La gestora MFS repasa lo ocurrido la semana pasada en los mercados -con los índices de renta variable en Estados Unidos y Europa en su mayoría alcistas, en una tranquila semana acortada por las fiestas y con los índices de las bolsas asiáticas con resultados más mixtos- y recuerda que los indicadores económicos de Estados Unidos fueron modestamente positivos, si bien los reportes globales han apuntado a nuevos desafíos a la hora de hacer frente a un menor crecimiento.
Como reflejo de la relativa calma que se instaló en los mercados, el índice de volatilidad, el Chicago Board Options Exchange Volatility o VIX, bajó hasta el rango de 15, mientras que en las semanas anteriores había permanecido cerca de 20. La tasa en el bono de diez años del Tesoro de Estados Unidos subió ligeramente hasta el 2,24%. La diferencia entre el precio de los dos barriles de referencia se estrechó significativamente, con el US West Texas Intermediate y el Brent cotizando cerca de los 37 dólares por barril.
Revisiones de crecimiento a la baja
El producto interior bruto de Estados Unidos fue revisado a un 2% anual para el tercer trimestre, frente a un 2,1% que había sido anunciado con anterioridad y por debajo de la tasa del 3,9% del segundo trimestre. El gasto de los consumidores se mantuvo fuerte, debido a un mercado laboral saludable y unos menores precios en los combustibles. El negocio de los inventarios y el comercio restaron un 0,7% y 0,3% a la cifra final del PIB.
Sin embargo, el sentimiento del consumidor repuntó en noviembre: el índice de la Universidad de Michigan a finales de diciembre crecía a un 92,6%, desde el 91,3% que reportó en noviembre. Una menor inflación ayudó a aumentar los salarios reales y mantener la demanda de los hogares de bienes duraderos. El sentimiento medio de 2015 fue 92,9, el más alto desde 2004.
El consumo de los hogares estadounidenses aumentó al 0,3% en noviembre, después de una ganancia del 0,4% en octubre, según el Departamento de Comercio de Estados Unidos. El consumo también aumentó si se tienen en cuenta un ajuste de inflación del 0,3%, después de un octubre estable. El gasto se ha acelerado por una mejora en la contratación, el precio del crudo más barato y un mayor valor en las viviendas. El ingreso disponible creció hasta el 3,5% de año a año, mientras que el índice “core” de consumo personal, el índice preferido por la Reserva Federal para realizar sus estimaciones de inflación, subió un 1,3%.
Los pedidos de bienes de capital no militares excluyendo aviones, indicador que sirve para monitorizar los planes de gasto en inversión empresarial, cayeron un 0,4% en noviembre, frente a un crecimiento del 0,6% en octubre. Los pedidos de bienes de capital se mantuvieron sin cambios.
Las ventas de casas usadas cayeron un 10,5% en noviembre, algo seguramente causado por la nueva regulación sobre hipotecas que ha provocado retrasos en el cierre de las ventas. Mientras que las casas de nueva construcción crecieron un 9,1% con respecto al año anterior, las mediciones de ventas de nuevas casas están basadas en pre-acuerdos, en lugar de en cierres de hipotecas.
En la semana hubo 5.000 solicitudes de desempleo menos, hasta alcanzar las 267.000 solicitudes a la semana a 19 de diciembre. El promedio móvil de cuatro semanas aumentó en 1.750 hasta alcanzar las 272.500 solicitudes.
Las ventas minoristas crecieron un 7,9% en el periodo de Navidad, impulsadas por un incremento del 20% de las ventas en línea, según datos de MasterCard. La demanda ha sido particularmente alta en muebles y ropa de mujer. Los consumidores han reportado un gasto mayor por el ahorro obtenido con los bajos precios de la gasolina.