Si bien el año pasado fue favorable para los mercados de renta variable, con una subida de más del 20% para el S&P 500, también fue bastante complicado para las inversiones en renta fija, que acabaron el ejercicio con rendimientos negativos. En una reciente conversación entre Richard Garland, responsable de la división Global Advisory en Ninety One, y John Stopford, co-gestor del Ninety One Global Multi-Asset Income Fund, explican cómo se puede utilizar esta estrategia como una alternativa a la renta fija -gracias al carácter defensivo de sus ingresos- y analizan las perspectivas del mercado para cada uno de los activos que componen la cartera.
2021 fue un año mixto para la estrategia Ninety One Global Multi-Asset Income Fund, pero el buen desempeño de la renta variable estadounidense permitió al fondo terminar el año con rendimientos positivos. Así, el fondo acumula ocho años consecutivos con rendimientos positivos desde su inicio, lo que les sitúa en la selecta categoría de fondos que no han obtenido rendimientos negativos en el año calendario desde su lanzamiento. Eso significa que el equipo gestor ha conseguido cumplir con sus objetivos de forma consistente. A cierre del pasado ejercicio, han conseguido un rendimiento alrededor del 4%, consiguiendo duplicar la rentabilidad del índice Barclays Global Agg., pero manteniendo un nivel de volatilidad y de máxima caída (drawdown) muy similar.
Este buen resultado es atribuible principalmente al desempeño de la renta variable. Las acciones de altos dividendos no obtuvieron una gran atención por parte del mercado, pero tuvieron una buena actuación y contribuyeron a unos buenos rendimientos, en especial, en áreas como la propiedades y las infraestructuras. No hubo necesidad de cubrir las posiciones de la cartera, pues el mercado no experimentó muchos altibajos y el equipo gestor logró defender la cartera de las subidas de tipos con una baja duración en la cartera.
En la parte de renta fija, no tuvieron ninguna caída materialmente importante, por lo que durante el año el rendimiento estuvo en línea con el medio plazo. Comparando el desempeño de la cartera con el contexto de un entorno difícil en el mercado, la rentabilidad que se puede atribuir a la renta fija fue razonable.
Perspectivas para el resto del año
El entorno del mercado será mucho más desafiante. Si bien el año pasado la renta variable experimentó un rally sin sobresaltos, en el próximo año se espera que los siguientes obstáculos dificultan el camino: las subidas de tipos, ralentización del crecimiento, o el incremento de la inflación -que ha presentado los mayores niveles desde hace décadas y que podría ser problemática para un rango amplio de países- podrían representar un problema en el medio plazo.
Para contrarrestar el aumento de la inflación, la política monetaria está rotando desde una posición altamente acomodaticia hacia una posición de endurecimiento. Por norma general, a los mercados no les gustan estos cambios, por lo que en Ninety One esperan un incremento de la volatilidad. Puede que los rendimientos a final de 2022 sean decentes para la renta variable, pero los próximos meses no estarán exentos de altos y bajos.
El verdadero desafío estará en los mercados de renta fija. Será muy complicado que los bonos gubernamentales actúen como elemento diversificador en las carteras por el bajo nivel que las rentabilidades reales y nominales han alcanzado, por la probabilidad de que los tipos puedan subir y por la retirada de los paquetes de estímulo. Esta combinación hará que los bonos no cumplan su rol como activo defensivo en 2022 y puede que en los próximos años.
La deuda high yield
En 2021, la estrategia Ninety One Global Multi-Asset Income Fund comenzó el año con una asignación bastante robusta en los diferenciales entre la renta fija con grado de inversión y la deuda high yield, con unas expectativas relativamente amplias de crecimiento y una política monetaria acomodaticia. Comenzando este año, esta posición se ha recortado en aproximadamente la mitad. Aunque se espera que el crecimiento sea relativamente bueno y que las tasas de impago permanezcan relativamente bajas, se está acumulando incertidumbre en el mercado. El problema es que la deuda high yield a menudo se comporta como el canario en la mina de carbón. Es el primer segmento de la renta fija que detecta un cambio en el entorno. Cuando en el mercado se siente más incertidumbre, los diferenciales del high yield comienzan a ampliarse.
En un entorno en el que el crecimiento es decente, Ninety One cree que tiene más sentido tener exposición a la renta variable que ofrezcan un alto nivel de dividendos resilientes a través de un enfoque selectivo. Probablemente, las tasas de impago de la deuda high yield permanezcan bajas durante un año más, pero si los diferenciales se amplían, entonces las rentabilidades de los bonos podrían ser mucho menores o incluso negativas.
Una menor duración
Aproximadamente la mitad de la duración actual de la cartera, situada en torno a 1,1 años, procede de la deuda de mercados emergentes en divisa local, de bonos a medio plazo, que añaden un carry significativo a la cartera. Cuando estos bonos son cubiertos en dólares, consiguen un rendimiento decente para la cartera. Los bancos centrales de los mercados emergentes fueron los primeros en comenzar a subir tipos, los mercados siguen proyectando una mayor inflación y unas mayores tasas en el futuro, pero en Ninety One creen que esa fase ya ha sido superada.
El resto de la duración proviene de mercados como Nueva Zelanda, donde todavía esperan conseguir algo de rentabilidad real. En resumen, Ninety One está siendo muy selectivo con las posiciones que mantiene en cartera, todavía hay oportunidades en las que se puede tener un posicionamiento en duración en los mercados desarrollados. Sin embargo, su exposición a la duración en los bonos del Tesoro es esencialmente plana e incluso algo negativa. En consecuencia, si los tipos en Estados Unidos suben, será ligeramente beneficioso para la cartera.
La exposición en renta variable
Para John Stopford, la renta variable se presenta como un vaso medio vacío, puede seguir siendo un año positivo, pero tendrá que soportar mucho ruido. Se trata de un año de transición en términos de política de crecimiento e inflación y eso va a provocar mucha incertidumbre y potencialmente mucha volatilidad. Para Ninety One, la renta variable de alta rentabilidad por dividendo quedó rezagada con respecto al conjunto del mercado en 2021, especialmente en la segunda mitad, cuando el mercado se estrechó y se centró en algunos temas claves, algunos de ellos con un recorrido ya muy maduro, como las empresas líderes en tecnología. Las valoraciones de las acciones de alta rentabilidad por dividendo parecen bastante sólidas. En concreto, las de cinco valores que cotizan con un ratio PE de 13, frente a un mercado con ratio PE de 18.
Los dividendos son fuertes y sólidos y Ninety One ve probable que crezcan. Mientras la economía global siga expandiéndose, seguirá en un ciclo tardío, sin una recesión inminente. Algo que es una buena noticia para la renta variable, que podrá hacer frente a buena parte de la volatilidad esperada.
Si desea visualizar la totalidad de la entrevista, por favor entre en este link.