Con la coyuntura económica global más propicia de los últimos diez años y, tras dos años ralentizándose, el crecimiento mundial retomó a finales de 2016 una trayectoria ascendente. Según las perspectivas de NN IP para 2018, el crecimiento no tiene visos de flaquear e incluso podría registrar una cierta aceleración, ya que «desde 2008 no se apoyaba en una base tan amplia». «El crecimiento no sólo es generalizado entre todos los sectores, sino también entre los distintos países y componentes de la demanda», sostiene la firma en su análisis.
Desde NN IP consideran que aun cuando la actividad económica real cobra fuerza, la evolución de variables como la inflación de precios y salarios continúa en niveles bajos y el crecimiento de la productividad es exiguo. «Estos dos factores serán decisivos el próximo año, siendo necesario que resurjan para que cobre impulso el crecimiento nominal», explican
En cuanto a los mercados emergentes, creen que están participando en este crecimiento global sincronizado. «La clave ha estado en la considerable dinamización del sector exterior, pero de un tiempo a esta parte también la demanda interna ha empezado a contribuir al crecimiento», argumentan desde NN IP.
Para la gestora, la renta variable es la clase de activo preferida y, en este sentido, argumentan que «su entorno fundamental es el mejor que hemos visto en años, con sólidos datos macroeconómicos y un crecimiento de los beneficios superior al 10% en este año y el siguiente. Al mismo tiempo, los reducidos niveles de inflación evitarán un rápido endurecimiento de la política monetaria».
Además, opinan que los niveles de valoración no son impedimento para que los mercados bursátiles se anoten nuevas subidas. «La relación entre la cotización de las acciones y los beneficios de las empresas (PER) es elevada, pero no extrema si tenemos en cuenta el momento en el ciclo de beneficios. En comparación con los activos de renta fija, las valoraciones de la renta variable rondan sus medias históricas, cuando no se sitúan en niveles más atractivos. Esto último sucede, sobre todo, en los casos de la zona euro y Japón».
La firma espera una subida gradual, no exenta de ocasional volatilidad, de los rendimientos de la deuda pública, siendo así que los mercados siguen muy atentos a la normalización de la política monetaria. «Puesto que pensamos que la Reserva Federal seguirá subiendo tipos y que el BCE los mantendrá sin cambios, es muy probable que asistamos a un aplanamiento adicional de la curva de rendimientos estadounidense y a una modesta acentuación de la curva del bono de referencia en euros (el Bund alemán)», añaden
Si bien no preveen un estrechamiento notable de los diferenciales en los mercados de deuda empresarial, la inflexión en la trayectoria de la política monetaria, lo ajustado de las valoraciones y la escasa liquidez indican una mayor probabilidad de que se registren episodios de cierta ampliación de los diferenciales. «Los activos de renta fija orientados al crecimiento o con una menor sensibilidad a la variación de los tipos de interés deberían, en términos de rentabilidad total, comportarse mejor que el conjunto del mercado de renta fija», concluyen.