La evolución del mercado financiero en Europa está marcando un antes y un después en las estrategias de financiación de las empresas, según Borja González, Associate Director de M&G Investments. La creciente inclinación hacia la deuda privada se presenta como un cambio paradigmático frente a las tradicionales fuentes de financiación bancaria, un fenómeno que, según González, refleja la búsqueda de diversificación en las fuentes de financiación y de estructuras más personalizadas por parte de las empresas en detrimento de otras fórmulas más tradicionales.
Este interés creciente por la deuda privada se debe, en parte, a la naturaleza aún muy bancarizada del mercado europeo, un contraste marcado con el panorama estadounidense. En Estados Unidos, el 70% de las compañías privadas o no cotizadas optan por la deuda privada, en comparación con el 30% que prefiere la financiación bancaria. En Europa la situación es inversa, aunque el experto de M&G anticipa una reducción progresiva de la dependencia bancaria. Factores como el impacto regulatorio, que incrementa los requisitos sobre el capital, y la competencia de nuevos actores del mercado, como las fintechs, están impulsando este cambio.
González añade otro factor técnico a favor de la financiación por vías privadas, al haber caído notablemente el volumen de salidas a bolsa en los últimos años. Observa que el perfil de compañía que debuta en bolsa actualmente es mucho más maduro que en el pasado, con empresas de mayor tamaño. Este contexto ha propiciado que, de media, entre el 20 y el 40% de cada operación de private equity se financie ya mediante deuda privada, reflejando la creciente aceptación de estas alternativas de financiación.
La diversificación de las fuentes de financiación no solo beneficia a las compañías, sino que también representa una atractiva oportunidad de inversión. La deuda privada, antes dominio exclusivo de aseguradoras, fondos de pensiones y fondos soberanos, ahora atrae a una gama más amplia de inversores, generando nuevas oportunidades en este segmento del mercado. El experto indica que M&G Investments dispone de una amplia plataforma de inversión en distintos activos dentro de los mercados privados, como el deuda privada, private equity o el real estate, que ha desarrollado en los últimos 20 años para la cartera de inversión de la aseguradora del grupo. Desde esta amplia experiencia, González enfatiza la relevancia de la deuda privada no solo como mecanismo de financiación para las empresas, sino también como herramienta de diversificación para los inversores. En concreto, afirma que tanto el private equity como la deuda privada son los dos sectores con perspectivas más prometedoras en los próximos años, y de hecho se apunta a un crecimiento del 14% para el crédito privado europeo y un 11% para el estadounidense (previsiones de Prequin).
La llegada de compañías estadounidenses a Europa, buscando financiar nuevas operaciones, demuestra las expectativas de crecimiento para la deuda privada en Europa con las que trabaja el sector, lo que abre aún más el abanico de oportunidades de inversión, añade.
La educación sobre el funcionamiento de estos fondos es crucial para adaptar especialmente a los clientes que han estado invirtiendo en alternativos solo durante los últimos cuatro o cinco años. Se trata de clientes que habían dado el paso hacia esta clase de activo ante los bajos rendimientos que ofrecían en esos momentos activos más tradicionales, particularmente la renta fija; ahora que la deuda convencional vuelve a ofrecer un rendimiento atractivo, la firma tiene como objetivo que sus clientes comprendan las dinámicas de los mercados privados y las bondades que puede aportar una asignación a deuda privada más allá de unas rentabilidades atractivas. Incluirla en cartera debería aumentar la diversificación de esta, reduciendo su volatilidad por su carácter mayoritariamente flotante y generando unas rentas estables a largo plazo. Eso sí, siempre para inversores formados y que entienden los riesgos que revisten estos tipos de inversiones.
Esto aplica al ELTIF que lanzó la firma en noviembre del año pasado, el M&G Corporate Credit Opportunities. Impulsado por la división de Mercados Privados de M&G, el fondo busca invertir en las mejores oportunidades disponibles de deuda privada, pretendiendo alcanzar un objetivo de rentabilidad de Euribor+5%-6% bruto a medio plazo.
La estrategia combina clases de activos de crédito privado complementarias en las que M&G cuenta con una dilatada experiencia y con la capacidad de ajustar sus ponderaciones para obtener el mejor valor relativo con el fin de diseñar una cartera diversificada y adaptable a las condiciones del mercado. Incluirá dos cestas de inversión, una en crédito corporativo ilíquido (principalmente direct lending a empresas grandes y medianas y préstamos junior con covenants estrictos) y otra con crédito corporativo líquido, centrada principalmente en préstamos sindicados sénior garantizados a tipo variable. González destaca que es prácticamente el único ELTIF creado con estos criterios, y que la gestora ha tomado la decisión conservadora de que ofrezca liquidez mensual y reembolso trimestral para proteger a sus clientes. El fondo está gestionado por el equipo de Crédito Privado de M&G, que empezó a invertir en préstamos corporativos privados en 1999.