El escandalo de corrupción descubierto en Petrobas hace unos meses aún tiene capítulos por escribir. La mala noticia llega esta semana de la mano de Moody’s. La agencia de rating ha decidido rebajar la calificación crediticia de la compañía de Baa3 a Ba2, es decir, bono basura o high yield.
El 27 de enero, Petrobras publicaba sus cuentas del tercer trimestre de 2014 sin auditar y con retraso. La sociedad reconocía entonces la necesidad de revisar el valor de sus activos para reflejar ‘los pagos excesivos’ vinculados a la mala gestión del anterior equipo. Los investigadores apuntan a que sus directivos se dedicaron durante años a inflar los contratos para desviar el dinero. A esto se sumó que la petrolera no proporcionara ningún dato que aclarara la magnitud necesaria de estos ajustes y el mercado castigó sus acciones con fuerza.
La rebaja del rating, dice Moody’s en su nota de prensa, refleja los problemas relacionados con los casos de corrupción en el seno de la petrolera, así como “la preocupación existente sobre su gobierno corporativo y la necesidad de mejorar de forma sostenible los controles internos”.
Pero esa no es la única razón. La agencia de calificación cita como primer argumento la liquidez de Petrobras, que podría estar en peligro. “Hay potencial deque surjan graves tensiones de liquidez a corto plazo. Mantenemos la opinión de que es probable que la empresa necesite más tiempo de lo esperado para reducir su apalancamiento, una medida necesaria para mejorar su perfil financiero”, explica. La deuda asciende a 100.000 millones de dólares, según AP.
“El alto ritmo de gasto llevado a cabo por la compañía en los últimos años ha tenido como consecuencia un persistente cash flow negativo y el incremento de la deuda”. La caída de los precios del petróleo no ha hecho más que acentuar los problemas de Petrobras.
¿Contagio?
Además, el gobierno brasileño posee de forma directa o indirecta hasta el 46% de la petrolera por lo que el escandalo ha salpicado también a la Administración de Dilma Rousseff y gran parte del mercado empieza a preguntarse si es el momento de revisar la calificación crediticia del país.
«El riesgo para el gobierno brasileño es alto», escribe Miriam Leitao, una de las comentaristas económicas más conocida de Brasil, en el diario O Globo, y recordó que la deuda soberana de Brasil se sitúa ya en el escalón más bajo de los de grado de inversión, sólo uno por encima de ser calificada como deuda especulativa o high yield.
«En la medida en que Petrobras es la mayor empresa de Brasil, los riesgos de ambas están vinculados. Por eso están aumentando los temores de que la deuda brasileña sea también degradada», afirma en su artículo Leitao.