La semana acaba con las palabras de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), resonando en los oídos de los gestores, de los inversores y del mercado. Su comparecencia en el senado de Estados Unidos ha generado un cambio de sentimiento y ahora el mercado asigna una probabilidad del 70% a que haya una subida de tipos de interés de 50 puntos básicos (p.b.) en su siguiente reunión.
Según explican los expertos de Banca March, en sus dos intervenciones Powell ha lanzado de nuevo un mensaje agresivo, remarcando que si es necesario el ritmo de subida podría retomar la senda de los 50 p.b., algo con lo que el mercado no contaba y que ha puesto en precio esta semana. “También indicó que el camino de reducción de la inflación no será lineal y habrá obstáculos en el camino y apuntó que el tipo terminal de la Fed podría ser más alto de lo previsto anteriormente en caso de que la economía siga mostrando la resiliencia vista en enero. En su segunda intervención, matizó que el posible cambio de ritmo estaba sujeto a los datos de empleo y de inflación que tendremos antes de la reunión de la Fed en los días 21 y 22 de marzo. No obstante, las expectativas para el tipo terminal no han cambiado demasiado, siguen cerca del 5,5%, lo que pone de manifiesto las dudas del mercado sobre la sostenibilidad de un tono agresivo por parte de la Fed”, señalan desde Banca March.
En primer lugar, la consecuencia de sus palabras es clara: se ha producido una nueva revisión de los tipos de interés descontados por el mercado. Según recuerda Juan José del Valle, analista de Activotrade, los tipos en Estados Unidos se encuentran en el rango entre 4,5%-4,75% y, tras lo escuchado esta semana, es muy probable que suban 50 puntos básicos, hasta alcanzar el 5-5.25%, en la próxima reunión de la Fed el 22 de marzo.
“Para el próximo mes de septiembre el mercado ya espera que los tipos en Estados Unidos lleguen a 6,25%-6,5%. Desde hoy hasta la próxima reunión de la Fed, el mercado se centrará en dos datos macroeconómicos que orientarán las perspectivas para los próximos meses. Por un lado, los datos de empleo de nóminas no agrícolas, que el mercado espera una reducción de algo más de 200.000 empleos frente a 517.000 en enero, con una tasa de desempleo constante en cotas cercanas a mínimos históricos de +3,4%. Y por el otro, el dato de inflación, que se espera una reducción desde el +6,4% actual al +6,2%. Pero, lo más importante será analizar la inflación subyacente, que descuenta elementos volátiles como alimentos y energía. El mercado espera una tasa constante en el +5,6%”, apunta del Valle. En opinión de este analista de Activotrade, “muy malos deberían ser estos datos para que la Fed retroceda; todo apunta a que la subida de 50 puntos básicos está casi asegurada”.
Está claro que los datos y su interpretación marcarán las decisiones de la Fed, y por ello las gestoras y los analistas mantienen el foco puesto de forma constante. Por ejemplo, las economistas de PIMCO Allison Boxer y Tiffany Wilding creen que existen riesgos al alza en las expectativas de consenso para las nóminas, y esperan un aumento de 300.000 nóminas frente a las 215.000 de consenso.
Su opinión se basa, según explican, en varios factores temporales diferentes: “En primer lugar, seguimos pensando que los factores estacionales proporcionarán apoyo a sectores como el minorista en febrero. En segundo lugar, también creemos que es probable que el aumento de los anuncios de despidos que se produjo en enero no aparezca en el informe de empleo hasta marzo o abril. Y, en tercer lugar, las solicitudes de subsidio de desempleo y otros indicadores intramensuales siguieron mostrándose resistentes a lo largo del mes”.
Jeffrey Gundlach, Chief Executive Officer & Chief Investment Officer de Doubleline, señalaba en su última entrevista que, “según el mapa, la tasa de paro va a incrementarse en 100 puntos básicos” e, “históricamente, siempre que la tasa de paro ha subido más de 50 puntos básicos, hemos tenido una recesión en Estados Unidos”.
Para Gundlach, la pregunta que deben hacerse los inversores es si esto va a deteriorar la economía lo suficientemente rápido como para que la Fed frene sus alzas de tipos antes de las próximas subidas. O de lo contrario, solamente habrá una subida de 25 puntos básicos, la del mes de marzo.
Por su parte, los expertos de Nomura esperan que la inflación subyacente del IPC se mantenga relativamente elevada en 0,4% intermensual en enero como consecuencia de las actualizaciones anuales de los precios de los servicios sanitarios y precios de las importaciones más altos impulsados por un dólar estadounidense más débil.
Así pues, con una recesión poco profunda y una inflación que disminuye gradualmente, los expertos de Nomura esperan que la Fed suba los tipos una vez más en marzo hasta los 4,75%-5% antes de comenzar los recortes en marzo de 2024.
¿Cuál será el final de la historia?
En opinión de Erik Knutzen, director de Inversiones Multi-Asset Class de Neuberger Berman, el mercado puede estar oyendo solo lo que quiere oír. “Existe una creciente divergencia entre las perspectivas políticas más exigentes de los bancos centrales y las perspectivas más blandas que se están descontando en los mercados. Los responsables políticos insisten en que mantendrán el rumbo. Los mercados asumen que pivotarán. Nuestro parecer desde hace tiempo es que esta divergencia se resolverá a favor de los bancos centrales: La inflación y los tipos de interés oficiales se mantendrán más altos de lo que espera el mercado, a pesar de que la economía se debilite”, advertía hace una semana Knutzen.
Para Tom Fahey, co-director de Estrategia Macro en Loomis Sayles, affiliate de Natixis Investment Managers, todavía hay cierto riesgo de que la Fed tenga que endurecer mucho más su política monetaria. En su opinión, para el segundo semestre, esperaríamos que la Fed reaccionase ante una tasa de desempleo más alta para finales de año, lo que confirmaría la recesión, y nos haría sentir más seguros respecto a una Fed que podría cumplir sus objetivos de inflación para 2024.
“Esto nos brindará la oportunidad de salirnos del espectro de riesgo, ya que prevemos que la Fed recortará los tipos de interés, a finales de 2023 y principios de 2024. En este sentido, existe el riesgo de que la tasa de desempleo y la economía sigan siendo más resistentes de lo que esperamos actualmente en la primera mitad de 2023. Eso aumentaría las expectativas de que la Fed tuviera que subir los tipos de interés, mucho más allá del 5%, hacia el 6% si la tasa de desempleo no supera realmente el 4% a mediados de año. Así que todavía hay cierto riesgo de que la Fed tenga que endurecer mucho más su política monetaria y eso elevaría el extremo largo de la curva de rendimiento hacia el 4,5%”, defiende Fahey.
Por último, Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier, cree que esta historia termina con los mercados abandonando su lucha contra la Fed. “Los datos económicos están poniendo en entredicho las hipótesis de los mercados. Las expectativas de una ralentización en EE.UU. se han visto frustradas por los signos de una actividad aún robusta, mientras que la inflación no cae tan rápido como esperaban los inversores. Creemos que una senda volátil hacia una inflación más baja es inevitable, y los episodios recesivos aún parecen probables. Esto exige paciencia y carteras equilibradas, preparadas para comprar activos de riesgo en caso de debilidad del mercado”, concluye Monier.