Desde que Columbia Threadneedle Investments aterrizó en Madrid en 2006 han pasado 15 años. En una velada que se celebró en el Museo Reina Sofía, Rubén García Páez, director general de Iberia y Latam, agradeció a los más de 160 profesionales de la industria de inversión que asistieron su apoyo durante estos tres lustros, que han transcurrido con una gran acogida por parte del inversor español. Además, mencionó las tres tendencias de la industria que, en su opinión, dominarán los próximos años: la inversión responsable, los productos alternativos y las soluciones de inversión. Áreas que Columbia Threadneedle ha reforzado con la reciente adquisición del negocio de gestión de activos en la región de BMO GAM (EMEA).
El evento continuó con la presentación de la estrategia Threadneedle (Lux) UK Equity Income, por parte de Richard Colwell, responsable de renta variable británica y gestor de carteras, y Jeremy Smith, responsable de análisis y construcción de carteras para renta variable británica. Los expertos recalcaron los bajos niveles de valoración de la renta variable británica frente a la renta variable global en términos de los ratios clásicos: beneficio por acción, rentabilidad por dividendo, precio-valor contable. A lo largo de la historia, tradicionalmente Reino Unido ha experimentado un descuento del 20%. Sin embargo, en los últimos seis años, este descuento se ha duplicado hasta alcanzar niveles del 40%.
Este gran descuento se explica por el dominio de la renta variable estadounidense en los últimos 15 años, en especial, por las grandes empresas tecnológicas, que han atraído unos flujos de capital masivos sin importar las condiciones de la economía o de los mercados. A su vez, este fenómeno ha retraído los flujos de entrada en otras áreas del mercado como pueden ser la renta variable estadounidense de pequeña y mediana capitalización, la renta variable británica o la europea.
Con la llegada de la pandemia, el “flash crash” que experimentó el mercado en 2020 reafirmó la idea de que el único sector que respondía a las expectativas de los inversores eran los gigantes tecnológicos, con un bajo nivel de riesgo y altos rendimientos. Sin embargo, con la subida de los tipos de interés, los próximos 10 o 15 años serán diferentes, esto dará oxígeno a las empresas de pequeña y mediana capitalización en Estados Unidos y a la renta variable británica.
Los bancos y la energía representan un 20% del índice de MSCI UK, por lo que en el entorno actual pueden distorsionar el desempeño real del índice. Si estos dos sectores se excluyen, el ratio beneficio por acción a 12 meses se encuentra en mínimos históricos no alcanzados desde hace dos décadas. En sectores como el aeroespacial, los productos básicos de consumo y los bienes de lujo se están viendo múltiplos de valoración que son la mitad de lo que se está viendo al otro lado del Atlántico, pero también mucho menores que en Europa.
En lo que va de año, el índice de renta variable británica ha experimentado un fuerte rally. Esto se debe al fuerte componente en commodities que tiene el índice de Reino Unido. Así, muchos inversores han buscado refugio frente a la inflación en la renta variable británica, pero los gestores de Columbia Threadneedle argumentaron que el Reino Unido merece una evaluación más amplia, más allá de ser una cobertura frente a la inflación o acciones que generan dividendos.
Conforme las grandes empresas tecnológicas han reportado ganancias y los inversores se han dado cuenta de que en realidad algunas de las ganancias son un poco más cíclicas de lo que las valoraciones estaban implicando, los mercados han dejado de estar tan concentrados. Algo que se estaba esperando desde hace mucho tiempo. La composición del índice británico en cuanto a empresas defensivas cíclicas es muy similar a la de los demás mercados de renta variable desarrollados, esto lo convierte en un contendiente válido para asignar capital.
En la década de los 2000, la última ocasión en la que se experimentó una fuerte corrección en las acciones tecnológicas, la renta variable británica fue considerada un activo refugio relativo, dada su menor exposición a las empresas tecnológicas y de telecomunicaciones. El mercado bursátil británico fue capaz de recuperarse antes de que el resto de los mercados lo hiciera, superando a Estados Unidos desde 2001 hasta 2007. Por eso, los gestores de Columbia Threadneedle creen que existe una oportunidad en la renta variable británica, pese a la desaceleración del crecimiento económico y el incremento de la inflación.
En la actualidad, la renta variable británica representa únicamente el 4% del MSCI World, mientras que hace una década, representaba el 10% o 15% del índice. Algo que explica que la mayoría de los inversores haya ignorado la renta variable de Reino Unido, dado que no hay una gran exposición en su índice de referencia y posiciona a esta clase de activo en el terreno de compra.
La oportunidad en small caps
Después, Nicolas Janvier, responsable de renta variable estadounidense para la región EMEA y principal gestor de la estrategia Threadneedle (Lux) American Smaller Companies, ahondó en los motivos por los que los inversores deberían considerar este activo en sus carteras. En la última década las denominadas FAANG han liderado los rendimientos del índice S&P 500, con un desempeño muy superior al resto del mercado. Estas empresas se han beneficiado de la tendencia de la globalización, pudiendo rebajar sus costes e incrementar sus márgenes a la vez que llegaban a un número mayor de consumidores. Estas empresas son muy globales en su naturaleza, tienen su domicilio en Estados Unidos, pero una gran parte de sus ingresos procede de otras partes del mundo.
Sin embargo, las empresas que forman parte del índice Russell 2000 son las que realmente conforman las entrañas de la economía estadounidense. No se trata de Amazon, sino de empresas del sector tecnológico, como empresas de software muy especializadas, por ejemplo, en la gestión de impuestos, vendiendo a un mercado final mucho menor y principalmente doméstico. Tampoco invierte en JP Morgan, Bank of America o Goldman Sachs, sino en empresas que son la banca de Texas o firmas que se dedican a la emisión de préstamos para viviendas en Nueva York o en Ohio.
Para invertir en la renta variable estadounidense de pequeña y mediana capitalización el inversor debe estar convencido de que la economía estadounidense seguirá siendo vibrante y que los tipos de interés probablemente continuarán subiendo, una confirmación de que la economía va bien. La inflación puede beneficiar a las pequeñas y medianas empresas en el sentido de que les permite negociar precios, por ejemplo, un proveedor de BMW puede ahora establecer una conversación sobre precios porque la inflación es ya palpable en toda la cadena de valor del negocio.
Según Janvier, los inversores deberían centrarse en las empresas de pequeña y mediana capitalización por dos cuestiones. La primera son las ineficiencias que se dan en este segmento del mercado por tener un menor número de analistas cubriendo y comprendiendo la esencia de estos negocios, por lo que existe una distorsión de la que los inversores se pueden beneficiar. El segundo motivo es porque las valoraciones de las empresas de small cap tienen un mayor recorrido, no sólo se duplican o triplican, sino que llegan a quintuplicarse, con una acumulación masiva de los rendimientos.
En el segmento entre los 5.000 y los 7.000 millones de capitalización bursátil es donde ocurre la magia. Y la principal razón es porque ese es el tamaño en el que las empresas empiezan a captar la atención del mercado. Ese es el segmento donde hay más liquidez.
La cartera de la estrategia Threadneedle (Lux) American Smaller Companies es relativamente neutral en cuanto a sectores, con una representación de los distintos sectores de la economía para aprovechar el dinamismo de la economía estadounidense. La estrategia se sirve del equipo de research de Columbia Threadneedle para realizar la selección de acciones y la asignación del riesgo posterior con el objetivo de obtener una buena relación calidad-precio, una rentabilidad predecible, bien diversificada y ajustada al riesgo. Antes de ser gestor de carteras, Janvier fue selector de fondos, por lo que conoce la importancia de que los rendimientos de una cartera sean predecibles y consistentes.
La estrategia se ha situado consistentemente en el decil superior de rendimientos en un periodo de tres años, asumiendo un menor riesgo que sus pares comparables, con un ratio de información muy superior. Por último, la estrategia está clasificada como artículo 8 dentro de la SFDR, estando muy centrada en los criterios ESG. Este foco en la inversión responsable tiene dos vertientes, la primera viene justificada por la demanda por parte de los inversores, y la segunda, por ser un modo de gestionar el riesgo en el largo plazo. Los flujos de caja futuros dependerán en gran medida del comportamiento en cuestiones ESG de las empresas. En algún punto, los reguladores tomarán medidas drásticas y exigirán a las empresas invertir capital para adecuar sus actividades conforme a lo demandado por los criterios ESG.