El 2022 ha traído consigo mucho sufrimiento para los inversores, pero también una oportunidad histórica de revisión de precios de las principales clases de activos, particularmente de la renta fija, que había comenzado el año muy sobrevalorada. Iain Cunningham, co responsable de Multi-Asset Growth en Ninety One Asset Management, habla en exclusiva para Funds Society de las oportunidades que ha generado este reseteo masivo de las valoraciones, y explica cómo está implementando su visión en la gestión del Ninety One Global Macro Allocation.
Después de un 2022 que ha sido un desafío para la mayoría de clases de activos, ¿hay luz al final del túnel?
En lo que se refiere a los mercados desarrollados, se ha visto 2022 como un reseteo de las valoraciones. Hemos visto una subida de los tipos y de la rentabilidad de los bonos, al moverse los bancos centrales para luchar contra la inflación, lo que a su vez ha puesto una gran presión bajista sobre las acciones. Al mismo tiempo, los beneficios en el mundo desarrollado se han mantenido bastante fuertes y razonablemente robustos. En Asia, la debilidad del mercado ha estado impulsada por la debilidad de los beneficios y la compresión de múltiples, algo que sucede cuando las acciones caen más rápido que los beneficios. Esto siguió al endurecimiento implementado por el Banco Popular de China (BPCh) un año antes de que los bancos centrales de los países desarrollados comenzaran un endurecimiento similar.
Sobre si hay luz al final del túnel para las acciones desarrolladas, depende del impacto económico final que tenga el endurecimiento de este año, porque va con un retraso de seis a doce meses. En última instancia, creemos que las probabilidades de un aterrizaje suave en las economías de mercado desarrolladas son escasas porque, históricamente, cuando se producen ciclos de subida a tal velocidad y con esa magnitud, tienden a estar seguidos por un hard landing. En este caso, es probable que las empresas vean que sus beneficios se debilitan con el crecimiento económico y las bolsas podrían sufrir, particularmente si la Fed mantiene unas condiciones restrictivas para mantener a la inflación al mismo tiempo.
¿Era necesario un reseteo en algunas clases de activos?
Sí. Era obvio al comienzo del año que la liquidez proporcionada por los bancos centrales durante el shock del covid, junto con los estímulos fiscales, llevaron a una seria compresión de la frontera del riesgo, o frontera eficiente, donde la rentabilidad de los bonos soberanos estaba excepcionalmente baja y los múltiplos de las bolsas estaban muy elevados, por lo que los retornos esperados se habían aplanado a lo largo de la curva. En efecto, pedimos retornos prestados del futuro. Pero con los bonos al alza y habiéndose comprimido los múltiplos de las acciones, la prima de riesgo de los mercados está regresando a niveles más sensatos.
¿Cuáles son los principales temas de 2023?
Dada la velocidad y la magnitud de los ciclos de subidas de tipos en el mundo desarrollado, esperamos ver una ralentización muy sólida y con toda probabilidad una recesión en los próximos seis a doce meses. China tiene sus propios desafíos y hay una acción negativo de precios en Asia conectada con la extensión de las políticas covid-cero, junto con la consolidación en el poder de Xi Jinping. Sin embargo, tras el endurecimiento de 2021, se relajó la política monetaria este año para estabilizar la economía. El gobierno se ha embarcado en un nuevo ciclo de crédito, está dando pasos para estabilizar el mercado inmobiliario y está más tranquilo con la regulación, al buscar la reconstrucción de la confianza en la economía. Pensamos que China verá una recuperación económica en 2023. Cuando pensamos en las mayores implicaciones para los mercados de activos, 2022 fue todo sobre la caída de las acciones, la subida de las tires de los bonos y la notable fuerza del dólar estadounidense. En 2023, pensamos que veremos que las tires de los bonos empiezan a tocar techo ante la creciente debilidad económica. Creemos que ya estamos viendo esto en algunas economías periféricas del mundo desarrollado. Probablemente veamos que las bolsas tocan suelo, al volverse obvio que ya se está produciendo una ralentización de la economía. Pensamos que el dólar probablemente toque techo en 2023, cuando la Fed dé señales de que la inflación se está acercando a su objetivo.
Usando vuestro acercamiento contracíclico, ¿dónde ve oportunidades en 2023, y cuál será la mejor manera para acceder a ellas?
Ya han empezado a emerger las oportunidades. Por ejemplo, estamos tomando riesgo en algunos bonos soberanos. Generalmente, cuando te encuentras en un periodo de crecimiento negativo con impulsos negativos de la inflación – que anticipamos para la primera parte de 2023-, es una señal de empezar a tomar riesgo en deuda soberana. Lo estamos haciendo en áreas donde hay una notable vulnerabilidad debido a los tipos de interés más altos, y una de las principales áreas a nivel global es en los mercados inmobiliarios, donde se ha producido un considerable apalancamiento en la última década. Esto incluye a países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Corea del Sur, así como algunas economías escandinavas. Sus mercados inmobiliarios ya están cayendo como resultado de la subida de los tipos de interés, y por tanto estamos largos en bonos de esos mercados. Cuando tengamos la señal de que Estados Unidos está empezando a ralentizarse, expandiremos nuestra exposición hacia esos mercados, dado que también están influenciados por el rendimiento de los “treasuries”.
Dentro de las divisas, nos hemos beneficiado de una posición larga en dólares y, si vemos que el crecimiento se ralentiza y que parece que la Fed va a dar un giro en algún momento, vemos una gran oportunidad, potencialmente, en el yen japonés, que ha sufrido mucho este año. Si empezamos a ver una convergencia de políticas monetarias en algún momento, quizá a finales del año que viene, entonces el yen supondrá una oportunidad excepcional. Creo que, en general, en los próximos 12 meses buscaremos asignar capital a activos de riesgo. Por tanto, a medida que los precios se muevan en línea con nuestro escenario central de un contexto económico más débil, asignaremos una notable cantidad de capital, creemos que el año que viene, en activos de riesgo.