La naturaleza cortoplazista de una importante parte del comportamiento actual en la industria de inversión se revela claramente cuando se observan los datos del mercado. Según explican Robert M. Almeida, estratega global de inversiones de MFS Investment Management, y Ted Maloney, director de inversiones y de research global, además de gestor de renta variable en la gestora, las acciones se han mantenido en cartera durante periodos de tiempo récord y los administradores de activos profesionales generalmente también tienen una visión a corto plazo.
La cobertura por parte de los investigadores de Wall Street pone mucho énfasis en los puntos de datos recientes y subestima lo que es realmente importante. Las ganancias corporativas a corto-plazo ocupan un lugar central en el lugar de los flujos de efectivo a medio plazo que los impulsan. Además, los datos tienen una tendencia a reaccionar de forma exagerada a eventos en el corto plazo, ya sean materiales o no, lo que puede crear ineficiencias en el mercado.
En MFS Investment Management creen que existe una oportunidad de arbitraje con relación al horizonte temporal en el mercado, que los gestores con un proceso de inversión disciplinado pueden aprovechar. Los fundamentales de una empresa no cambian tanto como los precios de mercado de una acción, y aquí se encuentra la oportunidad para los inversores con un horizonte temporal a largo plazo.
Un horizonte de inversión reducido
Las acciones se han mantenido por unos periodos de tiempo más cortos que en ningún momento del mercado desde los registros de 1920. El periodo de tenencia promedio de una acción que cotiza en la Bolsa de Nueva York es aproximadamente de 9 meses (Gráfico1). Este gráfico refleja las transacciones de inversión realizadas tanto por inversores institucionales como por inversores individuales. Hasta la década de los años 70s, el panorama de las inversiones estaba ampliamente dominado por individuos y familias adineradas. Desde entonces, esto ha cambiado notablemente, con los inversores profesionales que ahora representan la mayor parte de la actividad de la inversión. Cabe señalar que estos profesionales gestionan importantes fondos de fondos mutuos impulsados por inversores minoristas.
Uno podría esperar que los gestores de inversiones tuvieran una perspectiva más a largo plazo. Sin embargo, parece que muchos gestores adoptan un enfoque de inversión igualmente a corto plazo. Este comportamiento a corto plazo puede estar impulsado por varias razones incluidos los incentivos, los medios de comunicación y los informes financieros y los sesgos en la toma de decisiones.
Incentivos
Es una verdad obvia que las personas responden a los incentivos. En las últimas décadas, los cambios en los incentivos han incluido la modernización significativa de la compensación ejecutiva, las empresas subcontratan cada vez más las decisiones de inversión a asesores externos, como consultores, así como también subcontratan la función del director de inversiones y muchas empresas están cambiando su estructura de propiedad de asociaciones privadas a filiales dentro de grandes conglomerados financieros.
A pesar de que muchos propietarios de activos tienen un horizonte temporal más largo, la compensación de la industria de gestión de inversiones sigue centrada en los objetivos de inversión a corto plazo. Por ejemplo, considere el caso de un gestor de carteras al que se le compensa en base al rendimiento de la inversión anual en relación con el índice de referencia. La compensación en el año actual es completamente independiente de la compensación en años anteriores o posteriores.
Cabría preguntar, ¿cómo de lejano es el horizonte temporal de un gestor de cartera a finales de octubre cuando el rendimiento de la inversión se ha quedado por detrás del índice de referencia? Sin sorpresas, el horizonte temporal es de ocho semanas.
Esta estructura de incentivos alienta al gestor a asumir un riesgo excesivo para optimizar su compensación en el periodo actual. Los riesgos tomados puede que no sean apropiados para la cartera y y pueden no reflejar que la mayoría de los clientes tienen un horizonte de inversión superior a las ocho semanas. Además, el rendimiento de la inversión en este periodo de ocho semanas es más probable que se vea impulsado por el ruido del mercado que por señales de inversión relevantes.