La reacción de los mercados a la elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos ha sido en general bastante moderada. Aun así pueden advertirse una serie de sucesos notables. Los mercados emergentes parecen ser la principal víctima del resultado, mientras que el brusco alza de los rendimientos de los bonos beneficia a las acciones financieras y a otros sectores cíclicos.
El impacto del resultado electoral sobre la economía y los mercados financieros más allá del corto plazo dependerá crucialmente de lo pronto que puedan evaluar los mercados si Trump, una vez en el cargo, exhibe o no pragmatismo, cree el equipo de NN Investment Partners. “Si fuera pragmático buscaría colaborar estrechamente con el Congreso y evitaría medidas de política extremas. En relación con la economía interna, su agenda probablemente combinase entonces reducciones de impuestos para particulares con rentas elevadas y empresas, un programa de infraestructuras públicas y desregulación. De forma aislada, tal paquete respaldaría la cotización de las acciones estadounidenses. A fin de cuentas, el déficit presupuestario probablemente aumentaría de forma sustancial”, dice la gestora en su último análisis de mercado.
Un Trump pragmático —que es el escenario principal de NN IP— probablemente aplicaría de forma más estricta las leyes de inmigración y sólo implementaría medidas proteccionistas limitadas y encubiertas (es decir, no denunciaría los tratados comerciales sino que elevaría sustancialmente los aranceles). Sin embargo, explica, incluso esto último seguiría exponiéndole a las represalias de otros países, especialmente China, y podría alentar la tendencia actual a un mayor proteccionismo. Esto acabaría repercutiendo en el PIB mundial y en el crecimiento de la productividad. Todo esto, por sí mismo, podría justificar que los mercados aumentaran su aversión al riesgo.
NN IP estima que otra razón para la subida de las primas de riesgo podría ser que los mercados percibieran una mayor probabilidad de que los políticos anti‐globalización y contrarios a la inmigración llegasen al poder también en otros países. Algo que se aplica en especial a Europa, a la luz del próximo referéndum en Italia y las elecciones en Países Bajos, Francia y Alemania.
“El voto por el Brexit se ha encajado admirablemente bien; pero si los mismos sentimientos subyacentes (anti-inmigración y anti-globalización) prevalecieran de nuevo –y, esta vez, en la economía más importante del mundo– los mercados podrían concluir que la rebelión de los votantes contra la globalización es más fuerte de lo percibido inicialmente”, reza el análisis.
Fiscalidad más expansiva y endurecimiento de la política monetaria
Por lo tanto, los gestores de NN IP creen que a corto plazo no está claro el efecto sobre la disposición a asumir riesgo en Estados Unidos y a nivel global las perspectivas de estímulo fiscal y de un mayor grado de libertad para las empresas estadounidenses han de contraponerse a los crecientes riesgos políticos, y de política, mundiales. Además, habría que considerar la respuesta más a medio plazo de la política monetaria.
Pero si el impulso fiscal en Estados Unidos resultase sustancial (como lo fue en el primer mandato de Reagan), esto podría acabar induciendo a la Fed a acelerar el ritmo de subidas de tipos. Esta combinación de una política fiscal más expansiva con otra monetaria más restrictiva, en contraste con la situación de partida de la administración de Obama, puede propiciar una apreciación adicional del dólar.
“Como vimos en agosto de 2015 y también a principios de este año, esto, en un mundo caracterizado por desequilibrios, podría deteriorar severamente los flujos de capital de los mercados emergentes y acabar por suprimir el apetito global por el riesgo. Tanto más en la medida en que los precios de las materias primas también disminuyeran marcadamente. En qué medida se materializarían estos efectos negativos es incierto, ya que la resiliencia fundamental de los emergentes y del apetito global por el riesgo frente a expectativas de subidas de tipos por la Fed ha aumentado desde comienzos de año”, apunta la gestora holandesa.
Siendo así, incluso con Trump imbuido de pragmatismo, NN IP cree que aguardaría un período de más incertidumbre, que sería mucho mayor si Trump realmente intentase implementar las políticas por las que abogó durante su campaña. Esto llevaría muy probablemente a un fuerte aumento de la aversión al riesgo en todo el mundo, así como a una radical reevaluación de las perspectivas de crecimiento nominal futuro en muchas partes del mundo ante el riesgo real de que se produjeran guerras comerciales. En ese caso los rendimientos de la deuda pública deberían caer de forma generalizada, si bien no cabe descartar que los inversores empezaran en algún momento a exigir mayores primas de riesgo a los bonos del Tesoro estadounidense, dice.
Sin embargo, ese no es el escenario principal de la firma. No resultará tan fácil describir giros de 180 grados en las relaciones internacionales y la política comercial. Aparte de que, además, implicaría una ruptura con décadas de ortodoxia republicana sobre la importancia del libre comercio.