La semana termina con Wall Street de celebración. El índice S&P 500 volvió a marcar su máximo histórico el pasado martes al llegar a los 2.872,86 puntos, superando el techo que logró en enero de este mismo año y que supuso su anterior récord. Esta sucesión de récords supone el ciclo alcista más largo de la historia en Estados Unidos, ya que el índice no ha sufrido una caída de más de un 20% en nueve años y medio.
Según explica el equipo de análisis de Schroders, este rally comenzó el 9 de marzo de 2009. Desde entonces, “el S&P 500 ha aumentado en un 323%, una escalada que pocos podrían haber previsto después del que el índice cayera un 57% desde su máximo en octubre de 2007, durante la crisis financiera mundial. Considerando el rendimiento total, que incluye los dividendos pagados por las empresas, el índice ha devuelto un 415%”.
Este repunte se produce en medio de un contexto marcado por las tensiones arancelarias entre Estados Unidos y China, por un impulso en los beneficios empresariales motivado por la reforma fiscal, un horizonte de subida de tipos de interés por parte de la Fed y un dólar fuerte; elementos que no han logrado descarrilar este alza.
La volatilidad del mercado tampoco ha logrado frenar esta tendencia, incluso algunas gestoras insisten en que algo de volatilidad es bueno. En opinión de Matt Benkendorf, jefe de inversiones de Quality Growth, una boutique de Vontobel AM, un escenario de mayor volatilidad como el que puede presentarse en un mercado alcista maduro con riesgos como la subida de tipos o los conflictos derivados de una guerra comercial puede generar también oportunidades.
“Aunque parezca contradictorio, nosotros como inversores damos la bienvenida a titulares sobre la guerra comercial o la subida de los tipos de interés. Finalmente estos factores están favoreciendo un ambiente de inversión más volátil y eso puede permitir a los stock pickers como nosotros no sólo encontrar nuevas ideas de inversión, sino también demostrar las virtudes de tener una cartera compuesta por negocios de alta calidad que puedan defenderse bien en mercados bajistas. Aunque la guerra comercial puede ser un riesgo real para los márgenes y los múltiplos de una gran parte del mercado, no creemos que las compañías que poseemos estén en riesgo de resultar materialmente impactadas por este problema macroeconómico”, argumenta Benkendorf.
¿Tendencia global?
En opinión de Schroders, si bien las acciones de Estados Unidos están disfrutando de las mayores ganancias de los últimos nueve años y medio, el repunte de las acciones es algo global. “Las acciones alemanas han retornado casi un 250% durante el mismo período y las acciones del Reino Unido han ganado poco más del 200%, según los índices MSCI. Las bolsas de valores chinas y japonesas registraron rendimientos cercanos al 200%”, señalan como ejemplo desde la gestora.
La política monetaria de los bancos centrales ha tenido bastante que ver en este movimiento al alza, en opinión de Schroders. La gestora considera que la compra de activos ha supuesto una inyección de liquidez que ha permitido a las empresas mantener sus préstamos y sostener los gastos corporativos, inflando los precios de muchos activos, “desde mercados bursátiles hasta casas y coches”, advierte.