Los semiconductores, también conocidos como chips, impulsan la economía digital. Según NN Investment Partners, son el «cerebro» de toda la electrónica moderna, desde productos de consumo -como televisores, ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes- hasta equipos más sofisticados utilizados en la industria aeroespacial, la atención sanitaria y los vehículos autónomos.
La gestora destaca en un artículo que los semiconductores cuentan con un fuerte potencial de crecimiento y la continua digitalización de la sociedad está llevando a una mayor presencia de ellos en casi todas las partes de la economía. “Los semiconductores son también un contribuyente clave para un futuro más sostenible, que podría conducir a mayores ganancias a largo plazo para los inversores que identifican a los ganadores del sector hoy en día”, asegura.
El COVID-19 acelera la digitalización
«Si hay un ganador de la crisis del COVID-19, es la digitalización», dijo Jean-Pascal Tricoire, CEO de Schneider Electric, en una conferencia reciente de la industria virtual. Los semiconductores son un elemento clave para esta digitalización en casi todas las partes de la sociedad. No habríamos podido trabajar desde casa durante la pandemia sin los semiconductores de nuestros ordenadores portátiles o de nuestros teléfonos inteligentes.
Según NN IP, la industria global de los semiconductores seguirá creciendo hasta bien entrada la década del 2020, gracias a tecnologías emergentes como la conducción autónoma, la inteligencia artificial, el 5G y el Internet de las cosas. “Para 2030, prevemos que la industria mundial de los semiconductores tendrá un valor de 650.000 millones de dólares, lo que representa una tasa media de crecimiento anual de alrededor del 4%”, afirma.
Innovación para un futuro más sostenible
Los semiconductores impulsan las innovaciones tecnológicas que están transformando nuestro mundo, cada vez más inteligente y conectado. Por ejemplo, son un componente clave de los coches eléctricos, que contienen tres veces más semiconductores que los automóviles con motores de combustión tradicionales y emiten un 35% menos de CO2 durante su vida económica que los vehículos de gasolina.
La gestora también pronostica un fuerte crecimiento del Internet de las cosas (IoT) en la próxima década. El IoT permite esencialmente la transferencia de datos a través de una red sin necesidad de interacción entre humanos o entre humanos y ordenadores. Se puede encontrar en coches inteligentes sin conductor, que requerirán conectividad y tecnología de sensores, lo que significa más semiconductores. Incluso las compañías de seguros están utilizando sensores para recoger datos sobre hábitos de conducción segura.
A su juicio, estas aplicaciones permitirán reducir considerablemente el riesgo de accidentes de tráfico, lo que está directamente relacionado con el tercer objetivo de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (buena salud y bienestar), y su meta de reducir a la mitad las muertes y lesiones por accidentes de tráfico para 2030.
“Mientras, los relojes inteligentes son cada vez más inteligentes, lo que tiene implicaciones positivas para la salud, ya que pueden rastrear la actividad diaria de los usuarios, los patrones de sueño y el ritmo cardíaco”, destaca la gestora. Los dispositivos médicos conectados en los hospitales, como los manguitos de presión sanguínea, también se están volviendo más avanzados.
Asimismo, los semiconductores son un componente necesario en las luces automáticas, los controles de temperatura y los sistemas de seguridad automatizados, lo que conduce a edificios más inteligentes, seguros y conectados que utilizan menos energía y reducen las emisiones de CO2. Esto “allanará el camino para una forma de vida más sostenible”, asegura.
Oportunidades de inversión
La industria de los semiconductores es relativamente diversa. En cada cadena de valor, NN IP busca empresas de alta calidad con modelos de negocio sostenibles. Se centra en identificar aquellas que tienen un foso: una ventaja altamente competitiva y defendible frente a sus pares.
Dentro de la industria de los semiconductores, se inclina por la parte del mercado de bienes de equipo, los llamados «traficantes de armas», como Lam Research y Applied Materials. Esto se debe a que, en última instancia, todos los chips deben ser fabricados y para ello se necesita equipo.
“El segmento de bienes de equipo está claramente más consolidado que el mercado más amplio, lo que ha dado lugar normalmente a una fijación de precios más racional”, revela. Dentro de este mercado, se inclina por el sector de la litografía, porque es la parte de la cadena de valor en la que se decide el paso más “crítico y difícil”: el rendimiento del chip, que añade el mayor valor para el cliente.
En concreto, en este mercado, se inclina por el líder del mercado ASML. La firma ha aumentado su cuota de mercado del 37% en 1999 al 90% en 2019 gracias a contar con la última tecnología, el apoyo de una red de socios estratégicos y algunas adquisiciones estratégicas.
Riesgos ESG clave
Dentro de la industria de semiconductores, NN IP ve un riesgo ESG general limitado, pero considera que hay algunos concretos que merece la pena abordar. En primer lugar, señala el riesgo de pérdida o robo de datos privados en un dispositivo semiconductor conectado.
Otro riesgo gira en torno al capital humano, ya que “atraer y retener a una fuerza de trabajo con talento es un factor clave de éxito”, apunta. Actualmente, la industria de los semiconductores se enfrenta a un déficit de aptitudes, con más de 10.000 ofertas de trabajo en todo el mundo. A su juicio, el problema se ve agravado por la competencia de grandes empresas tecnológicas como Apple y Google, que tratan de integrarse más verticalmente en los semiconductores.
“Por último, las aguas residuales generadas en el proceso de producción de un chip contienen grandes cantidades de metales pesados y productos químicos tóxicos, que a menudo requieren altos costos de limpieza”, advierte la gestora. Los mayores costes de explotación y gastos de capital para hacer frente a los desechos peligrosos, así como su mala gestión, también pueden hacer que las empresas corran un mayor riesgo de sufrir multas reglamentarias.
NN IP ha sido pionera en la industria financiera a la hora de adoptar un enfoque activo en inversión responsable. Su estrategia de renta variable sostenible, que acaba de cumplir 20 años, fue una de las primeras en integrar los principios medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en su proceso de inversión.