Aunque en 2022 pudimos presenciar cómo el mercado asestaba un grave golpe al estilo growth, realmente toda la renta variable sufrió la fuerte corrección causada por el cóctel de causas que ya conocemos: espiral inflacionista, subidas agresivas de los tipos de interés, guerra en Ucrania… “No había ganadores ni perdedores claros, se produjo una gran dispersión de los retornos por estilo dentro de la renta variable”, explica Clyde Rossouw, gestor de Ninety One Asset Management.
El Ninety One Global Franchise es uno de los fondos estandarte de esta gestora sudafricana. Se trata de un producto que invierte en valores con negocios de alta calidad en una cartera muy concentrada – actualmente tiene 26 acciones-, con un alto grado de diferenciación respecto al MSCI ACWI, su índice de referencia (presenta un active share del 92%) y una beta baja, del 0,75 desde su lanzamiento en 2008.
El equipo gestor busca compañías que presenten flujos de caja positivos, un bajo apalancamiento, crecimiento a tasas atractivas y ROICs elevados. La cartera está diseñada para ofrecer protección en entornos complicados del mercado, con baja participación en las pérdidas. El fondo ha generado un retorno a diez años (neto de comisiones) en torno al 8% por año.
Evolución del fondo en los últimos doce meses
El experto realizó recientemente un webinar en el que puso en valor la resiliencia de los valores con sesgo calidad presentes en el Ninety One Global Franchise. El enfoque en valores “quality” explica por ejemplo que el fondo no se beneficiara el año pasado del fuerte repunte de la energía, que acumuló retornos superiores al 30%; Rossouw aclara que el fondo no tiene exposición a la energía precisamente porque se trata de un sector donde “no hay calidad ni cualidades defensivas”, y anticipa que este año muchas compañías energéticas se verán obligadas a revisar a la baja sus márgenes porque el entorno ya no es tan favorable para el precio de la energía.
Sin embargo, los dos elementos que más mermaron la rentabilidad del fondo fueron el agresivo ciclo de tipos de interés al alza y la fortaleza del dólar, que ha tenido “un efecto desproporcionado sobre la cartera del fondo”, al tener varias compañías que se financiaban en otras divisas. Por tanto, Rossouw ve que “los grandes catalizadores de rentabilidad positiva serán que se debilite el dólar y que la rentabilidad de los ‘treasuries’ toque techo”. A medida que ambas tendencias se reviertan – algo que para el gestor ya se está haciendo evidente-, su visión es que el foco de mercado volverá a posarse sobre “la resiliencia de los ingresos”.
Los valores que más contribuyeron a la rentabilidad del fondo en 2022 fueron Philip Morris International, Visa, Beiersdorf, Amazon y Becton, Dickinson & Company, mientras que los mayores detractores fueron Intuit, ASML Holding, Moody’s, ICON y Estée Lauder. Rossouw prevé que para 2023 los valores que sufrieron una caída de la actividad – como Moody’s, que vio cómo se congelaba el grueso de emisiones previstas para 2022- experimenten una recuperación al desembalsarse la demanda acumulada ante la incertidumbre del año pasado, mientras que anticipa que los valores con contribución positiva sigan aportando rendimiento al fondo al tratarse de compañías resistentes y de calidad.
Pronósticos para 2023
El Global Franchise empezó a recuperarse en el último trimestre del año y ha mantenido buen tono en lo que va de 2023: “El mercado está empezando a cambiar su visión sobre qué tipos de activos van a ser premiados este año”, afirma su gestor. “Las valoraciones de las compañías se están recuperando porque los fundamentales subyacentes todavía se mantienen fuertes”, continúa. El gestor afirmó que “existe una gran desconexión entre la evolución operacional y de los beneficios de muchas de las compañías que tenemos en cartera frente a lo que el mercado está dispuesto a pagar por ellas”. También añadió que “este año el enfoque sobre los ingresos va a ser todavía más elevado”
“Claramente el mercado ha tomado la decisión de que este año quiere ir al alza. La pregunta para nosotros es si verdaderamente esto va a ser así, ¿va a ser una subida sostenible?”, declaró Rossouw. Un rápido análisis sobre los principales factores macro que hundieron al mercado el año pasado no termina de dar respuestas bajo su punto de vista, dado que hay riesgos que ve claramente a la baja (trayectoria de la inflación, disrupciones en la cadena de suministro, situación económica en China), pero algunos siguen sumidos en la incertidumbre (guerra Rusia-Ucrania, riesgo geopolítico), y otros han empeorado, como la previsión de crecimiento del PIB y de los beneficios o el nivel global de endeudamiento. Además, constata que a la política monetaria todavía le queda margen para empeorar antes de mejorar. Ante este complejo escenario, Rossouw recomienda a los inversores “ser pragmáticos con sus inversiones y asegurarse de que sus posiciones no están en el corazón de esas fuentes de riesgo”.
El gestor también pide que se evalúe la salud financiera de las compañías antes de tomar una decisión de inversión, dado que el encarecimiento de las condiciones para financiarse: “Muchas compañías que afronten desafíos en torno a su rentabilidad y su trayectoria de efectivo tendrán más dificultades para financiarse, y por ese motivo veremos una diferenciación entre aquellas compañías que eran growth a cualquier precio y las compañías growth con beneficios. Si quieres invertir en growth, asegúrate de invertir en compañías con crecimiento de ingresos, pero también que puedan generar flujos de caja libre, porque esas compañías con capacidad para autofinanciarse serán las capaces de determinar su propia fortuna, frente a aquellas dependientes de las esperanzas y promesas de los inversores”, afirma el gestor.
Ahora bien, ¿qué tipo de retornos deberían esperar los inversores en renta variable para este año? Tras un 2022 marcado por la compresión de múltiplos, Rossouw enfatiza: “Gran parte de los valores parecen haber tocado fondo, y si vemos tasas de descuento del 3-3,7% frente al treasury no creo que haya necesidad de corregir más”. Para el experto, los riesgos están en la parte de los beneficios corporativos, en referencia a que algunos sectores – como la energía- lo tendrán difícil para igualar los beneficios récord del año pasado. En cambio, espera que mejore la previsión de beneficios de las compañías con sesgo calidad frente a las que presentan un sesgo más cíclico: “La trayectoria de beneficios es definitivamente más robusta en este punto del ciclo”, concluye.