Para Nicolo Carpaneda, director de inversión del área de renta fija de M&G, hay una gran diferencia entre diciembre de 2018 y 2019: “Todas las clases de activos acabaron el año en verde a diferencia del año anterior que terminaron en rojo”. Una imagen que ayuda a hacerse una idea de cómo fue 2019 y de las tendencias que continuarán en 2020. En opinión de Carpaneda, en 2018 la economía lo hizo bien y los mercados mal, pero en 2019 hubo mucha más divergencia a la hora de valorar cómo fueron las cosas.
La visión de Carpaneda se desmarca del discursos del consenso del mercado, tanto a la hora de analizar la parte macro como los mercados. “La idea general es que la incertidumbre se ha ido y es el momento de comprar más riesgo, sobre todo porque existe la convicción de que los bancos centrales seguirán actuando como soporte del mercado”, señala a la hora de explicar en qué punto está el consenso. Sin embargo, en su opinión, hay ciertos puntos donde los riesgos no se han ido del todo: la evolución de la economía norteamericana, la volatilidad que despierte las elecciones presidenciales en EE.UU., la vuelta de la inflación y el papel de los bancos centrales.
La reflexión que lanza el director de inversión del área de renta fija de M&G es que el soporte que seguirán presentando los bancos centrales al mercado hará que el mayor riesgo y enemigo sea estar fuera del mercado. “No esperamos que el apoyo de los banco centrales desaparezcan en 2020, pero tampoco veremos recortes de tipos por parte de la Fed. Este apoyo explica que el mercado lo compre todo. Sin embargo, somos algo más escépticos y no creemos que todos los riesgos se hayan diluido totalmente, por ejemplo, consideramos que la inflación volverá. La cuestión es qué pasarán la segunda mitad de 2020, cuando la Fed no mueva tipos o se vaya quitando el apoyo de los bancos centrales o resurja la volatilidad ante las elecciones en Estados Unidos”, explica.
“El consenso nos dice que los riesgos se han disipado, y que hay que alejarse de los bonos gubernamentales y comprar renta variable. Pero nosotros creemos que se puede encontrar valor en bonos o posiciones defensivas por si las cosas no van bien del todo el próximo año”, señala Carpaneda. E insiste en “hay que tener cuidado” a la hora tomar riesgo en renta fija y en renta variable porque “por primera vez se mueven de forma igual”.
Otro de los aspectos que matiza es que, en 2019, considera que los mercados desarrollados lo han hecho mejor en renta variable que los mercados emergentes, pero aún así coincide con el consenso general de la industria en que para 2020 la renta fija emergente es un activo “al que hay que mirar”.
En su opinión, los activos que mejor han estado pagando son los que más flujos están atrayendo, pero eso “no quiere decir que sean los mejores”, matiza. Por ejemplo, la gestora ve más claro apostar por activos europeos, ya que los inversores en euros tienen que cubrir el cambio del dólar y porque, a nivel macro, Europa está más atrás en el ciclo y por tanto tiene algo más de recorrido. También le parece atractivo la deuda investment grade, sobre todo si dan más rentabilidad que sus gobierno, y high yield europeo, porque tiene menos riesgo que el estadounidense. A modo de resumen, Carpaneda proponer no quedarse fuera del mercado, pero guardar algunas posiciones defensivas por si el entorno dieses la vuelta.
En este sentido, a nivel macro su análisis apunta que no hay datos que sugieran una recesión, tan solo “se observa la economía norteamericana algo más ralentizada. “Estamos en un contexto de final de ciclo justificado con tipos e inflación en niveles muy bajos. No se ven datos que indiquen una recesión, pero podría llegar si falla el motor del consumo o éste se asusta. El sentimiento inversor es optimista y hasta la preocupación por la inversión de la curva de tipos se ha relajado.