El fondo Ninety One Global Macro Allocation ha sido capaz de generar un rendimiento del 7,7% al año desde su lanzamiento en 2016, con una volatilidad media del 9,6% y una ratio de Sharpe de 0,6. Ha sido uno de los pocos fondos mixtos que terminó 2022 en verde, frente a la pérdida del 6% de media de los fondos de su misma categoría (USD Flexible Allocation). ¿Cómo lo ha conseguido?
Iain Cunningham, gestor de Ninety One Asset Management al frente del fondo, explica que emplea un acercamiento contracíclico para la asignar activos (acciones, bonos y divisas) basado en la identificación de grandes tendencias macro de largo plazo, combinando perspectivas top down y bottom up y poniendo el acento en los fundamentales macrocíclicos y en las valoraciones. “Primero se identifican los temas estructurales y después, de forma simultánea, se evalúan las ideas de inversión y en qué punto del clico se encuentra el entorno macro; después, se procede a la construcción de la cartera”, resume.
La gestión del fondo descansa sobre tres creencias. La primera, que “los inversores tienen una visión muy cortoplacista, mientras que nosotros creemos fundamentalmente que las temáticas de inversión y las tendencias de muy largo plazo tienen una influencia significativa sobre las clases de activos y la economía global; como los mercados son muy cortoplacistas, siempre subestiman el alcance de las fuerzas a favor, en contra, los desequilibrios o burbujas que se construyen por debajo de la superficie”. Por tanto, parten de la detección de las fuerzas globales que se están desarrollando y qué impacto pueden tener sobre la economía global en un horizonte de cinco a diez años vista para determinar dónde están las oportunidades de inversión.
Ser verdaderamente unconstrained y desprovistos de sesgos es la segunda creencia del equipo gestor, al considerar que es la manera de amplificar el set de oportunidades a su disposición para encontrar ideas de inversión a lo largo del ciclo. “No tener sesgos es importante. Nos permite fijarnos tanto en ideas orientadas al value como en ideas growth o de calidad y asegurarnos de que las compramos al precio correcto”, aclara el gestor.
La tercera creencia consiste en la gestión dinámica del riesgo, lo que significa que la prima de riesgo potencial variará en función de las distintas fases del ciclo. La asignación de activos es contracíclica y puede alcanzar hasta el 100% en activos de riesgo o el 100% en activos defensivos. “Queremos tomar mucho riesgo cuando las valoraciones están deprimidas y hay mucho pesimismo en el mercado”, resume Cunningham.
Hablamos de una estrategia long only con un enfoque total return que no sigue ningún índice de referencia. Su gestor también destaca la flexibilidad como uno de los elementos clave de la gestión: “Muchas estrategias multiactivo dicen que son flexibles. En realidad, vemos que en general nuestros competidores hacen un uso limitado de la flexibilidad”. Históricamente, la asignación del fondo a renta variable ha oscilado entre el 25% y el 80%; la duración puede ir desde los -0,5 años a 8 años en una exposición típicamente defensiva y la gestión de las posiciones en divisas es muy dinámica, ya que puede oscilar entre el -84% y el 42% de la cartera. Como resultado, la estrategia en divisas ha contribuido en torno a un 3% anual a la rentabilidad del conjunto de la estrategia.
Típicamente la asignación a renta variable se compone de entre 40 y 80 compañías con exposición temática, agnóstica por estilos y con exposición a todas las regiones. En renta fija pueden invertir en duración defensiva, deuda emergente en divisa fuerte y divisa local y high yield. En divisas, pueden invertir en la moneda de 20 países entre los que se encuentran las divisas del G-10 y varios países emergentes; también pueden invertir en ETFs sobre oro físico para tomar apuestas tácticas en momentos de volatilidad.
¿Qué temáticas van a cambiar el mundo?
La postura de Ninety One AM es que el mundo se encuentra actualmente en el proceso de empezar un siguiente gran ciclo económico que va a estar influenciado “por grandes fuerzas inflacionarias”, según el gestor. Como consecuencia, la cartera está expuesta a cinco grandes temáticas: el ascenso de China (y su ascenso en la cadena de valor, el incremento del peso del consumo o la transformación de sus relaciones con EE.UU.), el cambio climático y los riesgos que conlleva (aumento de las temperaturas, eventos climáticos extremos, aparición de nuevas regulaciones), demografía (y su impacto sobre presupuestos gubernamentales y sobre la producción, entre otros), el aumento de la deuda, y la disrupción tecnológica, con implicaciones que van desde la mejora de la salud al incremento del tamaño de los Estados y su intervención sobre la economía.
Según el gestor, la interacción de estas fuerzas provocará una mayor volatilidad de la inflación, con ciclos de subidas de tipos más volátiles y un incremento de las correlaciones entre activos. Cunningham anticipa “un cambio de liderazgo en el mercado” si se consolida un ciclo intensivo en capital (vinculado al aumento de la inversión en la transición energética). Añade que el aumento del dominio chino dará paso “a un ciclo muy distinto, en el que veremos mayor exposición regional de los activos y mayores oscilaciones macro en las divisas”.
Cunningham afirma que el mercado no está descontando de cara a los doce meses que China experimentará una recuperación relativamente robusta de su economía, mientras que el mundo desarrollado sufrirá las consecuencias de uno de los ciclos más rápidos y agresivos de subidas de tipos de los últimos 40 años que derivará en una recesión más profunda de lo que espera actualmente el consenso en EE.UU.
Como resultado, el fondo tiene posiciones en activos de riesgo asiático, particularmente acciones de Hong Kong y China. También ven oportunidades de forma selectiva en deuda soberana de alta calidad de países desarrollados y en divisas refugio, con posiciones largas en dólares, yenes y francos suizos frente a dólares canadienses, coronas suecas, aussie dólar y kiwi dólar.