Los mercados han evolucionado bastante bien considerando la escalada de tensiones geopolíticas, las luchas internas en el gobierno estadounidense y la posible normalización de las políticas del BCE y de la Fed. Probablemente se explique por el cuadro macroeconómico global, caracterizado por un fuerte crecimiento económico y de los resultados empresariales.
Sin embargo, la evaluación macroeconómica (o análisis top-down) de NN Investment Partners continúa reflejando una diferencia importante entre las variables fundamentales, por lo general positivas, y la dinámica del mercado, que es negativa.
Para los analistas de la firma, los elementos de incertidumbre vistos en el último mes corroborarían las señales de dinámica del mercado observadas, que son moderadamente negativas para la mayoría de las categorías de activos que incorporan primas de riesgo.
“Los indicadores de confianza reflejan unas posturas relativamente prudentes en los inversores”, recuerdan. “Las señales de dinámica del mercado ofrecen un contrapeso al sólido panorama fundamental. El estado de la economía global no había sido mejor desde hace una década, mientras los beneficios empresariales exhiben su mayor recuperación desde 2009”, añaden.
Productividad e inflación
Sin embargo, para NN IP todavía hay que superar con convicción la marca que alcanzaron los mercados en su apuesta por la reflación. La esperanza de una reactivación global apoyada en políticas expansivas impulsó las bolsas en la segunda mitad del año pasado, pero en el curso de 2017 fue haciéndose evidente que tal narrativa no se sustentaba en datos efectivos de productividad e inflación. “Faltando estos elementos, la tasa de crecimiento nominal de la economía mundial no logrará romper el techo del rango en el que lleva moviéndose los últimos tres años”, cree el equipo de la gestora.
Donde sí puede apreciarse la mejoría de la dinámica de crecimiento económico es en los mercados emergentes, y, dice NN IP, es probable que prosiga, ya que el crecimiento de la demanda interna ha comenzado a contribuir al crecimiento global de los emergenets, gracias a unos flujos de capital positivos y a la consiguiente relajación de las condiciones financieras.
“Hacía unos diez años que no se producía crecimiento endógeno en los mercados emergentes. Dado que las mejoras del crecimiento son modestas, el riesgo de recalentamiento económico en ellos —es decir, de intensas alzas de la inflación y de una ampliación de los déficits externos— es bajo. Esto debería facilitar que la recuperación del crecimiento en los emergentes tuviese continuidad”, dice en su análisis la firma.
Además, “las tendencias de crecimiento e inflación en los mercados desarrollados no justifican una aceleración brusca de la normalización de las políticas en estos últimos. En nuestra asignación de activos favorecemos tanto los activos de deuda como la renta variable de los mercados emergentes”, concluye NN IP.