Las valoraciones del mercado de renta variable estadounidense se encuentran en máximos históricos; sin embargo, tal vez no estén narrando la totalidad de la historia. Según Abrie Pretorius, gestor principal junto a Clyde Rossouw de la estrategia Global Quality Equity Income de Ninety One, se ha completado el círculo desde el inicio del COVID-19 hace unos dos años. Los ingresos globales, son ahora un 2% más altos que en 2019, pero los beneficios se han aumentado casi un 40% en comparación con 2019.
Las empresas han logrado un fuerte apalancamiento operativo, especialmente durante 2021. Esto fue en gran parte porque en sectores como la energía, los productos cíclicos de consumo y las áreas cíclicas de la tecnología, la demanda regresó, pero sin la totalidad de sus bases de costes volviendo a la normalidad. Por lo tanto, el experto cree que ahora estamos viendo el rápido retorno de los costes, con la inflación en alza. Así pues, de cara a 2022, lo interesante será que los nubarrones del COVID se disiparán, y probablemente empezaremos a tener una imagen más clara en términos de la demanda real y las presiones de costes a las que se enfrentan las empresas.
Entre los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas, es probable que el crecimiento de los ingresos se ralentice sustancialmente a medida que nos adentramos en 2022 y que los costes que estamos viendo ahora sigan siendo elevados. Eso va a obligar a los bancos centrales a acelerar la retirada de la liquidez y a normalizar el ciclo de tipos de interés en un momento en el que se está viendo una rápida desaceleración del crecimiento.
Son los flujos de caja libres los que impulsan los precios de las acciones, no los beneficios, por lo que en Ninety One son bastante cautelosos con las empresas que tienen altos costes de reinversión en un momento en el que esos costes son elevados. Así que se dirigen más a las empresas con fuertes activos intangibles que pueden proporcionar un fuerte crecimiento de los ingresos y que pueden hacer que ese crecimiento de los ingresos pase a los flujos de efectivo. Esto es posible porque no tienen los altos requisitos de reinversión, ya que sus bases de activos están realmente impulsadas por el software, el código, las patentes y las marcas.
Las oportunidades en 2022 se presentarán en empresas con un historial muy sólido de crecimiento en sus dividendos, ya que probablemente tendrán un buen desempeño. En concreto, se inclinan por las empresas del sector del consumo, algunas empresas de software seleccionadas y por el sector sanitario. El hilo conductor son empresas con una buena combinación entre una posición de ataque y de defensa, con balances con poca intensidad de capital y que carezcan de necesidades de reinversión. En concreto, creen que esta cuestión del rápido aumento de la base de costes en 2022 puede coger desprevenidos a algunos inversores, ya que muchos se centran en los beneficios y no el flujo de caja.
Con respecto al posicionamiento, en la estrategia Global Quality Equity Income de Ninety One poseen un número limitado de empresas que creen que podrán volver a ofrecer un crecimiento real en sus dividendos en el próximo año. Estas empresas tienen un fuerte poder de fijación de precios, que se mantendrá en el entorno de la demanda, pero no tienen los elevados costes de reinversión que tienen la mayoría de las demás empresas a nivel global. Por lo tanto, una vez más, deberían ser capaces de ofrecer un crecimiento muy fuerte del flujo de caja libre.
En Ninety One creen que 2022 será un año en el que la calidad impulsará el crecimiento. Es importante, ya que existen muchas distorsiones diferentes en el mercado, ser muy selectivos y seguir una diversificación geográfica. Europa, Estados Unidos y los mercados emergentes tienen restricciones muy diferentes impulsadas por los gobiernos locales, por lo que los inversores deben ser capaces de identificar los motores únicos de las empresas individuales que pueden impulsar el crecimiento en 2022.