La inclusión de las acciones A de China en los índices de acciones emergentes de MSCI era cuestión de tiempo, pero la decisión parecía postponerse de forma indefinida. Al fin, el momento ha llegado y MSCI ha dado un primer paso: la entidad anunciaba esta madrugada su decisión de incorporar dichas acciones en sus índices MSCI Emerging Markets y MSCI ACWI, a partir del próximo año. En total, se incluirán 222 valores de gran capitalización a partir de mayo y agosto de 2018, con un factor de inclusión parcial del 5%, de forma que representarán el 0,73% del índice MSCI Emerging Markets -y en torno al 0,1% del MSCI ACWI y el 0,6% del índice de Asia sin Japón-. Se trata de un gran hito, explican los expertos, ya que es un primer paso clave para dar acceso a valores hasta ahora extremadamente restringidos para los inversores internacionales.
Aunque en 2016 este proveedor de índices mundiales rechazó la inclusión de este tipo de acciones, el esperado anuncio ha llegado por fin y supondrá la entrada de 210.000 millones de dólares en las bolsas chinas en los próximos cinco años, según las primeras estimaciones realizadas por Goldman Sachs. En un comunicado, el proveedor de índices ha señalado que esta decisión cuenta con “el amplio apoyo de inversores institucionales internacionales” y que, según recoge la agencia Xinhua, es el resultado de la flexibilización de las bolsas de valores locales de China.
Se estima que el volumen total del mercado de valores offshore de China sumaría alrededor de 6,9 billones de dólares y estaría compuesto por alrededor de 4.000 valores, lo que constituye un vasto conjunto de oportunidades de inversión. Oportunidades que se ampliarán según se vayan incorporando todos los valores a los índices MSCI. Además, la paulatina inclusión de las acciones A es un hecho muy simbólico, ya que supondrá una importante mejora en el acceso al mercado de acciones A para los inversores de todo el mundo, que se espera que a partir de ahora hagan un seguimiento más pormenorizado de los mercados chinos.
Según explica Raymond Ma, gestor de Fidelity Funds China Consumer Fund, “la incorporación de estos valores dará un impulso definitivo al sentimiento del mercado, así como a la liquidez, y a medio-largo plazo aumentará el volumen de capitales con destino a este mercado”. En su opinión una consecuencia será que, con el tiempo, se reducirá la brecha de valoración entre las acciones A y sus homólogas H, que eran las acciones a las que sí tenían acceso los inversores extranjeros. “En general, se espera un mejor comportamiento relativo de las blue chips y las acciones de gran capitalización con políticas de dividendos estables dentro del mercado de acciones A”, aclara.
Impacto relativo
A corto plazo, no obstante, el impacto de este anuncio es bastante limitado. Desde Thomson Reuters Lipper recuerdan que todos los fondos que invierten en mercados emergentes mundiales tienen un total de 835.000 millones de dólares en activos bajo gestión. Dado que todos estos fondos no siguen pasivamente el índice MSCI Emerging Markets, es difícil estimar cuántos de estos activos se reasignarán a las acciones chinas A una vez que formen parte del índice. “Por eso, incluso si los fondos asignan el 5% de sus activos a las acciones chinas A, esperaría que este valor de 41.800 millones de dólares tuviera un impacto bastante pequeño, dado el tamaño del mercado onshore chino, de en torno a los 7 billones de dólares”, explica Detlef Glow, director de Análisis para EMEA en Lipper Thomson Reuters, sobre las posibles implicaciones tras la inclusión de las acciones A chinas en el índice MSCI Emerging Markets.
En este sentido, Glow valora más lo que implica este gesto para China que el impacto en el mercado. “La inclusión de China marcará un hito para la credibilidad de las acciones chinas y, por lo tanto, puede conducir a un mayor desarrollo del mercado de valores interno chino, atraer a nuevos inversores internacionales y aumentar la liquidez general del mercado”, defiende.
Para Kim Catechis, responsable de mercados emergentes globales en Martin Currie, filial de renta variable de Legg Mason, el impacto será mayor a largo plazo: “Aumentará cuando se incluyan más acciones A en los índices. Para hacernos una idea de cuánto puede tardar este proceso, solo recordar que Corea tenía el 20% de su mercado incluido en 1992 y aumentó al 100% en 1998; mientras Taiwán tenía el 50% de su mercado en 1996 y aumentó al 100% en 2005”, señala. Además, Catechis le quita valor a las acciones A, que considera una opción de inversión más cara ya que requiere retornos más altos para compensar la elevada volatilidad de los precios en comparación con los valores offshore.
Al menos el mercado ha recibido con subidas esta noticia. “La reacción inicial en los mercados de China ha sido sorprendentemente positiva y las acciones chinas A han subido modestamente en las primeras negociaciones, no nos sorprenderíamos de que hubiera ganancias a corto plazo, ya que muchos de estos valores han tenido un buen desempeño en los últimos meses. En general, esperamos alrededor de 20.000 millones de dólares de entradas como resultado de este cambio del índice. Esto es menos de medio día de volumen de negociación en los mercados de acciones de China A”, explican los expertos de Allianz Global.
A largo plazo, estos expertos de Allianz Global, consideran que serán mayores en la medida que este gran mercado de valores, de 7 billones de dólares, se vuelva cada vez más accesible para los inversores globales. Una de las consecuencias será que, al ser valores incluidos en índices globales y tal y como ha pasado en otros mercados emergentes, “la inversión en acciones A de China pasará de estar ligada a los índices, a convertirse en valores demasiado grandes para ser ignorados”, por lo que serán activos que ganen protagonismo en la asignación activa.
Una opinión que también comparte Charlie Awdry, gestor de renta variable china de Janus Henderson Investors, quien defiende que “el impacto a corto plazo es limitado, pero creemos que ahora los gestores llevarán a cabo más análisis sobre estas acciones A, muchas de las cuales no están disponibles a través de mercados extranjeros y pueden sorprenderse positivamente por la calidad de algunas de estas empresas chinas y por el fuerte desempeño a largo plazo de sus acciones”.
El proceso
Hasta llegar a este anuncio, han sido bastantes los obstáculos que se han salvado y corregido. “Muchos de los frenos en la propuesta original discutida hace tres años han sido eliminados. Preocupaban aspectos como los límites de repatriación del dinero invertido en acciones A, que se ha solventado con del sistema Stock Connect, que permite a los inversionistas con sede en China comprar acciones cotizadas en Hong Kong y viceversa”, explica Edith Southammakosane, analista de ETF Securities.
“Los inversores internacionales han valorado los cambios positivos en cuanto a la accesibilidad al mercado de acciones A chinas en los últimos años y ahora se dan las condiciones para que MSCI proceda con el primer paso de inclusión”, comentaba Remy Briand, MSCI Managing Director y presidente del Comité de Política de MSCI Index. “La expansión del Stock Connect ha supuesto un cambio clave para la apertura de los mercados locales chinos”, un régimen más flexible que los QFII y RQFII. De ahí la decisión de MSCI.
¿Mayor inclusión en el futuro?
La firma asegura que incluirá más valores A en el futuro, pero que esta decisión está sujeta a una mayor alineación del mercado de acciones A con los estándares de accesibilidad internacional, la resistencia del Stock Connect, la relajación de los límites de trading diarios, la continuidad del avance en las suspensiones de trading, y unas menores restricciones en la creación de vehículos de inversión ligados a los índices. “Una inclusión posterior de acciones A chinas en el índice MSCI Emerging Markets podría incluir un incremento del actual factor de inclusión del 5%, así como añadir acciones A chinas de mediana capitalización. MSCI seguirá monitorizando la situación y lanzará una consulta pública para solicitar feedback a los inversores”, añaden desde la firma.