Mirova, filial de Natixis Investment Managers dedicada a las finanzas sostenibles, junto con Robeco y un grupo de 11 firmas financieras -entre ellas abrdn y AXA IM– han lanzado una convocatoria de expresión de intereses con el fin de desarrollar una base de datos global que incluya los factores de emisiones evitadas y las emisiones evitadas asociadas las empresas. Se espera que las respuestas a la convocatoria de expresión de interés se presenten antes del 16 de julio de 2023, mientras que los firmantes dan la bienvenida a las opiniones de instituciones académicas, consultores y proveedores de datos.
El comunicado de este grupo de firmas recoge que la transición energética requiere alejarse de las actividades emisoras de carbono y también proponer alternativas descarbonizadas. Si bien ambas actividades son, en su mayoría, bien conocidas, no hay datos globales cuantificables disponibles para compararlos y respaldar la redirección de los flujos financieros hacia las empresas que permiten la descarbonización.
Cada vez más compañías comunican lo que se denomina “ámbito 1”, es decir, las emisiones de CO2, al tiempo que es patente un aumento de la cantidad de datos relacionados con las estimaciones de emisiones indirectas. En este contexto, se necesitan métricas para identificar las respectivas contribuciones al objetivo de cero emisiones netas globales de carbono, así como para comparar las soluciones encaminadas a este fin.
Entre esas métricas están las emisiones evitadas, a veces identificadas como “ámbito 4”. A diferencia de las emisiones inducidas, que se benefician de fuertes bases metodológicas, las emisiones evitadas son calculadas de manera variable por diferentes empresas, lo que pone en riesgo su credibilidad e impide su uso a escala. Esto fue reconocido recientemente por el G7, que hizo una llamada al sector privado a trabajar juntos para desarrollar un estándar internacional.
Por estos motivos, un grupo de instituciones financieras encabezadas por Mirova y Robeco, se han unido para convocar una expresión de intereses con el fin de posibilitar, primero, la creación de una base de datos global y accesible de factores de emisiones evitadas y, en segundo lugar, una estimación de emisiones evitadas por las compañías y que, en una fase inicial, se realizaría sobre un amplio universo de sociedades cotizadas. En definitiva, sería el resultado de aplicar los factores de emisiones evitadas en la actividad de las distintas compañías.
Las nuevas bases de datos deben configurarse siguiendo dos principios, fundamentalmente. Uno sería realizar un análisis completo del ciclo de vida, así como una atribución de las emisiones evitadas en toda la cadena de valor. A este se sumaría incluir un principio preventivo, con la selección del escenario de referencia menos ventajoso a la hora de calcular los factores de emisiones evitadas. Por último, debe incluir los principios de transparencia y acceso, con una metodología transparente del cálculo de estos factores.
Manuel Coeslier, Lead Expert, Climate & Environment de Mirova, recuerda que “el sector financiero juega un papel clave en impulsar la economía hacia el objetivo de cero emisiones netas a nivel mundial”, por lo que considera “fundamental” contar con información clara y completa “acerca de la verdadera contribución de las empresas a este objetivo”. Coeslier afirma que esto incluye una medición robusta de las emisiones evitadas. “Mirova busca mejorar continuamente su enfoque e impulsar el mercado hacia una mayor ambición y transparencia y por eso, estamos muy orgullosos de estar al frente de esta iniciativa”, concluye el directivo.
Lucian Peppelenbos, Climate & Biodiversity Strategist at Robeco añade que la transición a cero emisiones netas de carbono “es una gran oportunidad para invertir en soluciones climáticas y tecnología de mitigación de emisiones”. En este sentido, Peppelenbos recuerda que Robeco está implementando “estrategias que se enfocan en esta oportunidad de inversión”, pero a nivel global, “la financiación climática es seis veces menor de lo que sería necesario”. Por eso, el experto concluye que “las métricas prospectivas son clave para aumentar la financiación climática”, lo que incluye “una medición creíble de las emisiones evitadas”. Peppelenbos aboga por la transparencia y una metodología común en este campo, al tiempo que espera “que esta iniciativa pueda contribuir a ello”.