Tras un impresionante 2016, la renta variable emergente ha proseguido con su trayectoria alcista en 2017. Hemos asistido a siete meses consecutivos de mejor comportamiento relativo frente al mundo desarrollado. Los datos económicos mejores de lo previsto en China han sido determinantes para reforzar la confianza, mientras que la debilidad del dólar y la menor inquietud a corto plazo en relación con los impuestos fronterizos de Trump han dado apoyo a esta clase de activos.
En esta entrevista, Nick Price, responsable del equipo de Renta Variable Emergente Mundial de Fidelity, explica su visión sobre la fortaleza de los mercados emergentes y los peligros que pueden estar en el horizonte.
¿Le ha sorprendido la fortaleza de los mercados emergentes este año?
Fui franco acerca de los retos a los que nos enfrentábamos en 2016, pero me mantuve fiel a mi enfoque de inversión y confiado en que 2017 sería un año mejor. Los mercados han seguido subiendo, pero el entorno ha cambiado, ya que este año hemos visto cómo se constataba la solidez de los fundamentales y unos buenos resultados. En este entorno, cabía esperar obtener recompensas con una buena selección de valores y así ha sido.
¿Cómo ha influido el entorno en la evolución del fondo?
La mejor forma de responder a eso es repasar los resultados que hemos obtenido individualmente. Algunas de las mayores posiciones del fondo en el sector financiero ponen de manifiesto lo que he mantenido siempre: con el tiempo, las cotizaciones siguen a los beneficios.
A finales de 2016, la entidad india HDFC Bank se vio en dificultades por la desmonetización, pero en 2017 la confianza que mantenía en la empresa se vio refrendada por unos resultados sobresalientes; en fechas recientes, el crecimiento de los préstamos aumentó hasta cerca del 23%, batiendo así las previsiones del mercado y superando con creces el crecimiento de un dígito del conjunto del sector bancario indio.
La empresa cotizada en Hong Kong AIA Group ha registrado un excelente crecimiento en el valor de sus nuevos negocios. Este crecimiento se ha generado principalmente en Hong Kong y en China continental, donde la fuerte expansión de la red de sucursales y los mayores niveles de productividad han sido los grandes responsables de este éxito.
¿Qué tienen en común estas empresas?
En mi opinión, estas empresas no son solo una sucesión de buenas cifras trimestrales (aunque eso confirma claramente mi visión), sino negocios excelentes que ofrecen servicios en mercados enormemente infraexplotados y que, por ese motivo, presentan unas oportunidades de crecimiento estructural muy atractivas. El fuerte rebote de sus cotizaciones sitúa a estas empresas entre las que más han contribuido al mejor comportamiento relativo del fondo en lo que llevamos de año.
¿Cómo ve el mercado de acciones clase A de China?
Desde hace mucho tiempo, cuento con la ventaja de la fantástica cobertura del mercado de acciones clase A que lleva a cabo nuestro equipo de analistas en Asia, lo que nos coloca en una buena posición de cara al incremento sustancial del peso de dichas acciones en el índice durante los próximos años. No obstante, me gustaría aclarar que la decisión de MSCI de incluir las acciones clase A en el índice no fue lo que nos animó a comprar estos valores.
Actualmente contamos con cuatro de estos valores en el fondo, pero en la mayoría de ellos invertimos desde hace mucho tiempo. Entre estas posiciones, Gree Electric Appliances, Midea y Shanghai International Airport destacan por su contribución positiva a la rentabilidad este año. Insisto en que los fundamentales son los que, a mi juicio, han sostenido su trayectoria.
¿Cómo ves las valoraciones en ese mercado?
Diría que, en el cómputo global, el mercado de acciones A está caro. Pero eso no me afecta, ya que siempre abordo la valoración en el plano individual y los valores que tengo en cartera están baratos. Una reciente incorporación al fondo fue Inner Mongolia Yili, un destacado grupo lácteo de China. Con un PER de 17 veces en 2018, la empresa se sitúa claramente por debajo de sus homólogos internacionales, pero con una tasa de crecimiento más rápida.
Por otro lado, infraponderas algunos de los mayores negocios de internet de China.
¿Qué opinas de otros grandes países emergentes?
Rusia registró un buen comportamiento el año pasado pero ha decepcionado en 2017. Cuando el precio del petróleo cae, la bolsa del país puede ser sensible a estos movimientos y donde es más evidente este hecho es en los sectores de energía y banca. La pujanza del suministro de petróleo y gas de la industria estadounidense del esquisto es patente y aunque el crudo ha avanzado considerablemente frente a sus mínimos de 2016, es evidente que esta actividad básicamente pone un tope a su cotización.
Sigo evitando los valores energéticos, pero la posición en Sberbank destaca como la más afectada. He reducido el tamaño de la posición, pero he optado por mantener cierta exposición, ya que la empresa ha estado cotizando con un ratio precio-valor en libros cercano a 1 y es un negocio con una rentabilidad sobre recursos propios del 20%. En un mundo con bajos tipos de interés, ese nivel de rentabilidad es atractivo.
Rusia también ha brindado una oportunidad para invertir en uno de los pocos negocios de internet cotizados fuera de China. La red social Mail.Ru se ha desmarcado de la tendencia general del mercado ruso y ha contribuido notablemente al alfa.
¿Y en Latinoamérica?
En Brasil, el fondo sigue infraponderado. Este año han surgido dificultades políticas (cosa que no me sorprendió del todo) y eso pone de relieve que puede ser difícil desarrollar convicción en las propias empresas partiendo de un programa de reformas en una fase muy temprana.
¿Cuál es su posicionamiento actual?
Los materiales son un área que merece atención. Insisto en que no invierto atendiendo a consideraciones macroeconómicas, pero sí presto una gran atención a las dinámicas de la oferta en este sector. Actualmente prefiero el cobre, el acero y el aluminio.
En un plano totalmente diferente, el sector de la salud y el bienestar ha experimentado un enorme auge en el mundo en desarrollo; las incorporaciones pertenecientes al sector del consumo básico responden a esta idea.
¿Cuáles son sus perspectivas para el resto del año?
En general, las valoraciones de los mercados emergentes siguen siendo muy atractivas y eso es un argumento a favor de esta clase de activos. Nuestro enfoque de inversión sigue girando en torno a identificar negocios de calidad, en disposición de generar rentabilidades elevadas de forma sostenible a medio-largo plazo y que cotizan con una valoración razonable.
El mejor comportamiento de la región en lo que llevamos de 2017 se debe al bajo nivel desde el que partía tras varios años de revisiones a la baja de la rentabilidad esperada. La prudencia me ha llevado a asegurar las fuertes ganancias recogiendo beneficios activamente y gestionando los tamaños de las posiciones en consecuencia. En estos momentos, considero que el crecimiento del mundo emergente es sólido, sobre todo entre los países emergentes manufactureros, donde el crecimiento del PIB es superior al de los mercados desarrollados y recientemente se ha observado una aceleración. Aunque no invierto con un enfoque macroeconómico, el crecimiento económico y la actividad real generalmente van de la mano y son claramente favorables.