Después de que noviembre cerrara de manera positiva para los inversores en bonos, ¿ha llegado el momento para empezar a añadirlos de nuevo a las carteras? En un reciente pódcast, Fouad Mehadi, estratega senior de inversiones en renta fija en NN Investment Partners (NNIP), y Ewout van Schaick, director de Multiactivos , hablaron de los riesgos y las oportunidades para los inversores en renta fija en un momento aún de elevada volatilidad.
“No solo hemos asistido en noviembre a un repunte de la renta variable, sino que también hemos visto unos resultados bastante buenos en los mercados de renta fija. Y si combinamos la cartera de renta variable y la de renta fija, como hacen la mayoría de los inversores en sus carteras diversificadas, el resultado es una rentabilidad mensual bastante elevada”, comentó sobre los rendimientos al cierre del mes pasado Van Schaick.
Sin embargo, en su opinión nos encontramos ante un difícil equilibrio entre las expectativas de la Reserva Federal y las de crecimiento económico, que podría verse muy afectado por el tensionamiento monetario. Mientras ambas se compensen, los mercados seguirán subiendo, pero no es seguro que esto se consiga.
Para Fouad Mehadi, la cuestión principal es si este es el momento adecuado para volver a añadir bonos a la cartera. Nos encontramos en un punto en el que se empieza a anticipar un cambio en la política más dura de los bancos centrales, con un ritmo más lento de subidas de tipos, una estabilización o potencialmente incluso recortes de tipos más adelante –a causa del impacto sobre el crecimiento y el empleo-. Así como la posibilidad de que se consiga frenar la inflación.
“Por lo tanto, si usted es un inversor a largo plazo y ha experimentado una gran volatilidad a lo largo del año y ve todos estos precios baratos en los mercados de bonos – ya sea de crédito o de deuda pública – y tiene la convicción de que en algún momento va a ver una menor volatilidad en los mercados, entonces es sin duda un momento interesante para empezar a intervenir”, comentó Mehadi.
Sin embargo, desde un punto de vista táctico a corto plazo –añadió- los bancos centrales, tanto la Fed como el BCE, harán anuncios en diciembre, por lo que todavía ven cierto riesgo de volatilidad. “Pero a medio plazo, somos definitivamente constructivos tanto en bonos del Estado como, especialmente, en crédito”.
“Como inversor en multiactivos, creo que también tiene sentido reintroducir los bonos en la cartera”, comentó por su parte Van Schaick. En estos últimos años los bonos no desempeñaron el papel que deberían haber tenido: por una parte no proporcionaron rentabilidad, y en Europa incluso muchos bonos del Estado tuvieron rendimientos negativos.
En segundo lugar tampoco han funcionado de modo de dar cierta protección a la cartera como contrapeso para los activos de riesgo. “Por lo tanto, no proporcionaron los beneficios de diversificación que se estaba buscando. Pero creo que en los niveles de rendimiento más altos en los que los mercados de bonos se encuentran hoy en día, pueden empezar a desempeñar ese papel de nuevo. Así que, desde una perspectiva multiactivo, creo que tiene sentido volver a incluir esos bonos en su cartera”, indicó.
El papel de los bonos soberanos y los corporativos
“También comparto un poco de duda sobre cuál es el momento táctico adecuado para introducir bonos en la cartera –añadió Van Schaick-. Empecemos con los bonos del Estado por un momento y luego quizá podamos ir subiendo hasta llegar a las partes más arriesgadas del mercado. Si nos fijamos en los bonos soberanos, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años en los EE.UU. ya han retrocedido, creo que unos 50 puntos básicos. Y hemos visto movimientos en la misma dirección en los mercados de deuda pública europea”.
A causa de ello, el experto opina que el mercado ya ha descontado mucho y por tanto no es seguro que sea el momento adecuado para entrar tácticamente, en especial cuando aún se esperan más subidas de tipos por parte de los bancos centrales. “Tal vez los inversores han comenzado a ser un poco demasiado optimistas”, señaló.
Otra cuestión destacada este año ha sido la inversión de la curva de rendimiento de los bonos tanto en Estados Unidos como en Europa. “Obviamente eso tiene que ver con la fuerte subida de los tipos de los fed funds. Así que esencialmente los mercados han estado aumentando sus expectativas sobre dónde terminará la tasa de política del banco central. Y ya hemos visto un ciclo de subidas bastante agresivo”, explicó Mehadi. En combinación con la idea de que en algún momento esto también debería afectar al crecimiento, se tiende a ver los vencimientos más cortos subir mucho más rápido que la parte más larga de la curva de rendimiento.
“Y muy interesante es que todavía estamos viendo ese impulso. Seguimos viendo que la curva continúa aplanándose, algo que me sorprende un poco porque pensaba que en este momento ya habríamos tocado fondo y empezaríamos a ver que los participantes en el mercado esperan que los bancos centrales den un giro y rebajen el tono de su retórica hawkish”, añadió.
Por eso, desde la gestora son reacios por ahora a tomar posiciones largas en deuda pública. “Estamos intentando comprender mejor hasta qué punto un menor crecimiento desinflacionista sería perjudicial en EE.UU. y en Europa. Y eso es un hueso muy duro de roer”, dijo Mehadi.
Van Schaick agregó que resulta muy difícil predecir qué va a pasar el año que viene, lo que afecta tanto a la renta variable como a los bonos del Estado. Pero, “en deuda corporativa, no solo tenemos una mayor recompensa en el lado de los tipos, sino que también tenemos un diferencial mucho mayor del que solíamos tener. Eso hace que los bonos corporativos sean relativamente atractivos”.
Respecto de cuál es la mejor relación riesgo-rentabilidad en este momento, Mehadi diferenció entre los inversores neutrales y aquellos dispuestos a asumir mayor riesgo. Para los primeros, “la mejor manera de enfocarlo es escalar hacia la parte de mayor calidad del espectro de crédito y más en los vencimientos más cortos. Así, básicamente limitarán el riesgo”.
“Pero si busca más riesgo o puede soportar la volatilidad potencial de los próximos meses, puede ir a los segmentos de alto rendimiento del crédito de los mercados desarrollados, es decir, EE.UU. y Europa. Pero, en realidad, el alto rendimiento de los mercados emergentes también parece muy atractivo, especialmente porque esa parte del crédito está muy, muy barata, a menos que se espere un mayor deterioro de las perspectivas macroeconómicas mundiales del que tenemos en la actualidad”, consideró.
Asignación de activos
“Hemos trasladado esta visión a nuestras asignaciones. Tenemos más bonos en la cartera que en la primera parte del año y durante el verano. Y creo que los gestores de cartera del equipo ya han acumulado algunas exposiciones crediticias en la cartera. Aún no hemos entrado en posiciones largas realmente fuertes, por lo que estamos añadiendo asignaciones a bonos por encima de la media por las razones que hemos comentado. No estamos seguros de que tácticamente sea el momento adecuado”, resumió Van Schaick.
En cuanto a la renta variable existen muchas más dudas. “Hemos reducido las posiciones cortas durante este repunte. Pero creo que la pregunta ahora es: ¿qué hacer a continuación? Y, en general, creo que seguimos en el lado corto porque seguimos pensando que, en algún momento, los mercados de renta variable volverán a bajar”.
En su opinión, 2023 se presenta con una incertidumbre superior a la media, pese a lo cual el consenso general del mercado tiene unas expectativas bastante benignas, con un enfriamiento de la economía y quizá de una recesión suave.
Eso sería un buen escenario, indicó el experto, pero añadió que se debería estar atento a otras señales. Por ejemplo, los índices de condiciones financieras, que son bastante preocupantes. Por otra parte, -concluyó- también sigue ahí la probabilidad de que la inflación no baje como se espera y los bancos centrales continúen con su política de subidas.