Desde el lanzamiento de la estrategia Ninety One Global Environment, los mercados financieros han sufrido importantes turbulencias -incluido el mercado bajista más pronunciado de la historia para la renta variable global-, intercaladas con periodos de bonanza, impulsados más recientemente por el extraordinario apoyo de los gobiernos y los bancos centrales.
También se han visto unos fenómenos meteorológicos y unos datos climáticos más extremos cada vez más aleccionadores y, con un matiz más positivo, algunos brotes verdes muy necesarios en acción política contra el cambio climático. Por ejemplo, alrededor del 73% de las emisiones globales están cubiertas por compromisos nacionales de cero emisiones, aunque solo seis países han convertido sus compromisos en leyes vinculantes.
Coincidiendo con el tercer aniversario, el equipo gestor de la estrategia Ninety One Global Environment, formado por Deirdre Cooper, co-responsable del equipo de renta variable temática, y Graeme Baker, reflexionan sobre los cambios sucedidos en estos últimos tres años.
El proceso de descarbonización
A pesar de algunos avances políticos, la inversión en descarbonización sigue siendo muy inferior a la necesaria, y la cantidad anual de descarbonización necesaria para alcanzar la neutralidad de carbono sigue aumentando. En el informe «Net Zero by 2050» publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE, por sus siglas en inglés) estima que para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 será necesario multiplicar por 4 la capacidad eólica y solar, multiplicar por 18 las ventas de vehículos eléctricos, multiplicar por 41 la producción anual de baterías para vehículos eléctricos y realizar una inversión anual de 4 billones de dólares solo en el sector energético. La magnitud del reto al que se enfrenta el mundo ha suscitado un interés sin precedentes en los últimos 12 meses por invertir para hacer frente al cambio climático.
Dos importantes iniciativas han cambiado el panorama para los inversores: el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea («SFDR») y la taxonomía verde relacionada; y las Alianzas de Propietarios y Gestores de Activos Net Zero. Al respecto, la gestora Ninety One se considera defensora de ambos y siempre ha apoyado firmemente el impulso hacia una información más transparente sobre la sostenibilidad. No obstante, a Ninety One también le preocupa el exceso de confianza en la “sostenibilidad por cifras” y la tendencia de algunos proveedores de datos sobre sostenibilidad a simplificar demasiado los temas.
Las métricas de la sostenibilidad
Si bien los inversores necesitan poder atribuir los resultados obtenidos a las métricas de sostenibilidad, en la opinión de Ninety One es necesario realizar una interpretación cuidadosa de las cifras. Ningún dato por sí solo puede describir si una empresa está impulsando la transición hacia las cero emisiones netas, o (una cuestión aún más difícil) si ésta es realmente sostenible.
Por ello, la gestora presenta a continuación un cuadro de mando de las métricas de la cartera para ayudar a comparar la estrategia Ninety One Global Environment con otras inversiones en sostenibilidad. En cualquier caso, cada una de las posiciones que la estrategia mantiene en cartera tiene una historia única, ya que la gestora no atiende únicamente a las métricas.
El hecho es que, en algunas ocasiones, las métricas a nivel de cartera no serán indicativas del rendimiento de sostenibilidad subyacente de las posiciones en cartera. Por ejemplo, es posible que la alineación con las políticas verdes de la estrategia Ninety One Global Environment disminuya a medida que sus inversiones se adentren en las cadenas de suministro, donde el marco de la Unión Europea es actualmente menos aplicable. Sin embargo, las inversiones en la cadena de suministro son vitales para la descarbonización. También es posible que la huella de carbono de la cartera disminuya simplemente porque una de sus participaciones haya vendido un negocio a otro propietario, lo que podría incluso provocar un aumento de las emisiones en el mundo real si el nuevo propietario es menos responsable.
Es igualmente posible tener una cartera con métricas de diversidad en los consejos de administración mejores que las métricas de referencia, pero que también esté poblada de empresas que están lejos de ser lugares de trabajo inclusivos. Por eso, en Ninety One siempre se han comprometido a proporcionar informes detallados a nivel de posición, revelando no solo los datos, sino las historias de inversión que hay detrás.
Teniendo en cuenta estas advertencias, Ninety One comparte algunos aspectos destacados de su cartera:
Informes sobre las emisiones de carbono:
En Ninety One han observado mejoras en los informes de las empresas que forman parte de la estrategia Global Environment sobre el riesgo de carbono de alcance 1,2 y 3 y sobre su impacto, es decir, sobre el carbono evitado. Como era de esperar, a lo largo de estos años el ritmo de mejora ha disminuido.
Casi el 80% de las empresas informan ahora de las emisiones informan ahora de las emisiones de alcance 1 y 2. La proporción de empresas dentro de la cartera que presenta informes completos sobre el riesgo de carbono es ahora algo inferior al 40%.
Aunque la información sobre el carbono está mejorando, sigue habiendo retrasos significativos. También se están observando algunas reformulaciones significativas, en particular de las emisiones de alcance 3, donde un cambio en la metodología puede dar lugar a unas cifras de emisiones muy diferentes, lo que dificulta las comparaciones entre empresas. En ese sentido, el análisis fundamental de los datos sobre el carbono sigue siendo un complemento esencial.
En Ninety One están especialmente satisfechos de que tres empresas chinas y la estadounidense NextEra Energy, el mayor proveedor de energía renovable del mundo, hayan reportado por primera vez desde que realizaran su último informe de impacto.
Ninety One mantiene ahora una mayor colaboración con la organización sin ánimo de lucro CDP, anteriormente conocida como Carbon Disclosure Project, mejorando algunos aspectos de sus informes, como el cálculo de las emisiones de carbono evitadas mediante métodos diferentes cuando una empresa abarca varios sectores, así como el uso de las métricas de CDP relacionadas con la producción de productos con bajas emisiones de carbono. Dado el papel fundamental que desempeña CDP en la mejora de los informes voluntarios sobre el carbono a nivel mundial, esta asociación será importante para apoyar la mejora continua del proceso de Ninety One (1).
También Ninety One quiere destacar que el universo de inversión se ha ampliado de unas 700 empresas a más de 1.200.
Riesgo e impacto del carbono
Durante los ejercicios de 2019 y 2018, dos tercios de las empresas de la cartera redujeron la intensidad de sus emisiones de alcance 1 y 2, y otros dos tercios aumentaron su carbono absoluto evitado.
Además, un tercio de las empresas redujo la intensidad de sus emisiones de alcance 3. Ayudar a las empresas a comprender sus emisiones de alcance 3 y, por tanto, a reducirlas, sigue siendo un objetivo clave para Ninety One.
Sobre la base de su evaluación inicial con respecto a la taxonomía de la Unión Europea, se estima una alineación de más del 40% (antes de cualquier evaluación de “no causar daños significativos” o de “salvaguardias sociales”).
De las empresas que la estrategia Ninety One Global Environment mantiene en cartera, 14 de ellas tienen objetivos explícitos de reducción de carbono. En ese sentido, alrededor del 35% de las empresas de la cartera tienen objetivos aprobados por la iniciativa de Objetios Basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés).
Compromiso:
En todas las conversaciones que Ninety One mantiene con los equipos directivos de las empresas se ha detallado la información sobre el carbono, la reducción de emisiones, las cuestiones laborales y de gobierno corporativo. La gestora se siente alentada por el hecho de que sus compromisos sobre la mejora de las normas de información han contribuido a las mejoras en la información sobre el carbono mencionadas con anterioridad.
En Ninety One votan todos los poderes para que los consejos de administración y los equipos directivos rindan los más altos estándares. A medida que la información sobre el carbono ha mejorado y las empresas han empezado a establecer objetivos de reducción de las emisiones de carbono, la gestora se ha puesto en contacto con las empresas en relación con sus ambiciones y objetivos de reducción a cero emisiones netas y los han incorporado a sus modelos de empresa individual. En ese sentido, Ninety One espera que ese trabajo se convierta en un objetivo mucho más importante para ellos en el futuro. En sus informes, la gestora también presenta su análisis inicial de cero emisiones netas.
El camino de la cartera hacia la reducción de emisiones depende actualmente en gran medida de las empresas de gran capitalización de los mercados desarrollados, mientras que las empresas de mercados emergentes y de menor capitalización tienden a retrasarse en la presentación de informes y, por tanto, también en la fijación de objetivos.
Muchas empresas de los mercados emergentes han comenzado recientemente a hacer un seguimiento de sus emisiones y a informar sobre ellas, por lo que tardarán en establecer objetivos significativos, pero este será un tema importante de compromiso.
Si bien Ninety One se esfuerza por asignar capital a empresas que cree que están desarrollando productos y servicios que ayudarán al mundo a acercase lo más posible a los 1,5 oC grados, y que están haciendo todo lo posible para descarbonizar sus propios negocios, no se sentirían cómodos describiendo la cartera de la estrategia Global Environment como una “cartera de 1,5 oC grados”, simplemente porque no es creíble que vivamos en un mundo que solo experimente un calentamiento de 1,5 oC grados, y todas las empresas dependen en última instancia de las comunidades en las que operan para lograr sus objetivos climáticos.
La gestora espera que pronto se comiencen a ver más medidas regulatorias que permitan hacer esa afirmación en el futuro. Eso no solo sería una gran noticia para el planeta, sino también para las perspectivas de crecimiento y rentabilidad de las empresas que forman parte de la estrategia Global Environment de Ninety One.
Notas sobre la metodología utilizada en este informe:
La mayor parte del análisis de este informe se refiere a las participaciones de la cartera a finales de diciembre de 2020, con la excepción de la revisión de la trayectoria de la cartera hacia el cero neto, que se basa en las participaciones de la cartera a finales de junio de 2021.
Esto significa que Ninety Onea ha incluido las evaluaciones de tres empresas que ya no estaban en la cartera a finales de junio de 2021 (IPG Photonics, Nidec y NXP Semiconductors). También ha incluido las evaluaciones de dos empresas recién incorporadas en 2021 (Ansys y Trane Technologies).
Aunque la información sobre el carbono está mejorando significativamente, todavía está sujeta a un retraso importante. En su anterior Informe de Impacto, publicado en junio de 2020 y basado en las participaciones de finales de diciembre de 2019, utilizaba la información sobre el carbono correspondiente al ejercicio financiero de 2017. El calendario de este Informe de Impacto nos permite ofrecer informes de carbono relativos tanto al ejercicio fiscal de 2018 como al de 2019. Las fuentes de estos datos sobre el carbono incluyen los informes de las empresas y las estimaciones calculadas conjuntamente con nuestros dos proveedores de datos sobre el carbono, CDP y Urgentem.
Se ha proporcionado una indicación inicial de la alineación de la taxonomía de la UE. Hay que señalar que esta indicación se ha realizado sobre la base de los mejores esfuerzos utilizando la orientación disponible actualmente. No incluye una valoración de «no causar daños significativos» ni de «salvaguardias sociales», ya que aún no se dispone de orientaciones sobre estos aspectos.