El reto actual del sector de suministro eléctrico es reinventarse a sí mismo como una industria con menos carbono y acelerar la transición energética. Como inversor responsable, NN Investment Partners reconoce su papel en esa transición y, en esta segunda parte de su análisis, plantea los objetivos de compromiso o “engagement” que ha desarrollado, al considerarlos importantes para el sector.
La mayoría de las firmas seleccionadas por la gestora están situadas en Europa, pero también incluye norteamericanas y asiáticas. “Queremos intensificar el diálogo con las empresas que generan una parte importante de su potencia instalada a partir del carbón térmico: tienen los recursos y las tecnologías disponibles para contribuir a la transición a una economía de bajo carbono”, asegura.
Un aspecto clave del “engagement” de la gestora es encontrar el equilibrio adecuado entre alentar a las empresas a pasar a una economía de bajas emisiones y apoyar a las que ya se encuentran en transición.
La mayoría pueden tener la ambición de avanzar hacia alternativas de bajo carbono, pero todavía no se han alineado con los objetivos del Acuerdo de París. Otras están más avanzadas y ya han elaborado (o incluso aplicado) aspectos de su plan de transición para dedicar una parte sustancial de su mix energético a alternativas de bajo carbono. “Comprometerse con estas últimas nos ayuda a entender lo que significa la transición energética en la práctica, algo que puede mejorar nuestros diálogos con las primeras”, asegura NN IP.
Objetivos e hitos
El programa de compromiso de la gestora busca estimular una discusión sobre la urgencia del problema del cambio climático, abordar sus riesgos y oportunidades, y abogar por estrategias apropiadas para mitigar los riesgos a largo plazo para los inversores. De ahí que haya establecido varios objetivos e hitos de “engagement”.
El primero es la aplicación de un marco de gobernanza sólido. NN IP espera que las empresas de servicios eléctricos sean transparentes sobre la forma en la que garantizan una supervisión adecuada y que los procesos de toma de decisiones estén alineados con la transición a un sistema energético de bajo carbono. Esto puede incluir mecanismos de rendición de cuentas.
El segundo objetivo es desarrollar una estrategia de transición energética y evaluar los riesgos y oportunidades. “Esperamos que las compañías eléctricas implementen análisis de escenarios de cambio climático para evaluar los riesgos y oportunidades de la transición a una economía de bajas emisiones”. A partir de estas conclusiones, deberían elaborar una estrategia energética en consonancia con el Acuerdo de París y establecer objetivos claros a corto, medio y largo plazo.
El tercero se refiere a la mejora de la eficiencia operacional y la gestión sostenible de los recursos naturales. “Una estrategia eficaz de transición energética no solo incluye el uso de fuentes y tecnologías renovables; también tiene en cuenta los esfuerzos para optimizar la eficiencia operativa de los activos de generación térmica, ya que la eficiencia energética puede reducir las emisiones de GEI”, apunta la gestora.
Su cuarto objetivo es estimular a las empresas para que apliquen un enfoque orientado a las partes interesadas y vinculado a su estrategia de transición energética. Por ello, incita a esas compañías a comprometerse con los actores implicados en su cadena de valor. Por ejemplo, comprometiéndose con los distribuidores sobre la transparencia de las emisiones o con los usuarios finales sobre el uso eficiente de la energía.
El quinto y último objetivo es asegurar la transparencia y la divulgación de los avances en la estrategia de transición energética. NN IP espera que las eléctricas revelen los riesgos y oportunidades relacionados con el clima en informes anuales, de acuerdo con el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD). “Aspiramos a que también informen sobre los progresos en la aplicación de su estrategia de transición energética”, añade.
Supervisión y evaluación
El programa de compromiso de la entidad anima a las empresas a desarrollar planes de transición energética coherentes con el Acuerdo de París, incluyendo plazos y compromisos para la reducción del uso del carbón. “Supervisaremos el progreso y registraremos nuestros esfuerzos a través de nuestra herramienta de divulgación”. El progreso de cada empresa se evalúa según los objetivos e hitos establecidos, dependiendo de su situación actual y de factores como la implicación del Gobierno.
Este programa se basa en la “Engagement Policy” de NN IP y, por tanto, aplica un período de compromiso de tres años, con posibilidad de prórroga. Después de un año y medio, se evalúa a las empresas y el progreso para recalibrar los umbrales aplicables, teniendo en cuenta la evolución constante del mercado y las expectativas de los interesados. “Si no se logra un avance suficiente, podemos colocar a la empresa en nuestra lista restringida, y ya no invertiremos en ella”, concluye.
Estrategias de NN IP
Con todo, la gestora ofrece el NN (L) Global Sustainable Equity, con 20 años de trayectoria, y el NN (L) European Sustainable Equity, lanzado en 2013. Estos fondos invierten en una cartera diversificada de acciones y combinan los riesgos y oportunidades de los factores ASG con un análisis en profundidad de las empresas. “De esta forma, incluimos factores que suelen estar fuera del alcance del análisis financiero tradicional, pero que pueden tener un impacto significativo en el rendimiento a largo plazo”, aclara. Ambas estrategias baten a los índices generales de renta variable global y europea no sostenibles.