El próximo mes de noviembre celebrará cinco años desde su lanzamiento el M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund, el fondo de la gama multiactivos de M&G Investments que incorpora un enfoque de sostenibilidad, por lo que ha sido clasificado como Artículo 9. Después de un año tan extraordinario como 2022, en el que todas las correlaciones entre activos saltaron por los aires y además la inversión ESG sufrió escollos específicos (como el desplome de la tecnología, muy presente en carteras, y el auge de las acciones de compañías petroleras y de gas), el presente y el futuro vuelven a emitir señales esperanzadoras: “El 2023 sigue siendo volátil, pero destaca lo diversificadas que están siendo las fuentes de rentabilidad”, explica María Municchi, gestora del fondo.
Municchi ha estado recientemente de visita en Madrid, donde explicó la estrategia de inversión de este producto y actualizó la composición de la cartera de cara a 2023. Cabe recordar que el M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund tiene un doble objetivo: por un lado, obtener un rendimiento de entre el 4% y el 8% en periodos de cinco años con unos niveles de volatilidad entre el 4% y el 7%; por otro, contribuir a una economía sostenible al invertir en activos que ayuden al medioambiente o con un impacto social.
Para conseguirlo, el fondo tiene flexibilidad para invertir en una amplia gama de activos, incluyendo los emergentes, con los siguientes rangos: entre un 20% y un 80% en bonos, un 20-60% de acciones y entre un 0 y un 20% en otros activos. La cartera debe estar invertida como mínimo en un 70% en activos denominados en euros (el resto de divisas se cubren a euros).
Además, al menos un 20% del fondo (típicamente entre el 20% y el 50%) debe invertir en activos que generen un impacto positivo sobre la sociedad. El fondo debe realizar un mínimo de inversiones sostenibles que tengan un objetivo medioambiental (30% en actividades económicas que no cuentan como medioambientalmente sostenibles de acuerdo con la Taxonomía europea) y al menos un 20% de inversiones en activos con un objetivo social.
La gestora señala que es esta capa de sostenibilidad la que está brindando al equipo más oportunidades para generar valor añadido a los partícipes: “Son inversiones que necesitan consistencia y desarrollo en el largo plazo, pero al mismo tiempo ofrecen exposición a temáticas muy fuertes”. Entre las temáticas que ha identificado el equipo gestor figuran concretamente la independencia energética (seguridad energética, desarrollo de un mix energético diversificado de energías renovables, infraestructuras más eficientes), el desarrollo de regulación que fomenta la sostenibilidad (SFDR, Ley de Reducción de la Inflación), avances tecnológicos (vehículos eléctricos, baterías, edificios eficientes) y demografía (diversidad e inclusión, nuevas formas de trabajo, concienciación sobre sostenibilidad).
Posiciones tácticas y estratégicas
Para Municchi, la clave para navegar mercados tan turbulentos como los actuales reside en tener “un proceso sólido de inversión que permita combinar asignaciones estratégicas y tácticas”. En la parte estratégica, el equipo gestor monitoriza la evolución macroeconómica, analiza el comportamiento de los activos y tiene en cuenta la psicología del inversor. “La narrativa que marca al mercado ha cambiado dependiendo de la información macro, y hemos visto que las dos últimas fases han sido muy volátiles para el mercado”, observa la experta. Al mismo tiempo, considera que “los rendimientos reales a medio y largo plazo se han incrementado en el último año, de modo que hoy vemos rentabilidades más atractivas en una serie de activos”.
Municchi llama la atención sobre la necesidad de “vigilar los avances que se producen en los mercados, para poder identificar qué tendencias se están desarrollando”. Así, si el regreso de la inflación fue la principal tendencia que marcó el devenir de los mercados en 2022, para 2023 la gestora diagnostica que los temas fundamentales serán “el crecimiento y el impacto del ciclo de subidas de tipos sobre la economía real”. Dicho esto, Municchi señala que se ha producido un nuevo movimiento en las últimas semanas, al pasar los mercados de descontar un “soft landing” o incluso que las principales economías sortearan la recesión al escenario de crisis bancaria actual, de la que se limita a comentar que, pese a la corrección del sector bancario vista en las últimas semanas, no se ha producido un efecto masivo de contagio a otras clases de activos. Es más, comenta que “la deuda soberana ha proporcionado diversificación”.
En la parte táctica, el equipo utiliza los repuntes de volatilidad y vigila los sesgos dominantes en los inversores para la búsqueda de oportunidades en el corto plazo. Por ejemplo, tras la fuerte corrección del verano pasado, el equipo decidió incrementar en octubre de 2022 su exposición a bonos del Tesoro estadounidense a 30 años, para después recortarla en noviembre.
Últimamente también han aprovechado para elevar su exposición a bonos verdes y sociales, como por ejemplo un bono social emitido por Chile, un bono emitido por Volvo que está dedicado a apoyar el desarrollo de un coche eléctrico más eficiente, o un bono emitido por Greencoat Renewables Infraestructure, compañía con la que M&G tiene una relación muy estrecha desde hace años: “Tenemos mucha comunicación con su equipo directivo, nos gusta su modelo de inversión”, apunta la gestora.
Como resultado del proceso de inversión, el posicionamiento actual del M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund se dispone de esta manera: en torno a un 40% de exposición a renta variable diversificada (Asia, Japón, bancos europeos y estadounidenses, tecnológicas estadounidenses, acciones de otros sectores en Europa, Reino Unido, EE.UU. y Canadá), un 13,7% de bonos soberanos emergentes, un 19% de bonos soberanos de mercados desarrollados, un 7,2% de crédito con grado de inversión, un 2,4% de high yield – la duración de la parte de renta fija se sitúa en 3,8 años-, una asignación del 7% a infraestructuras cotizadas y un 10% en efectivo. El 50% de la cartera está invertido en activos con un impacto positivo en acción climática, soluciones medioambientales, economía circular, mejora del trabajo y de la educación, mejores condiciones de salud e inclusión social.