoso para las economías emergentes a lo largo de esta ruta”, indican Marcin Adamczyk y Bregje Roosenboom.
Mayor disponibilidad de herramientas políticas y fuentes de financiación
NN IP señala que la actual rivalidad entre China y Estados Unidos también podría multiplicar las herramientas de financiación disponibles en beneficio de los países emergentes. En este sentido, señala que el país asiático está llenando vacíos de financiación derivados de la estrictas normas que impone el FMI en sus préstamos y que muchas naciones prefieren evitar. Según la gestora, China ofrece financiación bilateral para proyectos específicos de infraestructuras y tecnología, adoptando una postura menos activa que el FMI respecto a las condiciones estructurales y económicas requeridas para recibir el préstamo.
En concreto, Marcin Adamczyk y Bregje Roosenboom destacan en su análisis la Iniciativa de la Franja y la Ruta (en inglés: Belt and Road Initiative, BRI) como una de las principales vías para aumentar las opciones de financiación política entre las economías en desarrollo.
Fuente: Consejo de Relaciones Exteriores, NN Investment Partners.
Además de las ayudas concurrentes del FMI y China, NN IP alude al actual momentum político internacional como aspecto ventajoso para la financión de los países emergentes. “La cooperación está intensificándose en cuestiones globales como el apoyo y el alivio de la deuda de los países más pobres del mundo”, afirman los gestores.
Más allá de la ayuda que puedan proporcionar de manera conjunta los estados a través del G20 o de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial, NN IP percibe que diversos países desarrollados – Rusia, Francia, Alemania o el Reino Unido, por ejemplo – están reforzando sus relaciones con los mercados emergentes y, por tanto, podrían ampliar su abanico de opciones de financiación.
“Creemos que esta tendencia continuará y que los mercados emergentes podrán beneficiarse de la transformación en las dinámicas de poder mundial mediante la creación de alfa en sus decisiones políticas. Esperamos que este fenómeno continúe durante las próximas décadas”, concluyen Marcin Adamczyk y Bregje Roosenboom.