Según Vladimir Lenin, “hay décadas en que no pasa nada y semanas en que pasan décadas”. Con este pensamiento tan descriptivo de lo que estamos viviendo inició Michael Power, estratega jefe de Investec, su presentación en la convención anual de la gestora que congregó a más de 120 inversores profesionales a finales de la semana pasada en Nueva York.
El “momento Brexit” que Estados Unidos podría vivir mañana martes obliga a Power a “hablar de algo de lo que habitualmente no hablo: política”, y es que están sucediendo cosas tan rápidamente que una simple presentación -o una estrategia- preparada un día puede dejar de ser válida al día siguiente. Como ejemplo, se refirió al inesperado resultado del referéndum británico sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, al que algún colega suyo se refirió como “el fin del mundo tal y como lo conocemos” al resumir lo que estaba sucediendo tras publicarse el resultado de la votación.
En su charla, el estratega jefe de Investec repasó las causas y consecuencias –mucho más allá de las financieras- del Brexit británico y señaló estar muy de acuerdo con Martin Wold, de Financial Times, cuando dice que “el mundo occidental ha dado la espalda a la globalización”. En sus propias palabras, por primera vez las reglas de la religión del capitalismo se están poniendo en duda, como se está poniendo en duda el matrimonio entre capitalismo y democracia.
En Estados Unidos, en concreto, se está experimentando una cierta desindustrialización, desempleo de la clase obrera, falta de crecimiento real en los ingresos de los hogares desde 2008, mayor volatilidad financiera, inmigración ilegal y una mayor desigualdad. ¿Y cual es la respuesta a estos síntomas? La respuesta de Trump de cara a las elecciones de mañana es un mensaje populista, proteccionista para con la industria y comercio estadounidense –cuya producción quiere volver a situar dentro del territorio nacional- y restrictivo y severo para con la inmigración, las importaciones, la regulación bancaria o los flujo de capitales. ¿Y la respuesta de Hillary? Una propuesta que hace impensable que alguien con un cierto patrimonio puede votarla, dijo.
Según Power, el Brexit no atravesará el Atlántico ni se manifestará en Estados Unidos el martes con la victoria de Trump. “No lo hará. Hillary se las arreglará para llegar, pero la batalla está siendo mucho más reñida de lo que esperábamos, hasta hace incluso pocos días”.
El estratega quiso compartir con la audiencia algunos pensamientos sobre Estados Unidos: en primer lugar, puso de manifiesto el sentimiento del hombre de la calle, que está deseando dar una lección a la élite de Washington DC y, aunque dijo no creer que suceda, “estará muy cerca”.
A continuación, apuntó a que ambos partidos están experimentando un cambio tremendo. Los republicanos se están convirtiendo en un partido secuestrado por el populismo -su idea principal es la del “aislamiento”-, pero los demócratas también han cambiado su discurso, hablando de Fair trade, en lugar de Free Trade, en una dinámica en que ambas opciones han radicalizado sus idearios.
En tercer lugar respondía a su pregunta ¿podríamos ver a un solo partido capturando todos los centros de poder? (Presidencia, Senado, Representantes y Tribunal Supremo) diciendo: “No pienso así. Creo que veremos un presidente demócrata y aunque es difícil prever qué pasará con el senado, creo que los republicanos mantendrán el poder en la cámara de representantes y el tribunal irá a los liberales, así que será un debate muy interesante”.
También opinó que “vamos a ver dispararse la deuda estadounidense, independientemente de quien llegue al poder”, dijo señalando que esta pasará de los actuales 20 billones de dólares a 30 billones en ocho años. Y concluyó con otros pensamientos de la relación y posición de Estados Unidos con respecto al resto del mundo: desde el martes el país se podría hacer más aislacionista, menos implicado en asuntos de defensa internacionales -como la OTAN-, menos defensor del comercio libre, un país donde la inmigración se frene mediante nuevos controles, y que tendrá que asumir una menor productividad como su “new normal”.
Si esto fuera así, lanzó una pregunta al aire ¿Quién asumirá la posición de liderazgo que dejaría vacante Estados Unidos? A continuación habló de China…