El panorama para los fundamentales de los mercados emergentes se ha deteriorado debido a la pandemia de COVID-19. Según NN Investment Partners, las ventas en los mercados globales en marzo afectaron gravemente a la deuda de los emergentes, lo que hizo que los spreads de crédito alcanzaran niveles sin precedentes en toda la década.
“Desde entonces, la clase de activos ha repuntado vertiginosamente, a pesar de que las emisiones se han realizado a un ritmo muy alto, ya que los países de mercados emergentes trataron de aliviar el impacto del virus. Pero, si continúan resurgiendo durante el próximo año, ¿dónde estarán las oportunidades y los riesgos?”, se pregunta la gestora en un análisis.
Tras su abrupta ampliación a más de 700 puntos básicos a principios de la primavera, los diferenciales del crédito soberano emergente se han vuelto a estrechar hasta los 400 puntos básicos, lo que refleja la mejora de la confianza de los inversores y el fin de la mayor parte del escenario de crecimiento negativo.
NN IP identifica tres motivos que explican la recuperación: la recuperación en forma de V del crecimiento en China; el apoyo oficial a los países de mercados emergentes por parte del G20, el FMI y China; y las medidas monetarias de apoyo de los principales bancos centrales del mundo. En particular, la decisión de la Fed de mover rápidamente los tipos a cero, iniciar un agresivo programa de compra de activos e introducir un objetivo de inflación. A su juicio, estas medidas ayudaron a estabilizar los mercados crediticios mundiales.
Según Marcin Adamczyk, responsable de deuda emergente de la gestora, las perspectivas a medio plazo para esta clase de activo siguen siendo constructivas, dado el esperado repunte del crecimiento mundial el próximo año y la probabilidad de que varios países emergentes sigan el camino de la recuperación de China. “La amplia liquidez mundial, la búsqueda de rendimiento y una Fed estructuralmente acomodaticia proporcionarán un mayor apoyo”, señala antes de hacer hincapié en el “potencial catalizador positivo” de un posible avance en la vacuna.
En su opinión, acontecimientos como el reciente aumento de la volatilidad de los activos de riesgo y un posible incremento de las tensiones geopolíticas entre EE.UU. y China antes de las elecciones estadounidenses podrían ofrecer atractivos puntos de entrada para los inversores “con una perspectiva constructiva a medio plazo para la deuda emergente”.
Riesgos y oportunidades que identifica NN IP
Bonos soberanos y corporativos en moneda fuerte: un dólar estadounidense más débil apoya a las economías y empresas emergentes a través del comercio y los canales financieros, y los bonos de las economías emergentes denominados en dólares suelen ser los primeros activos que se benefician de ello. Los bajos tipos de interés reales de Estados Unidos están moviendo el capital hacia inversiones de mayor rendimiento en dólares.
“Un dólar más débil también suele coincidir con el aumento de los precios de las materias primas que, combinado con mejores condiciones de refinanciación para los emisores emergentes, apoyan los spreads del crédito en moneda fuerte y estimulan las entradas en la clase de activo”, destaca la gestora. En el espacio soberano, se inclina por los bonos high yield, sobre todo porque los diferenciales del grado de inversión se han recuperado casi por completo.
Deuda corporativa asiática: a su juicio, es particularmente interesante debido a sus valoraciones muy atractivas en comparación con otras regiones y otras clases de activos crediticios, además del apoyo que proporciona el repunte del crecimiento liderado por China.
Ecuador, Egipto, Rumanía, EAU: “Si bien se espera cierto grado de dispersión en los rendimientos de estos países, hay varias historias atractivas”, señala. En concreto, Ecuador se beneficia de una exitosa reestructuración de la deuda y de un importante apoyo del FMI, que asciende a 6.500 millones de dólares. Egipto goza de un fuerte apoyo bilateral y multilateral de EE.UU., Oriente Medio, China y el FMI, mientras que Rumanía ofrece valoraciones atractivas, a pesar de la incertidumbre política del país.
En cuanto a los Emiratos Árabes Unidos, están bien equipados para manejar el COVID-19 debido a su robusto sistema de salud, y la normalización de las relaciones con Israel está reduciendo los riesgos de cola para el país.
Deuda en moneda local: según NN IP, esta clase de activo es el que se ve menos favorable, especialmente en algunos títulos de alta beta como Turquía, Sudáfrica y Brasil, cuyas monedas siguen siendo débiles, incluso frente al dólar. “Sin embargo, a largo plazo, los activos de los mercados emergentes denominados en divisa local podrían beneficiarse directamente del debilitamiento del dólar, no solo frente a otras monedas de los mercados desarrollados sino también frente a las de los emergentes”, asegura.
Los principales requisitos previos para ello incluyen la mejora del crecimiento de los mercados emergentes frente a los desarrollados, diferenciales de carry positivos y sustanciales frente al dólar, y una menor volatilidad de las divisas. “El enfoque de la volatilidad es especialmente importante dado que los ciclos de recortes de los tipos de interés han reducido el carry en muchos mercados emergentes. La ausencia de fuertes factores de atracción hace que la deuda en moneda local sea actualmente una jugada más táctica”, sentencia la gestora.