Recientemente Michael Roberge, CIO y co-CEO de MFS, realizó una visita a Miami en la que se reunió con más de 120 inversores en dos eventos organizados por Jose Corena, Managing Director de la gestora, y al que acompañaron Paul Britto, Regional Director, y Natalia Rodríguez, Internal Wholesaler.
Roberge, que trabaja en la firma desde hace 20 años, inició su repaso sobre el panorama macroeconómico y empresarial global destacando la enorme desconexión que existe entre lo que están descontando los mercados y lo que realmente está pasando en la economía. Esta circunstancia ha provocado que el entorno actual sea mucho más favorable que el de hace un año para aprovechar oportunidades, porque, cree el co-CEO de MFS, las caídas del mercado han propiciado precios más atractivos de entrada. “Existen riesgos, es innegable, pero el mercado está sobre descontándolos. Hace un año los mercados estaban tranquilos y todo el mundo estaba contento comprando, aunque todas las clases de activos estuvieran sobrevaloradas”, apuntó.
Pero el temor que se extiende en el mercado ahora no se refiere tanto a las valoraciones como a la posibilidad de tener en el horizonte un escenario de recesión. Para Roberge, aunque el mercado descuente un escenario de gran pesimismo, Estados Unidos no entrará en recesión en 2016.
“El consumo supone el 70% del PIB de Estados Unidos y su estado de salud es envidiable. La tasa de paro es cada vez menor, dirigiéndose hacia el 4%; los salarios reales están subiendo entre un 2% y un 2,5%; y el precio de la energía ha caído considerablemente en los últimos 18 meses, algo que para la renta disponible del consumidor es comparable a una bajada de impuestos”, argumentó.
“En Estados Unidos, el sector manufacturero, que supone el 10% de la economía, está evolucionando peor que los sectores orientados al consumo”. Esto se debe a la fortaleza del dólar, que perjudica las exportaciones, pero también a la limpieza de los inventarios acumulados durante el pasado año. Una vez hayan terminado de salir estos inventarios es probable que el sector manufacturero deje de lastrar el crecimiento del PIB”.
Por último, Roberge recordó que el sector público, que ha contribuido de forma neutral o negativa durante los últimos años, aportará entre el 0,6% y el 0,7% al crecimiento del PIB en 2016 mediante una combinación de recorte de impuestos e incremento del gasto. “En resumen, la economía de Estados Unidos está en buena forma. Haciendo las cuentas parece muy improbable que Estados Unidos entre en recesión a no ser que se produzca un factor exógeno que afecte de forma importante a la confianza del consumidor”, explicó a los asistentes. Estos factores que podían afectar al consumo son los precios de las gasolinas y los tipos de interés, dos elementos que no sufrirán cambios bruscos este año.
Crecimiento mundial
En lo que respecta al crecimiento mundial, Europa cuenta a su favor con la fortaleza del dólar, que está favoreciendo a los exportadores y en definitiva a su sector manufacturero. El ejecutivo de MFS cree que el efecto va a durar a lo largo de todo 2016, pero es que además el Viejo Continente también se está beneficiando, y mucho, de los bajos precios de la energía. Por su parte, no es probable que Japón contribuya demasiado al crecimiento global este año y finalmente se espera que la parte del mundo que seguirá deteriorándose en 2016 son los mercados emergentes. “La continua presión de China hará que crezcan, pero menos que el año pasado. Si los miramos en su conjunto, creo que hay una probabilidad muy baja de que entren en recesión. Es el mercado el que se está equivocando, no los fundamentales de la economía que es lo que anticipan lo que tenemos por delante”, recordó.
Con todo esto sobre la mesa, la recomendación de MFS a los inversores es que tengan en cuenta la renta variable en lugar de la renta fija de alta calidad. La razón, dice, es muy simple. La rentabilidad por dividendo media actualmente se sitúa en el 2,4% mientras que la rentabilidad del bono a 10 años del Tesoro estadounidense es del 2%. Así que a no ser que la economía entre en recesión, “que es algo que no creemos que vaya a suceder, es mejor poner el acento en la renta variable dada la falta de rentabilidad en los mercados de renta fija hoy día”.
Escasas oportunidades en renta fija
Entre las pocas oportunidades que ofrece la renta fija ahora mismo, Roberge cita el mercado de renta fija high yield, donde la rentabilidad media ronda el 9%. “Probablemente batirá a la renta variable este año”, por lo que cree que es buena idea incorporar algo de este activo en el portafolio. “Creemos que el mercado está siendo mucho más pesimista sobre las condiciones del mercado high yield de lo que nosotros creemos que va a pasar en realidad. La clave aquí está en la volatilidad y la liquidez, dos factores que preocupan mucho, pero el mercado ya ha descontado de sobra ambos riesgos. La deuda high yield debería hacerlo este año mucho mejor que los bonos del Tesoro estadounidense y mucho mejor también, en nuestra opinión, que las bolsas”.
El co-CEO de MFS se decanta también por el mercado de deuda emergente denominada en dólares y explica que “en los últimos cinco o seis años hemos asistido a un aplanamiento en la curva de la deuda de los países desarrollados, debido a la ralentización del crecimiento y a las políticas monetarias de los bancos centrales y creemos que el próximo ciclo de deuda va a favorecer a los emergentes. Preferimos deuda emitida en dólares porque las monedas locales todavía están expuestas al riesgo de China, al riesgo de los precios de las materias primas y a lo que haga la Fed a lo largo del año”, dijo.
El mercado está esperando que la Reserva Federal suba los tipos de interés de nuevo en marzo, pero MFS no cree que vaya a ser así. Roberge apuesta porque el organismo que preside Janet Yellen va a tomárselo con calma. “Es probable que esta vez sea la Fed la que mueva el mercado y no al revés. Va a ser difícil para el organismo subir los tipos de interés dado que los principales bancos centrales del mundo desarrollado siguen relajando la política monetaria como consecuencia de las presiones deflacionistas globales. Por eso, no vemos a la Fed subiendo los tipos cuatro veces este año y hemos posicionado nuestros portfolios de acuerdo a esta visión”, dijo.
En su repaso por los países latinoamericanos, el co-CEO de MFS explicó que en sus portafolios hay deuda de México denominada en dólares y han añadido recientemente deuda argentina, debido al cambio político visto tras las recientes elecciones. Con respecto a Venezuela, dadas las condiciones políticas y el precio del petróleo, la firma con sede en Boston cree que en algún momento va a tener que reestructurar su deuda porque ahora mismo sus niveles no son sostenibles.
“Brasil tiene un montón de desafíos”, sentenció. “Su economía está estancada, registra una alta inflación, su banco central tiene poco margen de maniobra y a todo esto se suman las turbulencias políticas como consecuencia de los casos de corrupción surgidos en el último año. Estos factores hace que sea casi imposible poner en marcha las reformas que necesita el país”.