Michael Power, estratega de Investec Asset Management, indicó estar firmemente convencido de que habrá dos revoluciones a gran escala. La primera es el liderazgo económico de China junto con el desarrollo de Asia, y la segunda, el desarrollo de las energías renovables.
“Las energías renovables, además de ser algo positivo para el Planeta Tierra, aumentarán la rentabilidad e impulsarán la cuarta revolución industrial. En la primera y la segunda revolución industrial se utilizó el vapor y la energía eléctrica para potenciar el músculo de la humanidad. Mientras que, en la tercera revolución industrial, la era de la computación, se consiguió potenciar tanto la fuerza del cerebro, como la fuerza del músculo gracias a la evolución de la robótica”, comentó Power durante la celebración del Investec Global Insights 2017 en Washington.
A su juicio, ahora estamos en los albores de la cuarta revolución industrial. Mientras que muchos aseguran que esta cuarta revolución industrial llega de la mano de la inteligencia artificial y del internet de las cosas, Power afirma que la revolución tiene su origen en las energías renovables.
“La primera revolución consiguió la mecanización y la llegada del ferrocarril. En la segunda revolución industrial la energía eléctrica proporcionó la línea de montaje y Henry Ford el automóvil. En la tercera revolución industrial, la energía de los ordenadores está trayendo la digitalización, la inteligencia artificial y la automatización están floreciendo y traerá consigo vehículos de autoconducción. Pero al menos en el mundo occidental está disminuyendo la cantidad de energía y eso ha provocado una disminución en el crecimiento de Estados Unidos, Europa y Japón”.
En su intervención Powers mencionó uno de los libros más influyentes sobre la economía en Estados Unidos, “Ascenso y caída del crecimiento americano” de Robert J. Gordon, que básicamente habla de las grandes ideas que dispararon la tercera revolución industrial están terminando. “La expectativa era que la próxima revolución trajera coches voladores y lo que hemos proporcionado son 140 caracteres. Hemos alcanzado una gran estagnación. Para que llegue la siguiente revolución industrial, tiene que haber una nueva forma de energía en el sistema. Y, en el lado de la demanda, la tasa de adopción de esa nueva forma de energía tiene que ocurrir a un ritmo extraordinariamente rápido. Del mismo modo, en el lado de la oferta, la industria debe ser capaz de utilizar esta energía con un coste decreciente y conseguir finalmente que el precio real de esta energía disminuya”.
La energía solar y la eólica proporcionarán esa energía con un menor precio. Ambas ya son en la actualidad las fuentes más baratas de energía en Estados Unidos, Australia, India y gran parte de Europa. Además, se proyecta que para 2020, las energías renovables sean la forma más barata de energía a excepción de algunas regiones en el sudeste asiático.
El principal motivo de esta masiva incorporación es que las energías renovables han ganado en eficiencia. “Estamos entrando en una era de energía gratuita, y a lo que me refiero es que una vez superados los costes de instalación de los paneles solares o de las turbinas de viento, el sol y el viento son gratuitos, representando un cambio profundo en muchas partes del mundo. Esto es algo que va a transformar la vida de la gente sin recursos”, señaló.
¿Cómo se reparte el mercado de las renovables?
China es el líder mundial en capacidad fotovoltaica instalada, con 78 gigavatios, le sigue Alemania con 43 gigavatios y Japón con 41 gigavatios. El otro gigante asiático que está despertando es India, donde las empresas Tata Power Solar y Bajaj Finance ofrecen préstamos sin intereses para productos solares a pequeña escala, consiguiendo que el número de poblaciones sin electricidad haya disminuido significativamente, de más de 18.000 en 2014 a menos de 4.000 en 2017. Además, las tarifas de la energía solar en la India han caído en más de un 43% en 18 meses.
La gestora sudafricana está invirtiendo en proyectos de infraestructura en varios puntos de África. “Por ejemplo, tenemos una inversión en Mobisol, que actúa en Ruanda, Kenia y Tanzania, que se dirige al grueso del mercado, no solo generando luz para aparatos domésticos y cargadores, sino también para generar una fuente significativa de ingresos. El mejor resultado es que los niños de estas casas pueden realizar sus deberes en la noche transformando realmente la vida de los desfavorecidos”.
En cuanto a la energía eólica, las empresas Vesta, en Noruega, GE Energy en Estados Unidos y Goldwind en China fueron los principales proveedores de turbinas de viento a nivel mundial. Sin embargo, en materia de energía eólica offshore, Reino Unido ocupa la primera posición, Alemania es el segundo país a la cabeza y China ocupa la tercera posición. Por último, en materia de producción de baterías eléctricas, la compañía BYD de origen chino es la empresa líder a nivel mundial, seguida de la japonesa Panasonic y la coreana LG Chem.
Las señales que indican un cambio
Son varias las señales que indican que hay un profundo cambio en camino. En marzo de este año, Alemania convirtió una enorme mina de carbón en una batería renovable gigante, y un mes más tarde, el Museo del Carbón de Kentucky instalaba paneles solares en su tejado para ahorrar energía. Además, los principales actores de la tercera revolución industrial están invirtiendo en la cuarta revolución. “Si alguna vez ha habido un defensor de las energías renovables este ha sido Bill Gates. El gobierno de estados Unidos se ha quedado retrasado frente a la inversión realizada por el gobierno chino en este tipo de energías. Todo está cambiando, por favor no compren caballos justo antes de la llegada del automóvil”.
Power recordó que habrá ganadores y perdedores. “Las industrias extensivas en energía, como el acero, el aluminio, el cemento y la minería serán ganadores, al igual que los importadores de energías fósiles. Las empresas basadas en las viejas energías y las empresas de transporte que no se adapten, así cómo los países que dependan de las exportaciones de petróleo, gas y carbón, o aquellos países con un acceso limitado a la energía eólica y solar, serán los principales perdedores”.
Para Power, China será uno de los principales líderes porque el gobierno está apoyando activamente un aire limpio y todas las tecnologías que están asociadas con esta revolución. “Los mercados emergentes tropicales y subtropicales serán uno de los principales beneficiarios de estas nuevas energías. Puede que este sea el empujón necesario para que empiece el crecimiento de su productividad. El 60% del crecimiento de la demanda de la energía procedía de las energías renovables en 2016 y está proyectado que para 2020, alcance el 100%. Por primera vez, el 70% de la nueva energía producida por China en el primer semestre del año pertenecía a energía renovables”.
Y las posibilidades de innovación no terminan. La empresa start-up Avant Garde Innovations, ha desarrollado una turbina de viento de bajo coste, que puede generar entre 3 y 5 kilovatios de electricidad diariamente. “Por el coste de un iPhone, se puede comprar una turbina de viento que puede proporcionar electricidad a una casa de por vida. Y, si el Washington Post publica el titular “¿La industria automotriz sueña con coches eléctricos?”, imitando el título de la novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” en la que se basa la película Blade Runner, es porque estamos al principio de una revolución”, concluyó Power.