Después de la fuerte corrección que sufrieron especialmente las acciones con sesgo crecimiento (growth) en 2022, hoy numerosas gestoras apuestan por la calidad en la antesala de una recesión. Hablamos con Abrie Pretorius, gestor de la estrategia Global Quality Dividend Growth de Ninety One, de las oportunidades que ofrecen las acciones de compañías con negocios de calidad, capaces de crecer y que además remuneran a sus accionistas.
¿Cómo se han comportado en 2022 las acciones con sesgo calidad y crecimiento que pagan dividendos?
Es importante destacar que nuestro universo de calidad, crecimiento y dividendo es diverso, todas las compañías tienen una fuerte posición de liderazgo en sus respectivos mercados con flujos de caja resistentes. Sin embargo, algunas ofrecen altos dividendos y un crecimiento más lentos, como las farmacéuticas clásicas o las compañías de consumo básico, tipo Roche o Procter & Gamble. Mientras, otras pagan rendimientos por dividendo más bajos, pero con un crecimiento más rápido, como Visa o Microsoft. Las compañías con crecimiento más rápido han pasado por momentos más difíciles que las compañías con menor crecimiento y mayor dividendo debido al rápido ajuste en los tipos de interés, que ahora se están utilizando para descontar sus flujos de caja. Dicho llanamente, han sufrido un recorte material de su valoración en comparación con el inicio del año, al ser más rápido el ajuste en el coste del capital que su habilidad para generar interés compuesto.
Desde nuestro punto aventajado, estas compañías de crecimiento rápido y menor rendimiento ahora están valoradas más atractivamente, pues no hemos visto un cambio tan grande en su poder de generación de beneficios o en su posicionamiento competitivo. En conjunto, por tanto, la imagen es mixta. Buscamos encontrar el equilibrio adecuado entre encontrar negocios muy buenos que son muy rentables, con flujos de caja resistentes, que pueden generar rendimientos compuestos por encima del mercado, y al mismo tiempo conseguir la rentabilidad por dividendo adecuada o disciplina de valoración.
¿Cuáles van a ser los motores clave de las acciones de calidad y dividendo en 2023?
Esperamos que el mercado vuelva a lo básico, siendo los fundamentales de las compañías su principal motor para los retornos, en vez de los factores macro. Este entorno encajaría más con nuestro estilo de inversión. No pensamos que necesariamente habrá menos volatilidad o que el entorno geopolítico sea menos difícil, pero esperamos que los tipos de interés y la inflación pierdan influencia, ya que los indicadores adelantados de la inflación ya se están relajando. Dicho esto, el impacto de unos tipos más altos y de la reducción del balance de la Fed suele llegar con retraso. Esperaríamos ver el daño sobre el crecimiento de los beneficios de empresas individuales producido por los tipos más altos y las condiciones financieras más restrictivas muy claramente en 2023. Por tanto, seríamos muy cuidadosos con cualquier negocio que se hubiera beneficiado mucho del coste cero de capital, los estímulos cuantitativos y la emisión de deuda. Por consiguiente, al perder peso como factor los tipos de descuento, no esperaríamos que las empresas vean un desplome mayor.
Ahora las valoraciones están empezando a ser más atractivas, así que debería volver la atención sobre las compañías que puedan crecer. Puede que el año que viene acabemos en una recesión, por lo que será más difícil encontrar empresas con capacidad para generar un nivel decente de crecimiento partiendo de su base de 2022. Esto supone que los inversores necesitarán ser mucho más selectivos. Esperamos que lo hagan bien las compañías con capacidad no solo para pagar, sino para aumentar la cuantía de sus dividendos gracias a la resistencia de sus flujos de caja. Este será el caso especialmente si no son dependientes de los mercados de capital para crecer y tienen poder de fijación de precios a través de la innovación, que puede añadir valor.
En un entorno inflacionario, ¿deberían tener en cuenta los inversores a los negocios intensivos en activos?
Aquí vamos en contra del consenso. Los negocios intensos en activos no son la respuesta para combatir periodos prolongados de inflación, pues esos activos requieren capex de mantenimiento que se ajustará con la inflación, lo que será una carga sobre los flujos de caja y los dividendos. En cambio, las compañías ligeras en activos que se centran en la innovación son importantes y pueden ser muy valiosas cuando es difícil encontrar crecimiento y la inflación es elevada. Esas compañías pueden generar su propia demanda y la gente estará preparada para pagar por ello, especialmente si pueden ayudar a ahorrar a los consumidores o los costes empresariales, o resolver un problema del mundo real. Muchas de estas compañías ofrecen un modelo de negocio de “crear una vez, vender muchas veces”, lo que significa que los ingresos se pueden convertir en caja libre, lo que se puede usar para pagar un dividendo creciente.
¿Dónde ve riesgos en 2023?
Cuando pensamos en los valores de calidad, crecimiento y dividendo, el riesgo no tiene realmente la forma de una pérdida permanente de capital, ya que preferimos activos con grado de inversión y que casi no tengan deuda. De igual manera, nuestro universe típicamente tiene una rentabilidad por dividendo y una expectative de crecimiento de beneficios superior a la media del mercado, con un nivel inferior de incertidumbre. En consecuencia, pensamos en el riesgo más a nivel individual por acciones. Necesitamos asegurarnos de que el crecimiento intrínseco en las valoraciones se producirá, pues todas las compañías tienen cierto grado de ciclicalidad; tan solo depende de cuánto sea. Dar con la ecuación adecuada de valor y crecimiento será un motor clave de la rentabilidad en 2023.