Los mercados de deuda asiáticos continuarán recuperándose en 2021 gracias a la implantación de las vacunas y la estabilización de la economía. Por ello, desde NN Investment Partners (NN IP) esperan una mejora gradual de las métricas crediticias y creen que la perspectiva de oferta y demanda de bonos asiáticos en dólares es “moderadamente positiva”.
En un reciente análisis de Joep Huntjens, responsable de renta fija asiática, se destaca sobre todo el valor en el sector inmobiliario chino y en el bancario tailandés ante los niveles actuales de los diferenciales. “Adoptamos una postura más cautelosa sobre el grado de inversión indio, dado el riesgo de una rebaja de la calificación soberana”, señala el experto.
De la caída a la recuperación
Las noticias relacionadas con la pandemia marcaron el comportamiento del mercado de la deuda asiática en 2020. La preocupación por la rápida propagación del COVID-19 en el resto del planeta y su impacto en la economía mundial desencadenaron una dramática venta de activos de riesgo en marzo, de la que la deuda asiática no salió indemne.
Sin embargo, posteriormente este mercado se recuperó, apoyado por las medidas fiscales y monetarias sin precedentes de los gobiernos y los bancos centrales y por el éxito de la gestión de la situación del virus en China y otros países de la región. También contribuyeron el resultado positivo de las elecciones en EE.UU. y los prometedores avances en materia de vacunas.
En general los países asiáticos han manejado bien la pandemia. Es probable que China sea la única economía importante que registre un crecimiento positivo en 2020 y en forma de “V”. Los bajos niveles del PIB chino en la primera mitad de 2020 deberían permitir al país crecer más del 8% en 2021 y en torno a un 5% en los años siguientes.
En el resto del continente, “los países más desarrollados, con una mejor contención del virus y un mayor margen de apoyo político, deberían ser los primeros en sumarse a la senda de la recuperación económica acelerada de China, mientras que la recuperación de India e Indonesia probablemente se quede atrás”, subraya Huntjens.
Perspectivas para 2021
Desde el punto de vista de la valoración, los bonos asiáticos denominados en dólares “son atractivos en comparación con los bonos corporativos estadounidenses”, señala Huntjens. “El repunte medio de los diferenciales de los bonos asiáticos con grado de inversión frente a los bonos estadounidenses con grado de inversión supera los 50 puntos básicos, frente a un repunte medio de 24 puntos básicos en los últimos cinco años”.
En el caso de los bonos asiáticos de alto rendimiento, el aumento frente a los bonos estadounidenses de alto rendimiento es actualmente de 295 puntos básicos, en comparación con un aumento medio de 101 puntos básicos en los últimos cinco años. Una fuerte recuperación económica en Asia, combinada con la mejora de las métricas crediticias y una incertidumbre relativamente baja sobre el impacto del virus, debería permitir que los diferenciales en la región se reduzcan en 2021.
“Prevemos una rentabilidad total a 12 meses de entre el 4% y el 6% para la deuda asiática en divisa fuerte, basándonos en nuestras expectativas de que los diferenciales se reducirán y los tipos del Tesoro estadounidense a cinco años se mantendrán bastante estables”, destaca. En base a su análisis sobre la mejora de las métricas crediticias y la compresión de los diferenciales, desde NN IP apuestan por el alto rendimiento, para el que prevén una rentabilidad total a 12 meses del 6-8% frente al grado de inversión (3-4%).
Dos riesgos a tener en cuenta
Si bien desde NN IP confían en una fuerte recuperación económica mundial en 2021 y una demanda positiva de deuda asiática, existen dos desafíos clave a tener en cuenta.
El primero es el reto de la contención del COVID-19. “Los problemas de disponibilidad y distribución de vacunas podrían dar lugar a segundas oleadas similares a las de Estados Unidos y Europa”, apuntan en su informe. Si bien los países asiáticos han contenido con éxito la propagación del virus, podrían ser necesarias nuevas medidas para combatir nuevos brotes, que podrían obstaculizar la recuperación económica global.
El segundo riesgo es la continua amenaza de las tensiones entre Estados Unidos y China. Aunque se espera que la nueva administración Biden adopte un enfoque de política exterior menos hostil y más predecible, es poco probable que las tensiones en torno a las cuestiones comerciales y tecnológicas disminuyan.
Moneda fuerte y diversificación
Para los inversores interesados en las oportunidades que ofrece el mercado de deuda asiático, NN IP cuenta con el fondo NN (L) Asian Debt Hard Currency, una estrategia de gestión activa que invierte en títulos soberanos y corporativos asiáticos, tanto con grado de inversión como de alto rendimiento.
El enfoque principal de la estrategia es en deuda emitida en moneda fuerte. Además con una gran diversificación que aprovecha las oportunidades en toda Asia, excluyendo Japón. “Nuestro objetivo es añadir valor de varias maneras –explica Huntjens-. El énfasis está en la selección de emisores individuales, pero también nos centramos en el posicionamiento de la curva, el posicionamiento del país, la selección del sector y la gestión de las divisas”.